A Miriam Ruiz se la reconoce como una de las mejores profesionales, nacionales e internacionales, en el desarrollo del sistema operativo libre Debian, una derivación de Linux que usan desde los cohetes de la NASA hasta los microscopios electrónicos que investigan el virus del sida. Ruiz, que ha colaborado en multitud de proyectos tanto profesionales como sin ánimo de lucro, actualmente trabaja para el Principado de Asturias en el desarrollo de un programa matriz para administraciones electrónicas. En estricta consonancia con la filosofía del software libre, el Principado liberará el programa para que otras comunidades autónomas y ayuntamientos puedan usarlo gratuitamente como punto de partida de sus propios desarrollos de administración on line. Miriam Ruiz tiene además su propio blog y es editora del sitio de noticias tecnológicas Barrapunto.
La verdad es que soy aún muy joven como para tener una extensa carrera profesional. Resumiéndola mucho, tras terminar de estudiar estuve un tiempo participando en un proyecto de investigación sobre mantenimiento predictivo de motores eléctricos en el área de ingeniería eléctrica de la Universidad de Oviedo. Un equipo excelente, absolutamente puntero con el que aprendí muchísimo.
“Sería estupendo conseguir que las diferentes administraciones autonómicas colaboren en sus desarrollos de forma que no haya que duplicar esfuerzos”
De allí di el salto a Madrid, luego a Alemania, y de ahí a la filial española de una empresa americana en España, donde trabajé en el desarrollo de sistemas empotrados basados en Linux. Desde hace unos meses estoy trabajando en el sector del gobierno electrónico.
Por otra parte, y fuera del ámbito laboral, estoy involucrada en diversos proyectos de forma voluntaria. Entré en Debian de mano del proyecto Debian Women, impulsado por la que hasta hace no mucho era la única desarrolladora europea de Debian, una de mis mejores amigas, Amaya Rodrigo. Ella ha hecho muchísimo por Debian y por las mujeres en el mundo del software libre.
Hace algo más de dos años, en enero del 2006, fundamos el “Debian Games Team” (que actualmente también incluye a los desarrolladores de juegos de Ubuntu, con los que trabajamos conjuntamente para soportar ambos sistemas) del que soy una de las administradoras. El mantenimiento de los juegos dentro de Debian y la coordinación de este grupo es lo que hoy en día ocupa casi todo el tiempo que le puedo dedicar al desarrollo de Debian. Y actualmente estoy impulsando además una iniciativa, “Debian Open Rating System”, que pretende establecer una clasificación de los juegos respecto a su uso por parte de niños y niñas, y planteándome el hacerme cargo de la distribución de Debian para niños, “Debian Jr”.
Trabajo para la Fundación CTIC, una institución promovida por el Gobierno del Principado de Asturias que está haciendo un montón de cosas para impulsar las nuevas tecnologías de la información y que es referente internacional en temas como accesibilidad, web semántica, movilidad o estándares abiertos. Alberga además la oficina española del W3C, el consorcio internacional que produce los estándares para la World Wide Web.
“El Gobierno del Principado de Asturias lleva desde el 2004 desarrollando un “framework” para la Administración electrónica que va a publicar como software libre”
Lo que tengo entre manos ahora mismo es un proyecto de lo más ilusionante: el Gobierno del Principado de Asturias lleva desde 2004 desarrollando un “framework” [un programa matriz dentro del cual se pueden desarrollar otros programas] para la Administración electrónica que le ha llevado a liderar las clasificaciones de regiones españolas respecto a servicios electrónicos y que estamos en proceso de publicar como software libre para que toda la comunidad se pueda beneficiar de él. Sería estupendo conseguir que las diferentes administraciones autonómicas colaboren en sus desarrollos de forma que no haya que duplicar esfuerzos, y el software libre es posiblemente la mejor vía para conseguirlo.
“A estas alturas pensar en las fronteras de los países como barreras es limitarse mucho laboralmente”
La verdad es que no me fui a Alemania por falta de ofertas en España, aunque sí que es cierto que las condiciones económicas y, en muchos casos, laborales allí son mucho mejores. Ya había estado estudiando un año en Alemania, que es un país que adoro y donde siempre me he sentido muy a gusto, y tenía muchas ganas de volver.
Se me presentó la oportunidad y no lo dudé. La verdad es que a estas alturas pensar en las fronteras de los países como barreras es limitarse mucho laboralmente, y si tienes cierta soltura en idiomas merece la pena intentar la aventura europea, aunque sólo sea como experiencia. Yo me considero más bien europea, y me siento tan en casa en Alemania como lo estaría en cualquier región española.
“El sector tecnológico siempre se está quejando de la falta de profesionales cualificados, pero no hace nada para retenerlos”
Por otra parte, sí que es cierto que en España no se valora ni se retribuye adecuadamente a los profesionales más formados, especialmente en el área de investigación y desarrollo. Ignoro por qué es, si por el alto número de gente preparada que tenemos, si por el rechazo que tiene mucha gente a irse a trabajar a otro sitio, si tiene que ver con la cultura empresarial o es una mezcla de todo, pero lo cierto es que la mayoría de estas personas tiene que irse fuera de España para que se la valore.
Lo curioso es que luego el sector siempre se está quejando de la falta de profesionales cualificados, pero no hace nada para retenerlos. Creo que es algo que ya está empezando a pasar factura y que puede condenar a España a quedarse fuera del núcleo de países donde se realiza la investigación y desarrollo de más alto nivel cuando se complete la unificación europea.
“Es cierto que los ingenieros informáticos están minusvalorados, pero muchos no hacen nada por cambiar esta situación”
Supongo que eso depende de la actitud de cada persona, y lo que esté dispuesta a sacrificar por realizar el trabajo para el que está preparada. En muchas empresas es cierto que los ingenieros informáticos están minusvalorados, pero todo esto está poco a poco cambiando.
He visto a muchos ingenieros informáticos que están constantemente quejándose, con razón, de sus condiciones laborales, pero que tampoco hacen nada por solucionarlas. Si hay algo que he aprendido es que, si quieres algo, no basta con esperar sentada a que te llegue, sino que tienes que ir a por ello. Por otra parte, conozco ingenieros informáticos que están en puestos de responsabilidad y tomando decisiones, y cada vez más.
Supongo que mi opinión respecto a Debian puede estar un poco sesgada, ya que es la distribución de Linux que mejor conozco. Además, el esfuerzo que tanto yo como muchos de mis amigos y amigas le dedicamos hace que quizás la valoremos más. En cuanto a aspectos técnicos, Debian se asocia habitualmente de una forma bastante justa, en mi opinión, con adjetivos como estable o universal.
Debian es universal en el sentido de que abarca muchas más arquitecturas y tipos de procesador diferentes que cualquiera de las otras distribuciones (lo que supone un esfuerzo), pero también respecto a los sistemas en los que se usa: todo un espectro que va desde los pequeños sistemas empotrados hasta los grandes servidores y clusters de ordenadores, pasando por los ordenadores domésticos.
“Debian tiene la responsabilidad social de marcar y desarrollar las bases estratégicas sobre las que se asienta el mundo de Linux”
Es estable en el sentido de que prioriza la estabilidad, robustez y seguridad del sistema por encima de otros factores. Hay gente a la que esto le gusta, y gente a la que no; personas que prefieren tener un sistema menos estable a cambio de otras cosas que valoran más. En última instancia, el software libre supone eso, poder elegir.
En el aspecto social, Debian es la más importante de las distribuciones que están gestionadas por una comunidad y que no tienen una única empresa detrás. Esto hace que sea necesario que exista un cierto equilibrio de poderes que reúna valores democráticos, “meritocracia” y unas ciertas normas de resolución de posibles conflictos, y que creo que en Debian está muy bien conseguido.
A los resultados me remito. Creo que distribuciones de este estilo, como Debian o Gentoo, cumplen una misión muy importante dentro de la comunidad global del software libre, ya que son las que más se deben esforzar por marcar y desarrollar las bases estratégicas sobre las que se asienta el mundo de Linux, debido a que no tienen una junta de accionistas detrás que les esté presionando para cumplir unos objetivos empresariales a corto plazo.
Por último, en el ámbito ideológico, Debian está muy comprometido con unos valores que están reflejados por escrito en un documento llamado “Contrato social de Debian”, en el que la distribución se declara obligada a permanecer siempre cien por cien libre, contribuir a la comunidad, y dar prioridad sobre todo a nuestros usuarios y usuarias y al software libre. Las directrices que sigue Debian a la hora de calificar un software como libre son muy conocidas y un referente importante para gran parte de la comunidad.
No, no creo que sea para nada un problema técnico sino, por el contrario, un problema puramente empresarial. El mundo de los sistemas operativos libres (no sólo las diferentes distribuciones de Linux, también los sistemas operativos BSD) está muy preparado, en cuanto a técnica, para que lo utilicen los usuarios domésticos en igualdad de condiciones con los otros sistemas operativos privativos que existen.
“El mundo de los sistemas operativos libres está muy preparado, en cuanto a técnica, para que lo utilicen los usuarios domésticos”
En mi opinión, hay un problema empresarial derivado de las técnicas monopolísticas utilizadas por parte de determinadas empresas. Aunque en la actualidad algunas distribuciones de Linux son más fáciles de instalar que otros sistemas operativos privativos, se lucha, sin embargo, en desigualdad de condiciones, ya que las empresas que hay detrás de esos otros sistemas consiguen que estos vengan preinstalados en los ordenadores.
A menudo te encuentras con que ni siquiera puedes comprar un ordenador sin tener que pagar por Windows o Mac OS X (aunque no los vayas siquiera a utilizar), e incluso te llegan a decir que en el caso de que desinstales Windows se te termina la garantía. Tengo mis dudas de que ésta sea una práctica muy legal.
En segundo lugar hay terceras empresas, tanto de hardware como de software, que, con actuaciones activas o pasivas, impiden que sus productos funcionen en sistemas operativos diferentes de aquellos con los que tienen acuerdos. Puesto que a esas empresas sí les interesaría por lógica que los pudiera comprar y usar la mayor cantidad de gente y empresas posibles, la única explicación creíble es que lo están haciendo a propósito con alguna oscura intención. Hablo del soporte de diferente hardware, de algunos conocidos programas de diseño asistido, de diseño gráfico, juegos, etc.
“Hay empresas, tanto de hardware como de software, que impiden que sus productos funcionen en sistemas operativos diferentes de aquellos con los que tienen acuerdos”
Por otra parte, de sobra es conocido que cuando una Administración Pública o una organización educativa, que tienen una gran influencia en las decisiones del resto de los usuarios, intenta usar Linux en sus ordenadores de sobremesa, enseguida recibe fuertes presiones y ofertas sobre la mesa para evitar que esto suceda, al coste que sea. Creo que es cuestión de tiempo que ocurra, pero están usando todos los medios a su alcance para retrasarlo y seguir rentabilizando económicamente el monopolio que tienen.
En el ámbito empresarial también nos pesa el hecho de que las distribuciones comerciales de Linux se gastan bastante dinero en certificados de agencias que demuestren que están en conformidad con una determinada normativa, y que otras empresas a su vez exigen en función de sus planes de calidad.
“Ubuntu está muy orientada hacia un cierto tipo de usuarios finales, muchos de los cuales vienen del mundo de Windows”
Debian es tan apropiada para el usuario de aplicaciones de escritorio como pueda serlo Ubuntu. Aunque tengo muy buenas relaciones con la gente de Ubuntu y estoy participando en proyectos con ellos, en mis ordenadores siempre instalo Debian. Ubuntu está muy orientada hacia un cierto tipo de usuarios finales, muchos de los cuales vienen del mundo de Windows, y da prioridad a diferentes aspectos que Debian.
Ubuntu le da más importancia, en mi opinión, a una instalación sencilla que deje ya el sistema preparado y bonito, mientras que Debian, por ejemplo, le da más importancia al funcionamiento correcto de las actualizaciones del sistema. Mi percepción personal es que a la gente que usa Ubuntu no le importa tanto reinstalar el sistema de vez en cuando, mientras que entre los usuarios de Debian es habitual tener el sistema instalado una vez, hace mucho tiempo, y actualizado progresivamente desde entonces. Al contrario que otros sistemas, Linux no se va degradando con el tiempo y no es necesario reinstalarlo periódicamente para que funcione igual de bien que el primer día.
En todo caso, para el usuario medio recién llegado al mundo de Linux, Ubuntu es una opción muy razonable y, a fin de cuentas, la mayor parte de su sistema es derivado de Debian, con lo que no es tan distinto. Yo suelo recomendar Ubuntu a los usuarios novatos que llegan a Linux. Al ir adquiriendo experiencia, más adelante, muchos de ellos deciden pasarse a Debian.
Otro de los puntos fuertes de Ubuntu, que ya he mencionado antes, se refiere a las certificaciones. Entre eso y la fuerte campaña que han desarrollado, tanto de marketing como de impulso de su red de relaciones institucionales, se están haciendo hueco en el segmento empresarial, un campo que tradicionalmente pertenecía a distribuciones como Red Hat o SuSE.
“El Principado de Asturias está en pleno proceso de liberación del sistema informático que sirve de base para toda su plataforma de servicios telemáticos al ciudadano”
El Principado de Asturias está en pleno proceso de liberación del sistema informático que sirve de base para toda su plataforma de servicios telemáticos al ciudadano. OpenFWPA, el “framework” del Principado de Asturias, es un marco de desarrollo para sistemas de Administración electrónica y Gobierno electrónico basado en la tecnología J2EE y en componentes Open Source (código abierto o software libre, ya que son términos casi equivalentes en la práctica). En la actualidad supera las 100.000 líneas de código y da soporte a más de 150 aplicaciones instaladas en producción en la Administración del Principado.
No. Es natural que cada Administración quiera adecuar el sistema a sus necesidades y, en ese sentido, no sería razonable pensar que todo el mundo necesita exactamente el mismo sistema, pero también es cierto que una gran parte de este desarrollo es común, ya que las necesidades son comunes, y es una pérdida de recursos estar reinventando la rueda una y otra vez. Creo que la evolución natural tiende a colaborar y compartir esfuerzos.
Es importantísima la colaboración entre administraciones, que se den cuenta de que todos estamos en el mismo barco y de que es mejor unir esfuerzos que nadar en solitario. Contamos con que cada vez más administraciones públicas se unan a este empeño.
La diversidad es algo que siempre aporta valor añadido, no solamente en cuanto al género, sino también respecto a muchos otros factores, como diferentes edades, diferentes culturas o diferentes intereses. En general, dos personas diferentes desarrollan software de formas diferentes, el género no es más que un factor más dentro de todo este esquema.
“En general, dos personas diferentes desarrollan software de formas diferentes, el género no es más que un factor más dentro de todo este esquema”
Por diversos motivos (algunos serán posiblemente biológicos, otros socioculturales) hombres y mujeres nos comportamos en general de forma diferente en muchos aspectos de nuestra vida, y especialmente, en la forma de relacionarnos. En la actualidad el software no es algo que se desarrolle en solitario en una habitación cerrada, sino que tiene mucho que ver con la cooperación, trabajo en equipo, organización, comunicación. Estos son los puntos fuertes atribuidos tradicionalmente al género femenino, y en ese sentido creo que sí que tenemos mucho que aportar.
En cualquier caso, me parece muy importante ir avanzando en el sentido de que la aportación de las mujeres al desarrollo tecnológico sea más acorde con la proporción que nos corresponde. En la actualidad el número de mujeres en el desarrollo de software libre sigue siendo muy bajo, no llegamos al 2%. Los motivos que hacen que esto sea así son complejos, pero poco a poco vamos avanzando, aunque tal vez no a la velocidad que nos gustaría.
En este sentido, está claro que se pueden hacer muchas cosas. Debian Women, por ejemplo, ha sido un éxito absoluto, hasta tal grado que las chicas que ahora entran en Debian lo hacen directamente en los subproyectos que les interesan y sin necesidad de pasar por Debian Women para ello, que es precisamente lo que se pretendía.
Aun así, son muchos factores sociocuturales que hacen que sea mucho más difícil para una chica entrar en este mundo, y eso provoca que haya pocas chicas involucradas en el desarrollo del software libre, no solamente en Debian si no en casi todos los proyectos.
La principal función de los editores es seleccionar y editar las noticias que nos mandan los lectores y pasar las más relevantes a portada en función del interés que estimemos que puedan tener para ellos. En oocasiones, aparece una noticia interesante que nadie ha enviado en la cola de envíos, y alguno de los editores la redacta.
Editar las noticias es siempre una tarea controvertida, ya que nunca llueve a gusto de todos. Todo el equipo de editores tiene una gran preparación en términos tanto técnicos como humanos, pero cada cual tiene un estilo diferente. A mí me gusta redactar las noticias de una forma lo más objetiva y aséptica posible, pero en todo caso cada editor sigue su propio criterio a la hora de publicar.
Aunque hay algunos puntos en los que coincidimos todos los editores, por ejemplo en lo relativo al apoyo al software libre, a las libertades, el interés por la tecnología, etc., no hay ninguna política editorial sobre lo que publicamos. Cada uno de los editores pone en portada lo que considera que pudiera resultar de interés para los lectores. De hecho, mantenemos puntos de vista muy diferentes respecto a casi todos los temas en general, lo que no supone para nada un problema sino una ventaja, ya que nos permite sacar mucho partido a esa diversidad.