Nunca sabes en qué momento puedes enfermar, tener una mala caída o un pequeño accidente. Y si, además, sucede mientras estás viajando fuera de España, todo puede resultar mucho más complicado. Por eso, además de organizar la maleta, antes de salir de viaje al extranjero debes tener en cuenta lo siguiente, como recordamos en este reportaje: contratar un buen seguro con el máximo de coberturas posible y adaptado a tu periplo; llevarte la tarjeta sanitaria europea; si precisas medicación, adjuntar un certificado médico sobre la necesidad de llevarla contigo; y recurrir siempre al consulado o la embajada cuando te encuentres en un apuro.
Qué debes llevar en un viaje al extranjero
Tarjeta sanitaria europea (TSE). La «tarjeta azul» es útil, pero solo te garantiza recibir asistencia sanitaria en las mismas condiciones que los ciudadanos del país y «a veces, los países europeos incluyen copagos sanitarios o restringen ciertos tratamientos que en España sí están garantizados por la Seguridad Social», explica Alberto Rubio, de Seguros Intermundial.
La tarjeta tiene validez en Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumania, Suecia y Suiza. Puedes pedirla por Internet, a través de laSede Electrónica de la Seguridad Social o en los centros de Atención e Información de la Seguridad Social (CAISS), solicitando cita previa. La recibirás en un plazo no superior a 10 días al domicilio que figura en las bases de datos de la Seguridad Social. Y este dato debes tenerlo actualizado, pues la tarjeta no se entrega nunca en mano.
Seguro de viaje. ¡No puede faltar! «No nos cansamos de decirlo: es esencial tener un seguro de viaje que tenga plena cobertura, incluida la evacuación en avión medicalizado. Aunque te gastes un poco más, te compensa si tienes cualquier percance», sostiene Juan Sebastián Mateos, asesor técnico de la División de Emergencia Consular del Ministerio de Asuntos Exteriores.
El seguro tiene que adecuarse al tipo de viaje. Debes pensar en el destino, las características geográficas y sanitarias del lugar o los planes que tengas en mente, entre otras circunstancias. Porque «no es lo mismo hacer un crucero, que viajar para hacer deportes como montañismo o buceo o visitar una capital europea». Un buen seguro médico de viaje debe incluir visitas médicas de urgencias, pruebas diagnósticas, traslado a la clínica más adecuada a la situación, hospitalización, operaciones y repatriación, añade Alberto Rubio. Porque, por lo general, los gastos de hospitalización y tratamiento médico en la mayor parte de los países «han de ser asumidos por el paciente y pueden llegar a ser muy elevados».
Medicación necesaria. Si necesitas medicación, debes llevarla siempre, pero acompañada de un informe médico donde se especifique que precisas esos fármacos y cómo hay que aplicarte el tratamiento en caso de necesidad. Y si vas en avión, recuerda que hay restricciones para llevar medicación en el equipaje de mano. Además, como comenta Rubio, «hay que consultar siempre la normativa y las restricciones de entrada de medicamentos del país al que viajemos».
- Desde la División de Emergencia Consular, aconsejan consultar siempre antes de salir al extranjero las Recomendaciones de Viaje que ofrece el Ministerio de Asuntos Exteriores.
La visita al médico fuera de España
Acudir al doctor fuera de tu país puede resultar complicado. Lo conveniente es ir a un centro médico, donde te indicarán qué hacer. Si estás en un lugar cuyo idioma desconoces, es mejor hacerlo acompañado de alguien que controle la lengua del país (un amigo que resida allí, personal del hotel…). Para estos casos, hay seguros médicos de viaje «que incluyen la asistencia intérprete a la hora de recibir atención médica», apunta Alberto Rubio.
Si te ves muy apurado y no sabes qué hacer, acude al consulado. «Y no solo en caso de enfermedad. En cualquier circunstancia, la embajada o consulado estamos para eso, para prestar ayuda a nuestros ciudadanos. No hay que tener timidez para preguntar en la embajada», asegura Mateos. Pero en caso de enfermedad, la embajada y el consulado no pueden:
- Garantizarte un tratamiento mejor que el otorgado a los nacionales del país.
Poner a tu disposición personal para que actúe como intérprete, guía o asistente social.
Abonar los gastos de traslado de restos mortales a España o realizar actuaciones relacionadas que en el ámbito de este traslado, pues corresponden a los familiares.
Sin embargo, esto funciona así en general (el personal es limitadísimo), pero como explica el asesor de Emergencia Consular, «hay casos y casos. La norma general es no poner un intérprete, pero se estudia caso por caso y, según la gravedad, complejidad o las circunstancias de cada situación se actúa o no».
¿Ser hospitalizado fuera de España? Hay veces en las que no queda más remedio. Si es una urgencia (apendicitis, un accidente por el que debas ser intervenido en el acto…), no quedará más que pasar por el quirófano en otro país. Si no tienes seguro, debes estar preparado para tú hacer frente a los gastos, que pueden ser muy elevados.
Si no se trata de una urgencia pero la enfermedad requiere hospitalización, puedes volver a España para ser hospitalizado en tu país, solicitando la repatriación (si los médicos lo estiman oportuno). En este caso, es primordial también tener un seguro de viaje que incluya estos gastos y los de avión medicalizado (o, de antemano, consultar tu seguro de vida o sanitario, que a veces incluye estas coberturas y puede que lo desconozcas)