Ahorrar en vacaciones, y en la playa, es posible. No se trata solo de evitar tirar de tarjeta o de comprar los vuelos con antelación. Se puede ir más allá y ahorrar en lo cotidiano, donde se gasta de más sin apenas uno darse cuenta. Si se llevan de casa botellas de agua congelada para evitar ir al chiringuito, se juega en la arena con materiales reciclados o se conduce a una velocidad moderada hasta el destino playero, se podrá disfrutar de las vacaciones en la costa y, a la vez, ahorrar más euros de lo que se uno se podría imaginar.
1. Ahorrar en el viaje hacia la playa al conducir más despacio
En cuanto dan las vacaciones uno ya está deseando llegar a la playa. Pero conviene pararse a pensar y echar el freno a la paciencia y al acelerador. De esta manera, se empezará a ahorrar antes de llegar al destino costero. ¿Cómo? Si se conduce a una velocidad de 10 kilómetros por debajo del límite, se logra un ahorro en combustible aproximado del 8,3%, según el sitio web de seguridad vial Circula Seguro. Además, con una conducción tranquila y sin acelerones, se puede reducir el gasto en carburante en hasta 4 euros cada 100 kilómetros.
- Aquí hay otros trucos para ahorrar cuando se conduce.
2. Ahorrar en el viaje hacia la playa con la comida
Si el viaje es largo, se debe parar cada dos horas para descansar. Pero eso no quiere decir que haya que comer en la carretera, donde una comida familiar para cuatro puede alcanzar los 50 euros. Con tomar un café o un refresco basta, y se puede almorzar en el coche durante el trayecto. Bocadillos y sándwiches, más algunas piezas de fruta, pueden conformar un menú excelente, ¡y muy barato!
3. Ahorrar con un equipo propio para construir castillos de arena
Espátulas viejas para pintar, pinceles, banderas de cumpleaños, vasos de plástico o moldes de cocina que ya no se usen. Reciclar los cacharros antiguos que se acumulan en los cajones es una idea estupenda para la construcción del más bonito castillo de arena sin gastar ni un euro.
Y si no se tiene este tipo de material para poder reciclarlo o uno descarta esta opción, conviene comprar en un sitio barato de la ciudad los juguetes que se utilizarán en vacaciones y llevarlos hasta la playa. ¡En las tiendas y puestos playeros siempre serán más caros!
4. Ahorrar con agua fresca llevada de casa
Los 1,50 euros que pueden cobrar por una botella de agua en un chiringuito no es mucho dinero. Pero si se multiplica esa cantidad por cada día de playa y cada miembro de la familia ¡puede ser una fortuna! Sobre todo, teniendo en cuenta que en una tienda el agua es mucho más barata y que no cuesta nada llevarla hasta el arenal ya comprada.
Para que el agua se mantenga fresquita durante horas, una buena idea es haberla congelado previamente en casa. Además, llevarla helada ayudará a mantener fresca alguna pieza de fruta que se haya elegido para picar entre horas.
5. Ahorrar al elegir destinos playeros menos conocidos
¿Por qué son tan caros los destinos más conocidos? ¡Porque todo el mundo va allí! Un lugar no se pone solo de moda por capricho sino por su encanto y belleza, sus aguas limpias… pero hay cientos de arenales. Y muchas veces las playas más desconocidas son, además de sitios más baratos, las que terminan por gustar más.
6. Ahorrar con comida casera
Antes de salir de viaje para instalarse en un apartamento, habría que abastecerse de la mayor parte de suministros básicos que se necesitan para pasar las vacaciones. La mayoría de los establecmimentos de playa -incluso los de costes más bajos- sube sus precios en verano y no tiene sentido pagar más por los mismos productos. Crema solar, agua, leche, zumos, galletas, etc. se pueden llevar junto al equipaje, mientras que los productos frescos se comprarán en el destino playero. ¡Así se ahorra mucho dinero!
Aquí hay otros trucos para ahorrar dinero al hacer la compra.
7. Ahorrar con un presupuesto
Casi nunca se hace en vacaciones, pero establecer un presupuesto es tan importante para llevar la rutina diaria como para los días que se pasan fuera. Hay cientos de maneras de organizar cuánto dinero se destina para cada jornada, pero un método muy sencillo es dividir el presupuesto por días y poner lo destinado a cada día en un sobre. Así se tendrá un tope diario y nunca se gastará al principio lo planeado para todas las vacaciones.
8. Ahorrar con el aparcamiento en la playa
A menudo alrededor de las playas es muy difícil aparcar, por lo que los aparcamientos inflan sus precios. Y muchos ayuntamientos, incluso de localidades pequeñas, han implantado la zona azul en estos lugares. Para evitar pagar costes desorbitados, se puede dejar el coche en casa y llegar hasta el arenal andando o en bicicleta o preguntar en la oficina de turismo municipal cómo acceder a la playa en transporte público.
Si queda muy lejos y no hay más remedio que utilizar el coche, es útil preguntar hasta qué hora se aplica la tarifa de pago -en algunos sitios a las 18:00 horas termina la zona azul- y acercarse a la playa por las tardes. Será igual de divertido, habrá menos gente y ¡se podrá disfrutar de la puesta de sol en la playa!
9. Ahorrar en viajes con amigos
Para que las vacaciones salgan más baratas se puede ir a la playa con amigos o familiares y compartir gastos. El alquiler de un apartamento y la comida saldrán mucho más baratos. Además, cuando se va en grupo, se ahorra mucho dinero en actividades. Se realizan más cenas tranquilas en casa, se practican deportes en la playa, se pasa el tiempo con juegos de mesa, etc. y no se visitan tanto los lugares de ocio como el cine, las boleras o el minigolf.
10. Ahorrar en regalos de recuerdo
A todo el mundo le gusta tener un recuerdo de su sitio de vacaciones, pero, en general, los souvenirs son de baja calidad y no siempre bonitos. Al final, terminan rotos o almacenados al poco tiempo de haberlos comprado. En su lugar, se pueden hacer algunas fotos o que los niños hagan dibujos de la playa y sus vacaciones. Después, se puede comprar un marco bonito y regalarle un cuadro a familiares y amigos o decorar las paredes de la casa con estos bonitos recuerdos.