Entrevista

Álvaro Ibáñez, coeditor del blog Microsiervos

La seguridad no es una de las mejores virtudes del wifi
Por Jordi Sabaté 12 de junio de 2008
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Imagen: Wicho

Microsiervos es el título de una novela de Douglas Coupland que habla de la vida de los desarrolladores de código de Microsoft en los años noventa. De ahí sacaron Álvaro Ibáñez y sus socios el nombre de su blog, quizás uno de los mejores en habla hispana y sin duda uno de los más populares. Pero, más allá de Microsiervos, la personalidad y la carrera profesional de Ibáñez se extienden a numerosos proyectos, todos ellos centrados en las nuevas tecnologías y la Red: fue director de Macworld a principios de la década pasada, director general de Ya.com en los tiempos en que el ahora proveedor de acceso era un portal de contenidos, tiene su propia empresa, Internality, de mantenimiento de páginas web y además asesora a compañías como Fon o al servicio de recomendaciones sociales “Strands”.

¿Qué se puede concluir de estos quince años de “Internet popular”? ¿Se están cumpliendo a su juicio las expectativas iniciales? ¿A qué altura del camino estamos?

“Hay que reconocer que la extensión de la Red ha llegado a todo el mundo más allá de las expectativas”
La verdad es que han sido muy interesantes y divertidos. En cuanto a la “Internet popular” hay que reconocer que la extensión de la Red ha llegado a todo el mundo más allá de las expectativas. Hoy en día cualquiera puede usarla, hasta nuestros padres y abuelos, y entre los jóvenes es una herramienta muy cotidiana porque han nacido con ella. Creo que ha superado muchas expectativas, pero todavía queda algo por recorrer, porque en ciertas zonas o para ciertos grupos no es aún una herramienta de fácil acceso o barata.

Usted fue director de Macworld en sus inicios, allá por el año 1993, una revista de papel dedicada al mundo de los ordenadores Mac. ¿Qué futuro cree que tienen las publicaciones de papel?

Sí, lancé Macworld trabajando para el grupo IDG en 1992, estuve allí los primeros cinco años. Curiosamente es una de esas publicaciones “de nicho” que todavía sobrevive bien; tiene un público muy fiel. Lo que sucede es que ahora ese tipo de revistas mensuales ha tenido que dar un giro para presentar información más en profundidad y desde el punto de vista del análisis, porque la parte de la noticia rápida y del día a día queda cubierta por la Web. Siempre se dice que el papel algún día se terminará pero nunca se termina, sigue teniendo su encanto.

Por su experiencia en Ya.com, ¿no tiene la impresión de que Internet explotó en España justo en el momento en que en el resto del mundo entraba en crisis?

Aquí todo va con cierto retraso y para cuando llegaron los ecos del “crash” de las “puntocom” ya habían pasado unos cuantos meses. Lo que sucede es que ese retraso es cada vez menor; si antiguamente en el mundo de la tecnología los desfases eran de un par de años, y luego sólo uno, ahora son tal vez entre tres y seis meses. El “crash” en Estados Unidos empezó a mediados de marzo de 2000, creo recordar, y aquí se notó fuerte a mediados de año.

Al mirar hacia atrás, se tiene la sensación de que en los proyectos iniciales de portales como Ya.com, Wanadoo y otros se invirtió más creatividad e ilusión que actualmente en los medios de comunicación digitales.

Era un momento en el que no estaba claro qué formatos tendrían más éxito o cuáles serían más aceptados, tanto en audiencias como desde el punto de vista económico, de modo que los responsables de crear las webs apostamos por hacer el mejor producto posible; por suerte había medios. Cada compañía probó su fórmula y unas lo hicieron mejor que otras; algunas han sobrevivido y otras no.

“En Ya.com fuimos bastante creativos; se invirtió mucho esfuerzo e incluso se apostó por los contenidos de vídeo en una época en la que no existía YouTube”

En Ya.com fuimos bastante creativos, se invirtió mucho esfuerzo e incluso se apostó bastante por los contenidos de vídeo en una época en la que ni existía YouTube ni la banda ancha estaba tan extendida. Con el tiempo eso vino bien, se formó una gran audiencia que sirvió para impulsar las diversas ramas de negocio de la compañía y dar a conocer la propia marca.

Ahora algunas de esas empresas han preferido concentrarse sólo en ciertas áreas: el acceso a Internet, los móviles o los servicios web. Parece que otras alternativas como los nuevos medios digitales o los blogs se están llevando las audiencias.

El director de la división digital de una cadena de televisión generalista dijo en un congreso de periodistas en Huesca: “No nos gusta Youtube porque los usuarios lo utilizan para poner nuestros contenidos indiscriminadamente y sin nuestro permiso, y no vemos ningún beneficio en ello”. ¿Qué le diría?

No ver un beneficio en que un fan suba un vídeo a YouTube y lo vean cientos de miles de personas es de una cortedad de miras impresionante. Me consta que en algunas cadenas hay una gran tensión interna entre los creadores de los contenidos y los equipos legales y de negocio: los primeros quieren que sus programas y clips los vea cuanta más gente mejor, que es para lo que los hacen; los abogados intentan proteger algo sin saber muy bien por qué. La gente de negocio cree que no obtener un beneficio directo equivale a perder dinero.

“No ver las ventajas en que un fan suba un vídeo a YouTube y lo vean cientos de miles de personas es de una cortedad de miras impresionante”

No se dan cuenta de los beneficios que puede suponer a la larga dar a conocer programas o personajes de forma tan directa y sencilla. Algunos vídeos de YouTube los ven más personas que las que los verían en directo en televisión.

Curiosamente, las cadenas luego tienen esa presión enorme por las audiencias: tal vez cancelen un programa si su audiencia es baja, pero al mismo tiempo han estado impidiendo que la gente subiera los clips a la Red. En fin, yo le diría a ese directivo que reconsiderara la situación y la viera con un poco de perspectiva; que lo primero es que al público le guste el producto y luego vendrán las formas de sacarle beneficio.

Una reciente encuesta de la consultora Accenture entre 100 directivos de empresas digitales reveló que más del 80% de ellos creían que el negocio en la Red pasa por una alianza entre las empresas de contenidos informativos y las distribuidoras de ocio digital para vender software y servicios multimedia. ¿Le parece que tienen razón?

Puede ser una opción, no necesariamente la única. En general da la impresión de que si las empresas de contenidos informativos son capaces de captar cierta audiencia, no deberían tener complicado monetizarla con alternativas a la publicidad. Vender esos productos de ocio digital o ciertos servicios suena razonable.

¿Por qué no termina de consolidarse la publicidad en Internet?

Según mi experiencia, lo que sucede es que la publicidad es una de las formas de negocio más cómodas de poner en marcha, pero también es a veces la más inestable, en el sentido de que, en ocasiones, no depende tanto de lo bueno que sea el producto, o la calidad y tamaño de la audiencia, como de lo que se esté moviendo el mercado publicitario en cada época.

“Los ingresos por publicidad son muy efectivos y atractivos: dinero contante y sonante que va a caja, sin apenas grandes gastos colaterales”

Sin embargo, parece que últimamente la publicidad no para de crecer y los porcentajes de inversión dedicados a Internet siguen subiendo, lo cual es bueno. Pero creo que no debería ser la única forma de financiación que tengan ciertos sitios en la Red. Probablemente pueda haber otras estrategias que permitan tener una “mezcla” de ingresos más diversificada.

También sucede que los ingresos por publicidad son muy efectivos y atractivos: dinero contante y sonante que va a caja, sin apenas grandes gastos colaterales, lo que hace que sea una opción más atractiva que otras fórmulas, como comprar y vender productos o servicios con cierto margen donde entran en juego otros factores.

Se habla de la publicidad contextual de Google como de la gallina de los huevos de oro, pero no conozco a nadie que haya contratado ningún servicio a través de un AdSense. ¿Lo ha hecho usted? ¿Quién hace clic en estos anuncios para que Google tenga unos beneficios que superan los 10.000 millones de dólares?

Yo sí, personalmente lo he hecho y conozco a más gente que lo hace. Es una publicidad muy efectiva porque está adaptada al contenido o a las búsquedas del usuario, y es cuando estás “buscando algo” cuando más preparado estás mentalmente para aceptar una oferta o propuesta si es adecuada.

“La publicidad contextual de Google tiene entre 10 y 20 veces más visitas que los faldones tradicionales”

Se sabe que en ocasiones esos anuncios tienen entre diez y veinte veces más clics que los banners tradicionales, a veces incluso cien veces más. En realidad en Internet nunca sabes muy bien quién hace clic o por qué, pero Google tiene la ventaja de que en algunos sitios controla todo el ciclo de la visita: las métricas del sitio donde se publica el anuncio, los clics en el anuncio, las métricas del sitio destino al que llega el visitante, y toda su navegación por allí, así como si realiza una acción, una compra o lo que pretenda el anunciante. Entre otras cosas, por esto es por lo que Google ofrece herramientas como Google Analytics a los webmasters.

El hecho de que AdSense funcione por subasta también ayuda a que los anuncios sean mejores, porque los irrelevantes quedan descartados. No es la gallina de los huevos de oro, ya que hay otras alternativas, pero para Google, incluso dando a los webmasters un porcentaje enorme de lo que invierten los anunciantes (se calcula que entre un 60% y un 80%) es una gran fuente de ingresos.

Su empresa desarrolló la primera versión del sitio web de Fon y usted asesora a Martín Varsavsky, su impulsor. ¿Por qué no ha funcionado la idea?

No diría que la idea no haya funcionando, de hecho lleva ya tres años en marcha y no muchos proyectos aguantan tanto tiempo vivos en Internet. Fon es un proyecto especialmente complejo por lo innovador, en el aspecto técnico y como de idea de negocio, muy arriesgado. Al principio había muchas incógnitas que se han ido resolviendo con el paso del tiempo, aunque algunas otras están sin despejar todavía.

“Se pensaba que en Fon la gente preferiría ganar dinero instalando ‘foneras’ y luego se vio que en realidad prefiere compartir sus redes”

La idea original, como ha explicado Varsavsky en algunas anotaciones en su blog, ha ido evolucionando también de unas fórmulas a otras. Por ejemplo, se pensaba que la gente preferiría ganar dinero instalando “foneras” [enrutadores particulares de Fon] y luego se vio que en realidad prefiere compartir.

No se sabía cuál era el número de puntos Fon activos necesarios para cubrir con cierta densidad un barrio o ciudad; se han hecho experimentos con barrios y ciudades completas para comprobarlo. Inicialmente no estaba claro si sería necesaria alguna alianza con algún operador pero con el tiempo se ha llegado a buenos acuerdos.

Todo eso requiere cierto tiempo y por suerte Fon consiguió buenos y potentes inversores al principio para poder hacer todo eso y estar en una buena situación de cara a cualquier novedad que pueda surgir en el futuro del mundo de las redes inalámbricas.

Hace menos de tres años, cualquier internauta podía ir por su ciudad caminando y navegando desde un portátil con redes wifi de otros usuarios sin mayor problema. ¿Quién ha cerrado todas esas redes y por qué?

“Las redes wifi son bastante inseguras frente a ataques relativamente sencillos”

Es un fenómeno curioso; mi opinión es que se ha pesado mucho la “opción por defecto” [que es la de cerrar las redes] de quien instala los routers ADSL a los clientes: la gente en general los deja tal cual vienen, no sabe o no les preocupa cambiarlo. En una primera época los routers wifi se entregaban abiertos, y así se quedaban.

Luego Telefónica, Jazztel, Ya.com y los demás operadores pasaron a entregarlos “cerrados” con contraseña, y así están ahora. Los clientes que los abren o cierran personalmente son minoría. Para las operadoras hacer una cosa u otra es una cuestión puramente de marketing; tal vez la percepción de que tu conexión y tu wifi son más seguras estando cerradas es más conveniente y fácil de vender.

¿Son tan inseguras las redes wifi como se dice desde las operadoras?

La seguridad no es precisamente una de las mejores virtudes del wifi; las redes son bastante inseguras frente a ataques relativamente sencillos, a menos que se configuren con cierto cuidado. Como siempre, todo esto es relativo, y cada persona debe buscar el punto adecuado entre la comodidad y su grado de “paranoia” personal. A las operadoras creo que les da igual una cosa o la otra; el consumo que se pueda hacer a través de una wifi abierta no es gran cosa, dado que las tarifas del ADSL son planas.

En uno de sus proyectos, Strands, se proponía un sistema de descubrimiento social de nueva música basado en la teoría de la “larga cola“. ¿Se compran en Internet más cosas “raras” y minoritarias que en el mundo “offline”?

El sistema de recomendaciones de Strands puede verse de esas dos formas, como sistema de descubrimiento y a la vez de recomendación. La gente puede recibir recomendaciones de música u otros contenidos que van a encajar con sus gustos, y al mismo tiempo le sirve como descubrimiento de cosas nuevas.

En algún sitio leí que en Amazon, por ejemplo, esas “cosas raras” y minoritarias son realmente una parte enorme de las ventas, y que su ventaja reside en que en una tienda física sería prácticamente imposible almacenar siquiera un ejemplar de cada uno de esos productos para su venta, de modo que la “larga cola” es un ejemplo ganador en este caso. En general esa tendencia parece que se mantiene y que cuanta más gente accede a ese tipo de ofertas y más catálogos completos se ofrecen, más cosas “raras” se venden.

Strands está comprando últimamente diversos sitios web para organizar las finanzas personales y domésticas, y ha lanzado en Estados Unidos MoneyStrands, en la misma línea…

La tecnología de Strands se puede usar para proporcionar recomendaciones en diversos campos, y MoneyStrands es un buen ejemplo de ello: ofrecer recomendaciones sobre finanzas personales y domésticas basándose en patrones de consumo.

“La tecnología de Strands se puede usar para proporcionar recomendaciones en diversos campos, y MoneyStrands es un buen ejemplo de ello”

Está todavía en pruebas pero consiste en una agrupación de la información de finanzas domésticas en un mismo sitio, de modo que puedas ver tus cuentas de bancos y tarjetas, y datos como consumo de teléfono, compras en tiendas, ingresos, gastos de luz, agua, tarjetas de puntos, etcétera, todo un mismo sitio y se te ofrezcan ideas para mejorar tus finanzas personales.

Esos sistemas necesitan “aprender” a partir de datos de usuarios reales, de ahí que las adquisiciones de empresas ya implantadas sean una estrategia de arranque razonable. Estas empresas han sido pioneras en ese campo, tienen miles de usuarios registrados activos y entienden bien el sector. Además los equipos humanos de esos proyectos son excelentes y ha habido muy buen entendimiento sobre cómo juntos podríamos crear un servicio mucho más poderoso unificando todos los esfuerzos.

Usted es cofundador del blog Microsiervos, uno de los más visitados en lengua castellana. ¿Se consideran un medio de comunicación?

“Mientras la vocación de un medio periodístico es informar, la del blog es simplemente pasarlo bien”
Cualquier cosa relacionada con los blogs es siempre difusa y depende de las definiciones que se usen o de opiniones personales. Para nosotros el blog es el blog, sin más pretensiones. Algo que comenzó como un hobby, donde escribimos sobre las cosas que nos gustan y apetecen, donde ir compartiendo cosas que descubrimos en la Red, de acuerdo a nuestras aficiones. No diría que nuestro blog es un medio de comunicación, aunque tal vez técnicamente se podría encajar ahí, o como alguna variante de medio periodístico.

¿Cuál es la diferencia entre un blog y un medio periodístico ?

La diferencia entre ambos conceptos yo creo que es una cuestión de vocación: la del medio periodístico es informar a un público; en el blog es simplemente pasarlo bien y contar lo que a uno le apetece, sin más pretensiones.

¿Por qué los periodistas que han desarrollado su carrera en el papel niegan con tanta vehemencia el valor de los blogs como herramienta periodística?

No creo que se pueda generalizar y decir que todos lo hacen; hay algunos que están encantados y tienen sus propios blogs. Es el problema de siempre: del cambio de paradigma, anclarse al pasado, el miedo a lo nuevo… Si algunos lo hacen es porque probablemente no conocen bien cómo funcionan los blogs en realidad o simplemente no les gusta nada que esté relacionado con Internet.

Un periódico en papel suele ser más bien unidireccional y controlado, cosa que en la mayoría de los blogs ha evolucionado un poco, la gente participa más. Tal vez los blogs son más directos y no respetan algunas de las normas periodísticas tradicionales (rapidez frente a precisión, contrastar datos, mencionar las fuentes y demás), pero precisamente esa es la grandeza de los blogs: que como no son un periódico, sólo son lo que cada autor pretende que sean.

Ustedes antes daban en Microsiervos la opción al usuario de evitar la publicidad al leer sus entradas; ahora eso ya no es posible. ¿A que se debe que hayan cambiado de parecer?

Esa opción siempre ha estado disponible y ahora también: basta ir al pie de página, elegir donde dice “Publicidad: Preferencias” y con un clic se puede activar o desactivar toda la publicidad comercial de las diversas páginas del blog. Creemos que dejar eso en manos del lector es la opción más adecuada. En nuestro blog el lector decide si quiere ver anuncios o no: no tiene sentido ni para el lector ver algo que no quiere ver, ni para el anunciante obligar a alguien a ver algo que expresamente no desea. Con esta fórmula el resultado es mejor para ambos.

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