Estas vacaciones seguro que lograrán sacar tu lado más solidario. Los viajes comprometidos con el medio ambiente, la cultura local y los derechos humanos constituyen la combinación idónea para las personas con espíritu aventurero y altruista. Y hasta también lo son para viajar en familia. Entre los objetivos de los viajes solidarios están disfrutar, aprender y, de paso, impactar de forma positiva en las comunidades que se visitan. En este artículo contamos todo lo que debes saber para animarte a dar el paso y hacer un viaje solidario.
Imagen: Aipc Pandora
Vacaciones para colaborar con otros
El turista solidario no solo viaja, también mejora la situación de los países que visita y permite financiar proyectos educativos y de ayuda humanitaria
La esencia de un viaje solidario es la colaboración. No se trata solo de visitar una ONG durante un día y conocer su labor, sino de formar parte del proyecto, aprender y dar apoyo en sus tareas diarias, como «refuerzo escolar, actividades lúdicas con niños y niñas, formación en idiomas a adultos, preparación de comida y limpieza de instalaciones en proyectos con animales o proyectos medioambientales», enumera como ejemplos Beatriz Raso, responsable de comunicación de la agencia PANGEA The Travel Store, que organiza viajes solidarios a Sri Lanka, entre otros destinos.
Un viaje solidario es una experiencia única de sensibilización que te permite relacionarte con la gente local, conocer otras culturas, crecer como persona y, sobre todo, ayudar a los que más lo necesitan a través del voluntariado en proyectos.
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Viajes para financiar proyectos
Para que un viaje sea solidario debe basarse en el llamado turismo responsable, lo que incluye valorar y proteger tanto el medio ambiente como la cultura local. «El turista solidario no solo viaja, también mejora la situación de pobreza de los países que visita y permite financiar proyectos educativos y de ayuda humanitaria«, explica Ana Ferrán, de Tierra, Agua y Sol, una asociación que organiza viajes solidarios a Kathmandú (Nepal), con los que costea una casa de acogida para 18 niñas (llamada Smriti house), así como talleres de costura, alfabetización y salud para mujeres. A cambio, el turista entra en contacto directo con las comunidades y puede profundizar en su cultura y modos de vida.
¿Viajes solidarios o voluntariado?
No es lo mismo. Los viajes solidarios como alternativa al turismo convencional te permiten tener una primera toma de contacto con algunas ONG mientras visitas el país. Estos viajes tienen una duración más reducida que el voluntariado, que implica mayor compromiso, constancia e involucramiento. «El viaje solidario es una muy buena forma de huir de los viajes puramente turísticos y de vivir una primera aproximación al mundo del voluntariado«, apunta Marta Heredia, creadora de Pasaporte Solidario, un proyecto que prepara viajes a Kenia para recorrer los principales atractivos del país a la vez que se visitan algunas ONG que trabajan allí.
Eso sí: ambas opciones suponen una oportunidad única de conocer otras realidades desde dentro, a la vez que se aporta un pequeño granito de arena en favor de las comunidades locales.
Volverás cambiado
Hay muchas formas de conocer el mundo. Pero ser voluntario te posibilita crecer, trabajar en proyectos de construcción, rehabilitación de espacios, programas educativos, ecológicos, sanitarios o de empoderamiento de las mujeres, entre otras áreas de impacto social. Además, deja que puedas sumergirte en un rico intercambio cultural con las comunidades con las que convives y colaboras. «Por eso, el viaje nos transforma, provoca un crecimiento personal y humano y crea vínculos con las personas de esos lugares», señala Hilda Pérez, de AIPC Pandora.
Si quieres hacerlo bien, tómate tu tiempo
Una de las recomendaciones para que el viaje funcione es que debe tener una duración mínima de al menos varias semanas. Tomarse el viaje con calma es imprescindible para adaptarse al lugar y conocer la problemática social con la que trabaja la ONG. Por lo general, la duración mínima es de dos o tres semanas, pero los hay de varios meses. Durante la estancia lo normal es combinar varios días de voluntariado con otros de turismo.
Prepárate con calma
Y no solo durante el viaje, también hay que invertir tiempo en planificar todo. «Esto permite conseguir buenos precios en vuelos internacionales y te aseguras conseguir tu plaza, ya que muchas veces son limitadas», aconseja David Pratdesaba, director de Cooperatour. Por eso, los expertos recomiendan iniciar la búsqueda unos tres o cuatro meses antes de viajar.
Recuerda preparar la documentación: permisos, pasaporte, visados y seguros de viaje. Y lo mismo respecto a las vacunas, ya que son aconsejables y hasta obligatorias en algunos destinos. «Y es fundamental informarse sobre la cultura y costumbres del país que se visitará», dice Raso. Contar con información previa siempre simplifica la adaptación en destino.
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Elige bien el proyecto
Puede parecer obvio, pero la iniciativa que elegirás para colaborar resulta importante para disfrutar del viaje solidario. Por eso, los expertos recomiendan informarse bien sobre el proyecto, la ONG y el destino. Así podremos estar convencidos de que la experiencia que viviremos se adecua a nuestras expectativas y que nos identificamos plenamente con la causa.
Hay que conocer bien a la ONG o asociación que propone el programa, así como el proyecto que se realizará. «Es importante estar al tanto de qué temáticas toca y si son afines con tus intereses personales o profesionales», advierte Pérez, de AIPC Pandora. Para ello, aconseja contrastar diversas opciones, averiguar quién se responsabiliza del programa y tomar contacto para aclarar cualquier duda por teléfono o, mejor aún, en una entrevista personal.