A las personas mayores les preocupa su calidad de vida. Y no es para menos. A partir de los 65 años se muestran más descontentas con su salud, las relaciones que mantienen con otras personas del entorno y la propia comodidad en el hogar. ¿Hay algo que les guste más? Lo hay. La mayoría agradece tener más tiempo para adquirir nuevos conocimientos. En este reportaje se detalla qué preocupa a las personas mayores con respecto a su salud, las relaciones que mantienen con otras personas y la comodidad en el hogar y se destacan varios consejos para mejorar la calidad de vida.
El «Estudio sobre calidad de vida percibida», realizado por el Instituto de Biomecánica (IBV), ha analizado el grado de conformidad de las personas mayores en nuestro país con ciertos aspectos de su vida. Las conclusiones colocan a los mayores en el vértice de la pirámide. Ellos son quienes menos a gusto se sienten con su calidad de vida, aunque le dan un aprobado alto. El 62,4% de los encuestados mayores de 65 años la considera buena o muy buena. La encuesta se realizó durante un año -entre mayo de 2011 y mayo de 2012- mediante una aplicación web y pantallas táctiles ubicadas en lugares de tránsito frecuente de personas.
La salud de las personas mayores
Un 6,6 sobre 10. Esta es la nota que las personas mayores otorgan a su nivel de calidad de vida. Faltan cuatro puntos para que se consideren satisfechos por completo y la culpa es de varios factores. El primero de ellos, la salud. Es el aspecto que más les preocupa. Entre los indicadores que determinan la percepción de la salud figura la calidad del sueño. Tan solo 4 de cada 10 mayores de 65 años la estiman satisfactoria.
Las personas mayores tienen problemas de alimentación y para dormir bien, pero su nivel de estrés es muy inferior a la media
Un dato destacado hace referencia a su nivel de estrés, que desciende al 46,4% de los encuestados mayores de 65 años, frente a más del 70% de la población entre 15 y 65 años que cree que tiene un nivel de estrés alto o muy alto. Para combatir el estrés en los mayores, conviene poner en práctica los principios del envejecimiento activo. Mantenerse activo y ocupado contribuye a una vejez saludable, a tener más herramientas con las que enfrentarse a situaciones de vulnerabilidad.
La alimentación es otro aspecto que influye en la salud de los mayores. Según el estudio, tan solo la mitad de los encuestados mayores de 65 años (54%) opina que la calidad de su alimentación es satisfactoria. Seguir una dieta sana favorece el equilibrio y frena la obesidad, que repercute en una menor movilidad de los mayores y aumenta las posibilidad de padecer enfermedades relacionadas. Cuatro de cinco mayores de nuestro país son obesos, por lo que deben adaptar la dieta a sus gustos, tomar varias comidas al día y consumir alimentos con fibra para favorecer el tránsito intestinal.
Relaciones con otras personas
Las personas mayores destacan que les gustaría conocer más gente y divertirse más. La mitad está de acuerdo con estas afirmaciones y el mismo porcentaje describe como satisfactorias sus relaciones interpersonales. Es interesante que los mayores mantengan relaciones con personas jóvenes. Las relaciones intergeneracionales enriquecen la vida de las personas de más edad, al establecer un intercambio de aprendizaje y experiencias. Fomentar el diálogo entre mayores y jóvenes ayuda a unos a sentirse útiles al tener la posibilidad de enseñar desde su experiencia y a otros a entender mejor el proceso de envejecimiento.
En este intercambio, todos pueden aprender. De hecho, 7 de cada 10 personas mayores valoran la posibilidad de aprender cosas nuevas y desarrollar sus habilidades, en un contexto en el que el tiempo libre aumenta, y buscan modos de mantenerse ocupados. Los centros sociales y los talleres para personas mayores son alternativas óptimas para este grupo de la población, que tiene la oportunidad, entre otras cosas, de aprender el manejo de las nuevas tecnologías o tomar parte en acciones en el medio rural.
Comodidad en el hogar
Las personas mayores no siempre se sienten seguras. Tienen miedo de tener un accidente fuera del hogar, pero también dentro. Valoran sentirse cómodos en su casa, aunque, según recoge el estudio, «un 31% cree que es probable que tenga algún accidente en el hogar, como golpes, caídas o resbalones«. Esta cifra duplica el porcentaje de la población general que piensa que podría tener un contratiempo (15%).
En este escenario, la accesibilidad es uno de los aspectos peor valorados. Preguntados por posibles problemas para moverse dentro de casa, el 80,8% de los mayores responde de manera afirmativa: cree que sí tiene problemas. El 19% considera mejorable el acceso y la movilidad en su vivienda, «frente al 7% de la media». Mejorar la accesibilidad en el hogar es necesario para buena parte de las personas mayores, si bien el coste de las obras es un freno importante para ello.
Con la finalidad de ayudar a mejorar la calidad de vida de todas las personas, la Asociación para el Cuidado de la Calidad de Vida (CVIDA) y el IBV han puesto en marcha la página web Mi bienestar, con consejos relacionados con la salud, la vida en el hogar, el transporte, el ocio y la autonomía. Incluso hay un apartado especial dedicado a las personas mayores de 65 años. Para este grupo, entre otras cosas, se recomienda:
- Realizar análisis periódicos de la vista.
- Mantenerse activos y realizar ejercicios para no perder fuerza muscular.
- Prevenir discapacidades asociadas a la edad gracias a un nivel mayor de educación, mejores cuidados en los primeros años de vida o adopción de estilos de vida saludables.
- En el caso de ser necesaria una prótesis de cadera, informarse bien acerca de las diferentes opciones.
Evitar las caídas en casa con actuaciones directas, como usar un bastón, u otras medidas, como corregir cualquier peligro que se detecte, así como una adecuada rehabilitación si ya se ha sufrido una caída.