Residen en España, son hijos de inmigrantes y algunos viven en situaciones extremas. No es fácil para ellos cumplir derechos fundamentales como el acceso a la alimentación, la educación o la salud. Así lo han confirmado más de un centenar de profesionales que trabajan con estos niños y conocen su realidad. Los ámbitos de riesgo son un total de ocho, pero sobre todo preocupa que no se empadrone a los pequeños, ya que esto impide que cumplan un buen número de derechos.
Situaciones de riesgo para hijos de inmigrantes
La crisis económica influye de manera negativa en la desprotección de algunos menores, en especial, hijos de familias inmigrantes. Algunos tienen dificultades para cubrir las necesidades alimentarias, van a la escuela sin desayunar, se duchan con poca frecuencia porque no tienen agua en casa o no pueden pagar medicinas. Es uno de los mensajes de alerta que envía el informe «Abriendo ventanas: infancia, adolescencia y familias inmigradas en situaciones de riesgo social«.
La elaboración del informe ha recaído en el equipo de investigación IFAM (Infancia y adolescencia en ambientes multiculturales) de la Fundación Pere Tarrés-Universidad Ramón Llull, en colaboración con UNICEF. Violeta Quiroga Raimúndez, doctora en Antropología Social y diplomada en Trabajo Social, y Ariadna Alonso Segura, antropóloga social, han sido las encargadas. Ellas han contado con el testimonio de 106 profesionales que trabajan con hijos inmigrantes, además de entrevistar a ocho menores de nacionalidad extranjera. Todos ellos han advertido de las situaciones extremas que atraviesan en ocasiones y han detectado los ocho ámbitos de riesgo. La detección y prevención de estos evitará en el futuro situaciones de vulnerabilidad.
1. Jurídico.
Los hijos de inmigrantes residentes en España heredan la condición de regularidad o irregularidad de sus padres. Solo los niños cuyos progenitores tienen permiso de residencia pueden beneficiarse de la misma condición. Esto supone que los pequeños pueden vivir en desamparo jurídico, con la consiguiente limitación para pedir y recibir ayudas o acceder a la educación. Los menores también sufren vulneración del derecho a la reagrupación familiar, al empadronamiento y a la identidad.
2. Familia.
Los cambios en las familias, cuando uno de los padres o los dos emigran, derivan a menudo en costes emocionales para los hijos. Estos pueden favorecer situaciones de riesgo social o exclusión de los hijos. Ocurre, sobre todo, cuando la reagrupación familiar no se lleva a cabo. Influye también en las condiciones de vida el hecho de que los hogares de personas inmigrantes son, en general, más numerosos y con más complejidad interna.
3. Económico.
La pobreza infantil alcanza un porcentaje mayor en España que en otros países de la Unión Europea (casi el 25% de los menores españoles de 16 años). Esto afecta a los jóvenes porque las condiciones de vida a esta edad determinan las oportunidades en el futuro. El asunto cobra especial interés en tiempos de crisis, ya que las dificultades económicas aumentan, así como las tasas de pobreza adulta y las dificultades para conservar una vivienda digna. Estos factores implican una mayor vulnerabilidad a la pobreza entre menores de origen extranjero.
4. Escolar.
En general, los alumnos de familias inmigrantes obtienen peores calificaciones en la escuela que el alumnado autóctono y la mayoría asiste a centros públicos (en el curso 2008-2009, el 82% del alumnado). Una de las peticiones aboga por garantizar la igualdad de oportunidades en el entorno escolar y prestar atención a las necesidades de estos estudiantes para evitar el fracaso escolar. Sus principales dificultades son: comprensión de la lengua, diferente itinerario escolar en origen y en destino y falta de apoyo al proceso de aprendizaje escolar por parte de la familia. Por último, la escuela debe ser un lugar de relaciones interculturales, donde se favoreza la adaptación a la cultura de destino, sin dejar de lado a las culturas minoritarias.
5. Formación e inserción laboral.
«A pesar de contar algunos de ellos con la nacionalidad española, a pesar de vivir en España con sus padres y de haber llegado desde pequeños a nuestro país», los hijos arrastran la misma condición de inmigrantes que los padres. Por este motivo, el acceso a la educación posobligatoria y, más tarde, al mercado laboral, depende de la situación de los progrenitores y de que los menores sean: nacionales de un país miembro de la UE, con autorización de residencia y trabajo de larga duración o temporal, sin autorización de trabajo, en situación irregular o tutelados por la Administración pública.
6. Tiempo libre e identidades.
Puesto que la identidad se crea en las actividades que se realicen durante el tiempo libre, es interesante que todos los menores, inmigrantes o no, accedan a la misma cantidad de ocio y a las mismas tipologías de tiempo libre porque «cómo se emplea este tiempo es un reflejo de las desigualdades sociales».
7. Salud física y emocional.
Un deterioro de la salud física y emocional en la niñez y adolescencia implica consecuencias en el adulto, condiciona sus posibilidades y es determinante en la capacidad para mantener relaciones sociales y constituir relaciones familiares estables. El déficit en el acceso a la sanidad por parte de los hijos de inmigrantes impide que se eviten problemas futuros.
8. Intervención de las administraciones y funcionamiento del circuito de atención social.
La labor de las administraciones corrige y compensa los déficits de factores de riesgo citados en anteriores apartados. De ahí que sea importante que no haya recortes presupuestarios, que el circuito de atención funcione, se lleven a cabo acciones preventivas y haya recursos adecuados para los jóvenes.
Dificultades para empadronar a niños inmigrantes
Los problemas al empadronar a los niños inmigrantes provocan que, incluso, se retiren tarjetas sanitarias por falta de documentación
El empadronamiento es quizá uno de los actos más importantes, ya que si no se lleva a cabo los menores no pueden ejercer una serie de derechos. Los problemas al empadronar a los niños se deben a circunstancias familiares, como la alta movilidad de las familias, los requerimientos de los ayuntamientos o la imposibilidad de realizar esta gestión con algunos menores acogidos en centros de protección y que carecen del documento de identificación con fotografía. Como consecuencia, los niños carecen de acceso a servicios básicos como la sanidad, e incluso, «se han retirado tarjetas sanitarias por falta de documentación».
Empadronar a un menor implica registrarlo en el ayuntamiento de residencia habitual y es independiente a la situación administrativa. Se pueden empadronar todas las personas que residan en España y hacerlo da derecho a asistencia sanitaria pública, acceso a los servicios básicos de atención social primaria, a los servicios de centros abiertos para niños y adolescentes y a recibir ayudas de urgencia social.
Rozaban el millón en 2009. Ese año había en España 971.479 menores con nacionalidad extranjera, el 12% de la población menor de 18 años, según destaca el informe. Las principales zonas donde residen son Cataluña (21%), Madrid (18%), Comunidad Valenciana (14%), Andalucía (12%) y País Vasco (2,8%). En cuanto al origen, la mayoría procede de países americanos (48%), europeos (35%), africanos (14%) y asiáticos (6%). Son mayoritarios los menores de origen rumano (12% de la población), de Ecuador (12%), Marruecos (11%), Colombia (7%) y China (4%).
Para mejorar las condiciones de vida de todos ellos en nuestro país, se proponen una serie de buenas prácticas, que se dividen en tres grupos.
- Familiares. Se anima a promover un protocolo de acompañamiento a los menores que se reagrupen, programas preventivos con la familia para recuperar los vínculos, mitigar los duelos migratorios y reorientar las expectativas de la migración, así como facilitar recursos extraescolares y/o de tiempo libre para favorecer la conciliación familiar y orientación en los procesos administrativos para regularizar la situación de los hijos.
- Educación, formación y tiempo libre. Se aboga por fomentar la participación de todos los agentes de la comunidad educativa, formar a las familias sobre el funcionamiento y los procedimientos habituales del sistema educativo del país de destino, distribuir al alumnado extranjero para evitar guetos e implementar planes de acogida en las escuelas, atender a la diversidad cultural en el aula y dar a conocer los itinerarios escolares de éxito para compartir experiencias.
- Sistema de bienestar y políticas sociales. Entre los factores considerados importantes, destaca la modificación del Reglamento de Extranjería para promover la reagrupación familiar, prevenir la pobreza infantil a través de prestaciones sociales redistributivas a las familias, ampliar la red de recursos, trabajar con la población autóctona la sensibilización y formar a los profesionales de la acción social en interculturalidad y gestión de la diversidad.