La telefonía 4G ya está aquí y las primeras ofertas de los principales operadores se hacen visibles. Los usuarios que las contraten pasarán de tener un acceso de 7 megabits por segundo (mbps) de ancho de banda en su smartphone a conseguir casi 20 mbps, un ancho considerable y con el que se puede navegar por la Red desde un portátil, descargar y ver películas o bien escuchar la música de servicios como Spotify sin el menor problema. Algunos internautas hasta se plantean sustituir su router fijo por la conexión móvil mediante el tethering, pues aunque tengan que pagar una tarifa de red de datos más cara, la anulación del contrato de Internet fija podría salirles a cuenta. ¿Pero esto es así? Este artículo da todas las claves para saber si es conveniente usar el móvil como módem en España.
La telefonía 4G en España
La tendencia de sustituir el módem por el móvil ya se está viendo en países como Gran Bretaña o Estados Unidos, donde las redes 4G han entrado con fuerza. Pero ¿en España? Dependerá de las condiciones de cada contrato, del perfil del usuario y de los usos que se le quieran dar a la red. En estos temas, pasarse de la raya puede salir muy caro. Además, por otro lado, también es importante saber que con el tethering se genera una red wifi abierta, con los consiguientes peligros de intromisiones.
Cuando la 4G opere en la frecuencia de los 800 gigaherzios, el ancho de banda móvil podría estar cercano a los 100 mbps
El último operador en entrar en el mercado 4G ha sido el de referencia, Movistar, que ha realizado un acuerdo con Yoigo para compartir por ahora sus redes 4G, pero en breve tendrá completada su propia red en las principales ciudades del Estado. Ahora, todos los operadores tienen ofertas interesantes, aunque algo elevadas de precio en comparación a cómo podrían estar en el futuro.
Además, por el momento, la frecuencia en la que operan estas redes no es la más idónea, ya que la banda de los 800 gigaherzios, la ideal, estará ocupada por las cadenas de televisión digital al menos hasta enero de 2014. Cuando la 4G opere en esta frecuencia, el ancho de banda móvil podría estar cercano a los 100 mbps.
En comparación con la 3G, la nueva 4G triplica el ancho de acceso, lo que facilita al smartphone muchas funciones que antes eran difícilmente posibles, como ver vídeos en el móvil en alta definición de larga duración, el streaming de música desde servicios en la «nube» o las conversaciones gratuitas de voz por Internet en el teléfono. También se pueden generar redes wifi lo bastante potentes para que se conecten uno o más portátiles y trabajar desde ellos o navegar.
Velocidad límite…
Ahora bien, que la operadora ofrezca una nueva red más potente no quiere decir que la regale, sino que la hace pagar, y no es barata. Las tarifas para tener acceso a los planes de voz, SMS y datos 4G van desde los 9 euros de Yoigo, a los 42 euros de Orange. En el medio, hay todo tipo de ofertas combinadas, pero la media no baja de los 30 euros al mes, y muchas de ellas con límite de minutos de voz o cobro por el establecimiento de llamada.
Aun así, podría pensarse que si se obtiene una tarifa como la «Ballena 42» de Orange -42 euros al mes por 350 minutos de voz, 1.000 SMS gratis y dos «gigas» (gigabytes) de volumen de datos (cuidado no confundir con los «gigas» y «megas» de volumen de información con los gigabits y megabits por segundo de velocidad de acceso a dicha información)- y se elimina el coste medio de unos 45 euros -va de 20 a 70 euros- de tener una línea fija de teléfono con router wifi, salen las cuentas. Si antes se pagaban 45 de Internet fija y 25 de móvil con Internet (es decir, 70 euros), ahora con 42 en 4G podríamos apañarnos.
Las redes móviles 4G no van con tarifa plana y las operadoras ponen un límite de datos consumidos
Salen las cuentas, si no fuera porque un estudio de 2012 de la empresa de telecomunicaciones Ericsson advertía de que no se podía comparar el gasto de un portátil o un sobremesa con el que tiene un móvil o una tableta. Según la investigación, el portátil dispara el volumen de datos necesario para ejecutar las mismas funciones que el smartphone, de modo que si el consumo medio de un móvil puede estar entre los 500 «megas» y los dos «gigas», el de un ordenador bordea los ocho «gigas» en actividad normal, es decir, sin ver películas.
Las advertencias de Ericsson vienen a cuento, porque las redes móviles no van con tarifa plana: las operadoras ponen el límite de datos consumidos para 4G entre uno y dos «gigas». Si se supera este límite, que en un portátil se puede superar en menos de una semana, pueden suceder dos cosas, en función del contrato que tengamos.
La primera es que el ancho de banda se reduzca de golpe desde los 20 mbps a los 250 kbps, con lo que se hace imposible usar la conexión para los ordenadores. En algunas tarifas baja a 128 e incluso a 16 kbps, anchos de banda del todo inútiles hasta para el móvil.
…o facturas disparadas
El segundo supuesto es que la velocidad se mantenga a cambio del pago adicional de una cantidad por cada 500 «megas» o cada «giga» descargado de más. Esto supone, con un consumo normal, un gasto adicional importante.
Estas tarifas no están pensadas para el tethering, al menos de forma sistemática
Con la tarifa ‘Yu:’ de Vodafone, que ofrece 1,5 «gigas» por 22 euros, cada 500 «megas» adicionales valen cinco euros, y nueve cuesta el «giga» de más. Es decir, que para cubrir el consumo medio de un solo portátil deberíamos pagar por 6,5 «gigas» de más. Esto son 59 euros adicionales que, sumados a los 22 euros de partida, son 81 euros. No es un precio imposible, pero es más de lo que cuesta una conexión de fibra óptica de 100 mbps de Movistar (72 euros), y cuatro veces lo que valen estos mismos 20 mbps en operadores como Ya.com.
Queda claro, pues, que estas tarifas no están pensadas para el tethering, al menos de forma sistemática. Sí puede hacerse de manera ocasional con buenos resultados, si se navega poco más de una hora al día, o si se hace para conectar tabletas, cuyo consumo se acerca mucho al de los móviles.
Esto no quiere decir que en el futuro las ofertas dejen más margen al tethering o que incluso se pague el teléfono solo por «giga» consumido a un precio razonable.
Y un último aspecto: mientras exista el roaming de datos, jamás deben usarse estas técnicas en el extranjero.
Como en toda red wifi con contraseñas débiles, la conexión es insegura
Las redes wifi creadas mediante tethering funcionan con una clave que nos da nuestro smartphone y que debemos poner como contraseña para acceder a ellas en el ordenador o la tableta. Estas claves, por lo general, son sencillas, ya que la idea es no complicar el acceso e incluso compartirlo con amigos, compañeros de trabajo o la familia. Sin embargo, como en toda red wifi con contraseñas débiles, la conexión es insegura. No es imposible que alguien que esté cerca nuestro (si usamos el tethering en un tren o un aeropuerto), pueda detectarlas y romper la clave sin problemas para luego, incluso, entrar en nuestros archivos privados.
Los teléfonos, no obstante, permiten cambiar estas claves generadas por otras más complejas y difíciles de romper. Basta con seguir unos sencillos consejos para crear una contraseña eficiente.