Hoy en día es habitual usar WhatsApp, Telegram u otras aplicaciones gratuitas de mensajería para comunicarse a través del móvil, pero hace unos años lo más normal era utilizar los SMS. Con ellos, surgieron estafas que se aprovechaban del servicio de SMS Premium para facturar de más a los incautos usuarios que cayeran en ellas. Ahora que el empleo de los SMS ha caído en picado, estos timos se han reinventado y se presentan en forma de “apps estafa“: prometen una cosa pero luego hacen otra por completo distinta y, por el camino, se llevan unos cuantos euros de más. En este artículo se explica cómo son estas estafas telefónicas y su evolución en el mundo de los smartphones. Además, se facilita una serie de consejos básicos para no caer en ninguna de estas aplicaciones estafa.
¿Qué son los SMS Premium?
Los SMS Premium son un servicio de mensajería a través del cual, mediante un SMS especial con un coste superior al de un mensaje convencional, el usuario puede tener acceso a contenidos como música o juegos, participar en concursos, enviar comentarios a programas de televisión o recibir noticias en su móvil.
Hasta aquí todo correcto; si en realidad interesa obtener estos servicios, y se es consciente del cargo extra, perfecto. Los problemas comienzan cuando, detrás de un SMS Premium como «Envía tu voto al 25…» o «Descarga este MP3 mandando un mensaje al 795…», se oculta el alta en servicios de suscripción, que se traduce en un puñado de mensajes no deseados. Cada uno de estos mensajes se cobra a un precio superior al SMS estándar y puede acabar elevando bastante la factura.
Para poner orden en este caos, en 2009 se estableció un código de conducta, que regulaba las obligaciones y responsabilidades de las operadoras. Por desgracia, ese código fue invalidado en febrero de 2015. Ahora, y hasta que se imponga uno nuevo, las empresas que trabajan con servicios de SMS Premium pueden actuar con cierta libertad.
Con todo, la legislación actual ha puesto más restricciones a estos servicios, como la obligación de mostrar el coste del mensaje en los programas de televisión o que la operadora no permita enviar un SMS Premium sin el alta explícita del usuario en el servicio. Esto, unido al crecimiento de las redes sociales y de las apps de chats, ha provocado la caída de los SMS Premium, pero no el fin de las estafas asociadas a ellos. Estas, simplemente, se han reconvertido.
¿Qué son las aplicaciones estafa?
Ya no se utilizan los SMS ni se descargan politonos. Ahora las personas se comunican vía WhatsApp y se descargan aplicaciones de Google Play o de App Store. Esto supone un nuevo filón para los que viven de los timos.
Las llamadas «apps estafa» se valen de una marca conocida (WhatsApp, Facebook, Minecraft, Apple…) para engañar al usuario prometiéndole una funcionalidad muy atractiva, a cambio de facilitar el número de móvil. En el momento en que lo hace, se da de alta sin saberlo en un servicio de suscripción que le enviará docenas de mensajes no solicitados al mes, cobrando por cada uno de ellos. La factura mensual puede llegar a engordar hasta 40 euros.
Los ganchos más habituales son los relacionados con WhatsApp, al ser una de las apps más populares. Promesas como la posibilidad de espiar conversaciones, activar funciones que aún no están disponibles (como ocurrió con las llamadas de voz en WhatsApp) o acceder a una versión especial con características exclusivas son suficientes para que muchos usuarios faciliten su número de teléfono sin pensarlo.
Pero no ocurre solo con WhatsApp. También se pueden encontrar timos en aplicaciones tan simples como una linterna o apps tan absurdas como un escáner que, según reza su propia descripción, «permite ver gente desnuda». Parece increíble, pero se puede caer en engaños tan simples como ésos.
Los cebos más elaborados se hacen pasar por amigos que envían un mensaje preguntando si recibimos un mensaje anterior (haciéndonos caer en la trampa en el momento que se contesta) o llegan en forma de cadenas reenviadas sin fin a través de apps de mensajería, con bulos sobre supuestos virus o el inminente cierre de un servicio.
¿Cómo detectar las apps estafa?
Aunque son diferentes, tanto en forma como en los métodos que emplean para timar al usuario, es posible detectar estas aplicaciones estafa y evitar caer en su engaño. Como siempre, lo único necesario para ello es poner un poco de atención y no pecar de inocente. Aquí van algunos consejos básicos:
- Descargar apps solo de las tiendas oficiales, siempre que sea posible. Si se usan tiendas de aplicaciones alternativas, hay que tomar las debidas precauciones.
- Fijarse en el nombre del desarrollador de la app. Así, un programa de Facebook debe pertenecer a Facebook, y no a otra empresa.
- Leer los comentarios de la aplicación. Por un lado, se pueden encontrar en ellos avisos de otros usuarios advirtiendo sobre una posible estafa. Por otro, puede que den una pista sobre ello: algunos timadores ponen comentarios traducidos a español de forma automática, y se nota mucho.
- Desconfiar de incongruencias y de cosas que, a primera vista, no tienen mucho sentido como, por ejemplo, que un supuesto amigo envíe un SMS desde un número de teléfono extraño.
- Repasar los permisos que pide la app al instalarla. Una aplicación de linterna no tiene por qué acceder al número de teléfono o los contactos.
- Ante cualquier duda, conviene buscar datos en Google e informarse bien.
- No contribuir a la difusión de estos timos reenviando las cadenas que se reciben a través de WhatsApp, correo electrónico o SMS. De esta forma se puede contribuir a evitar que lleguen a más personas.
Es importante tener en cuenta también que las operadoras permiten bloquear el acceso a servicios Premium (en los que estas apps dan de alta a sus víctimas), lo cual es una forma de protección muy efectiva. Para ello, hay que ponerse en contacto con el servicio de atención de la operadora para solicitar el bloqueo o activarlo a través de su web.
- Siga en Twitter a la autora del artículo, Elena Santos @chicageek.
Los timos de las apps estafa no son los únicos que se pueden encontrar en Internet. Conviene navegar por la Red con mucha precaución para evitar otros peligros como:
- Phishing. Se denomina así a la técnica que consiste en enviar falsos mensajes de correo electrónico que se hacen pasar por comunicados del banco o de empresas de Internet, que instan al usuario a confirmar datos rellenando un formulario on line, por lo general con la amenaza de que si no se hace, la cuenta será bloqueada.
- Spyware. Programas que monitorizan el uso que se hace del ordenador o de la Red y envían esa información a otras compañías, sin conocimiento -ni, por supuesto, consentimiento- del usuario.
- Spam. Son todos esos correos electrónicos no solicitados que se reciben cada día. Algunos son inofensivos (publicidad, sin más), mientras que otros pueden intentar hacer caer al usuario en algún timo, contándole una historia en la que alguien necesita dinero.
- Banners engañosos. En algunas páginas web es posible ver banners o carteles publicitarios donde se prometen premios increíbles por ser el visitante un millón o por haber entrado a un día y hora determinados. Hay que desconfiar de semejantes ofertas.
- Secuestradores. Son programas capaces de apoderarse tanto del navegador web como del ordenador, impidiendo incluso el acceso a los archivos, a menos que se pague una cantidad de dinero.