A pesar de una menor calidad de la imagen, la cámara de fotos de un terminal móvil puede resultar la solución óptima para realizar fotografías sin necesidad de comprar una máquina específica. Para muchos usuarios, el teléfono móvil se ha convertido en un comodín fotográfico que les libera de llevar encima cámaras de fotos compactas y les permite captar imágenes en cualquier lugar. Estas imágenes son válidas para publicar en blogs o compartir en Facebook y otras redes sociales, aunque quizá no en papel.
Imagen: Raphaël Labbé
El dispositivo N8 es el nuevo modelo de gama alta de Nokia, que saldrá a la venta en septiembre. Este terminal, que incorpora la versión 3 del sistema operativo Symbian, ha causado expectación en el sector por la cámara de fotos con que cuenta. Es un modelo compacto de doce megapíxeles con óptica Carl Zeiss y que incluye un sensor de 1/1.83 pulgadas, que lo sitúa como el primer teléfono en disponer de componentes similares a los de una cámara compacta avanzada. Este teléfono incluye dos flashes Xenon para iluminar la escena. Con un aparato así, ¿merece la pena gastarse otros 300 euros en una cámara compacta de bolsillo?
El iPhone 4 obtiene una resolución de imagen de cinco megapíxeles, algo impensable hace diez años
Puede que de cara al futuro, y si esta tendencia se generaliza, la respuesta sea negativa. El iPhone 4 tiene una cámara que obtiene una resolución de imagen de cinco megapíxeles, algo impensable hace diez años. Aunque no es recomendable guiarse sólo por esta característica, ya que el avance de la fotografía digital ha estado marcado por la carrera desenfrenada de los fabricantes por lanzar al mercado dispositivos con un número cada vez mayor de megapíxeles de resolución.
Los usuarios han identificado a éste como el parámetro que marca la calidad general de la cámara fotográfica. Sin embargo, esto es una verdad a medias, ya que la calidad de imagen la determinan también otros parámetros igual o más importantes que la resolución. Por otro lado, además de revelar con mayor facilidad los defectos en la captura del fotograma, un mayor aumento de la resolución, y por consiguiente del tamaño de la imagen, conlleva un aumento de peso del archivo, lo que incide en el espacio disponible de almacenamiento en el dispositivo.
La importancia del sensor
El sensor es el elemento más importante de una cámara de fotos, ya sea una réflex profesional o un teléfono móvil. Es el encargado de capturar la imagen y transmitirla en formato digital hacia el dispositivo de almacenamiento. Lo habitual en un teléfono móvil es disponer de un sensor CMOS o CCD que detecta la intensidad de la luz recibida. Estos sensores son a menudo de baja calidad y proporcionan una resolución real VGA, similar a la de una webcam.
En un teléfono móvil de gama baja, lo habitual es disponer de un sensor de un tamaño 1/6, aunque en algunos terminales de gama media alta el tamaño es similar al de una compacta media
En la cámara del teléfono móvil, este sensor es mucho más pequeño que en una cámara compacta. Por tanto, la cantidad de puntos de luz recibidos es menor, lo que incide en la calidad del resultado final, ya que la imagen se obtiene mediante interpolación, es decir, la parte de la imagen cuya información de luminosidad se desconoce, se suple mediante el cálculo de los puntos más próximos que contienen información.
Las compactas de gama baja disponen en general de un sensor de un tamaño 1/2.5 pulgadas, frente a los sensores de compactas de calidad como la Lumix LX5, que tiene un sensor de 1/1.6 pulgadas. En un teléfono móvil de gama baja, lo habitual es disponer de un sensor de un tamaño 1/6, aunque algunos terminales de gama media-alta tienen sensores similares a los de una compacta media, con tamaños que oscilan entre 1/3.5 y 1/1.83.
De todas formas, no es habitual que el fabricante indique esta información, por lo que la comparación entre diferentes dispositivos es complicada. Algunos fabricantes aventuran mejoras en las tecnologías del sensor para obtener una mayor calidad con el uso de elementos semiconductores alternativos con el fin de mejorar la captura de la luz y minimizar la pérdida de información.
Mejoras en las lentes
Otro aspecto destacado de una cámara de fotos es la lente. Algunos terminales móviles disponen todavía de lentes de mala calidad o basadas en plásticos, mientras que otros fabricantes, sobre todo en la franja alta, integran ya lentes realizadas por empresas tradicionales como la alemana Carl Zeiss. Nokia fue el primer fabricante en instalar estas lentes en sus terminales, con el lanzamiento del N90 en el año 2005. La serie N de Nokia inauguró el sector de los teléfonos de consumo de gama alta.
Algunos fabricantes de móviles integran ya lentes realizadas por empresas tradicionales como la alemana Carl Zeiss
Este tipo de lentes utilizadas son focales fijas, pero suplen esta limitación al añadir un zoom digital que permite tener mayor versatilidad, aunque con una pérdida de calidad debido, de nuevo, a la interpolación por mediación de un programa informático.
Por otra parte, en conjunción con los sensores, estas lentes tienen una gran luminosidad, con lo que permiten realizar fotografías con poca luz sin necesidad de aumentar el ISO -la sensibilidad relativa a la luz-. Esto incide en un menor ruido en la imagen, también denominado grano en la fotografía tradicional.
Ciertos terminales se ayudan de una luz de flash instalada junto con la lente para poder realizar fotos nocturnas auxiliadas con un pequeño destello de luz que mejora la toma. En general, la tecnología LED es la más utilizada, ya que permite iluminar una escena durante un periodo de tiempo predeterminado. Algunos fabricantes utilizan tecnología Xenon porque da una mayor intensidad de la luz respecto a la tecnología LED, pero con una duración menor. Si se quiere, es posible obtener imágenes de prueba con ambos tipos de flashes.