Tener el DNI caducado y descubrirlo días antes de salir de viaje, padecer una molestia gastrointestinal en pleno crucero o perder dos días de descanso por una huelga de pilotos o ferroviaria son problemas típicos que pueden suceder en vacaciones. ¡Hay que intentar que estos contratiempos no fastidien los días libres! Y es que, como se recuerda a continuación, casi todos estos problemas pueden solucionarse con previsión, planificando bien el viaje o contratando los seguros necesarios que hacen estar cubiertos en caso de que surja un imprevisto.
1. No tener la documentación necesaria para viajar
Antes de partir de vacaciones se tienen escogidos y reservados el itinerario y el hotel, pensados al milímetro la ropa y los complementos que se llevarán en las maletas … Por lo general, se planifican las vacaciones con mucha antelación y al detalle, pero no es frecuente preocuparse de mirar la fecha de caducidad de la documentación necesaria para viajar hasta la semana antes, según reconocen fuentes del Cuerpo Nacional de Policía. Este trámite se deja para el último momento. Así, cada verano, cuando más se necesita, las comisarías están colapsadas y hay que hacer largas colas para realizar una gestión sencilla en un servicio que funciona durante el resto del año sin ningún incidente.
Solución. Si ha sucedido ya, no queda más remedio que pedir cita y esperar a que toque (bien entrado el verano, a veces). Pero lo mejor es ser previsores y estar atentos a la fecha de caducidad de los documentos. El DNI se puede renovar 90 días antes de esa fecha. La documentación necesaria para hacerlo y los requisitos están explicados en la web del Cuerpo Nacional de Policía.
2. Perder el vuelo o el tren o que cancelen el viaje
Si se pierde el tren, bus o avión por culpa del viajero, no se tiene derecho a ninguna compensación o conexión; la única solución es comprar un billete nuevo.
Pero también puede ser que afecte una de las huelgas que se programan cada verano, ya sea en Renfe o las de pilotos (los de Air Europa ya han votado una para este mes de julio y agosto) o controladores. En este caso, se deben reclamar nuestros derechos como consumidores.
Solución. Es importante calcular los tiempos y salir siempre con el suficiente para evitar que cualquier imprevisto impida llegar a tiempo al tren o vuelo. Si se pierden por retrasos o cancelaciones achacables a la compañía o a Renfe, hay que informarse en los mostradores de la aerolínea (o en Atención al cliente, en el caso del tren) sobre qué derechos asisten al viajero o qué indemnizaciones le corresponden.
3. Perder las maletas
Una de las situaciones más incómodas y desesperantes en unas vacaciones es perder el equipaje. Aunque las cifras han mejorado desde hace ocho años (una tasa de 18,9 por cada 1.000), aún se extravían muchos equipajes en los aeropuertos, una media de 7,3 maletas por cada 1.000 pasajeros, según datos de la Sociedad Internacional de Telecomunicaciones Aéreas. Para que el disgusto sea menor si sucede, nunca se deben introducir en el equipaje objetos de valor a menos que se hayan asegurado o se haya realizado ante la aerolínea una declaración de valor. Además, siempre se debe conservar el número que va asociado con la maleta, pues lo solicitarán.
Si se viaja en transporte ferroviario y se pierden las maletas, no se recuperará nada, ya que Renfe no se hace responsable de ninguna incidencia, robo, extravío o daños ocasionados en el equipaje. Por ello hay que ser muy cuidadosos si se opta por el tren.
Solución. Si las maletas se pierden, se debe acudir lo antes posible al mostrador de la aerolínea y rellenar el parte de irregularidad de equipajes (PIR). También hay que presentar con el formulario la tarjeta de embarque y los del equipaje. La aerolínea tiene un tiempo determinado para responder: 10 días en el caso de vuelos nacionales y 21 días en los internacionales. Para evitar robos, cuanto menos bonita sea la maleta, mejor. La recomendación es llevar una sencilla (sin marcas, poco vistosa), barata y que cumpla su función. Y, si la roban, se tiene que acudir a poner una denuncia en la comisaría (en los aeropuertos siempre hay una).
4. Sufrir enfermedades durante el viaje
Las afecciones respiratorias, digestivas, traumatismos y heridas de diversa consideración copan las consultas por temas de salud que reciben las compañías de asistencia al viajero. Cualquiera de ellas puede suceder mientras se está pasando unos días fuera de casa, y no siempre se sabe cómo solucionar los problemas médicos.
Solución. Aunque solo el 20% de los viajeros lo contrata, según un informe de la aseguradora Intermundial, tener un seguro de viaje y un seguro médico es lo mejor en caso de sufrir una incidencia médica en el extranjero. En la mayoría de países europeos, se puede contactar con los servicios de emergencias llamando al 911 o al 112. Y para casos graves es importante, además, recurrir a la compañía de seguros de inmediato y explicar la situación. Si se trata de un ingreso en el hospital en el extranjero, se debe contactar cuanto antes con la embajada.
5. Perder la cartera o documentos
Un despiste, un robo… hay distintas causas que pueden hacer que el viajero pierda dinero o documentos. Y puede convertirse en un problema serio, ya que sin dinero ni poder identificarse es casi imposible moverse, sobre todo si se viaja solo.
Solución. Es importante tener las tarjetas y los documentos escaneados o fotografiados y guardados en algún lugar de emergencia. Si no se ha sido previsor, es muy importante ponerse en contacto de inmediato con la embajada o el consulado para informar del caso. Y si no se tienen documentos (o dinero) porque los han robado, se debe hacer, además, una denuncia policial.
6. Nos han robado en casa
No hay nada como volver de nuevo a casa tras unas vacaciones, a pesar de haber disfrutado unos días fuera. Pero, a veces, al regresar se descubre que se ha sufrido la visita de los ladrones, con el consiguiente disgusto y preocupación. ¿Cómo hay que actuar en estos momentos?
Solución. Para evitarlo, conviene seguir los consejos de las fuerzas de seguridad, que cada año recuerdan la importancia de no dar publicidad en las redes sociales sobre las vacaciones, dejar a alguien al cuidado del buzón, hacer que la vivienda no parezca vacía (dejar ropa tendida, etc.).
Pero si ya ha sucedido y uno se encuentra la casa desvalijada, se debe tratar de mantener la calma y, después, seguir una serie de pautas. Lo primero, además de no tocar nada, es llamar a la policía y formalizar la denuncia. Tras ello es importante dar aviso al seguro y al banco.