Preparar el equipaje, poner a punto el vehículo, planificar el trayecto y no olvidar las pastillas contra el mareo son tareas obligatorias antes de emprender un viaje. Sin embargo, todos los planes pueden irse al traste si antes de partir no nos informamos del estado de las carreteras y nos encontramos con las temidas caravanas. Descansar antes de enfrentarse a un viaje largo y conocer con antelación la posibilidad de lluvias o la intensidad del sol, son también factores que ayudan a mejorar las condiciones de circulación y encontrar soluciones de antemano a cualquier imprevisto. Un último consejo: una vez que hemos llegado a nuestro destino, las normas de seguridad, entre las que destaca el uso del cinturón, no deben olvidarse ni siquiera en los trayectos más cortos.
Planificar el trayecto
Antes de cualquier salida, hay que pasar siempre por el taller para revisar el vehículo y ponerlo a punto, pero familiarizarse con el recorrido y conocer las alternativas del mismo, también ayuda a evitar sorpresas.
Lo primero es elegir el destino, decidir sobre un mapa de carreteras el camino que mejor se adapte a nuestras necesidades y comprobar que la vía está en buenas condiciones
Lo primero es elegir el destino, decidir sobre un mapa de carreteras el camino que mejor se adapte a nuestras necesidades y comprobar que la vía está en buenas condiciones
Una vez escogida la carretera, y sobre todo si el recorrido es muy largo, lo podemos dividir en varias etapas o paradas de descanso y prever lo que necesitaremos en cada una de ellas, como la cantidad de combustible, de acuerdo a la distancia que tengamos que recorrer, gafas de sol o bebidas frescas con temperaturas elevadas, o abrigos, en el caso de que atravesemos zonas menos cálidas.
En cuanto a las fechas, iniciar el viaje en un día de diario y que no coincida con principios o finales de mes es un punto a favor para evitar caravanas y densidad de tráfico, aunque si lo que se quiere es aprovechar los días libres al máximo y disfrutar de las vacaciones desde el primer minuto, un buen consejo es armarse de paciencia y no estar pendiente del reloj. Lo importante es llegar al destino, no hacerlo en un tiempo récord. “Hay que olvidarse del reloj, pensar que estamos de vacaciones, que tenemos que disfrutar y ser conscientes de que los atascos son una posibilidad que ofrece la carretera”, afirma De la Peña.
Por su parte, quien vaya a afrontar varias horas de conducción al volante, deberá estar descansado, dormir lo suficiente la noche anterior e iniciar el trayecto a primera hora del día. No obstante, si se tuviera que viajar por la tarde, hay que evitar las comidas copiosas, ya que producen digestiones pesadas y somnolencia, y no consumir nada de alcohol, puesto que reduce el campo visual, disminuye los reflejos y produce agresividad, entre otros efectos. Desde la DGT aconsejan evitar conducir de noche porque la conducción nocturna produce fatiga y somnolencia, a pesar de que hay conductores que lo prefieren por la inexistencia de caravanas y la tranquilidad que da viajar en silencio, sobre todo si el viaje se realiza con niños, que se suelen quedar dormidos.
Además, hay que vestirse con ropa y calzado cómodos, tener a mano los objetos personales que se pudieran necesitar durante el trayecto, si se utilizan gafas graduadas llevar un par de repuesto y hacer una parada cada dos horas, para estirar las piernas y airearse.
De esta manera, se llegará al destino deseado en buenas condiciones y a tiempo de disfrutar lo que resta de vacaciones, aunque también allí se deberán extremar las precauciones y mantener las medidas de seguridad en los trayectos cortos, ya que es precisamente en estos donde el conductor se relaja y olvida las normas, “sobre todo, el uso del cinturón”, confirma De la Peña.
Revisión del vehículo
Puesto que el vehículo es el medio de transporte mayoritariamente elegido para los desplazamientos y donde se va a pasar un buen número de horas, su puesta a punto es uno de los aspectos fundamentales de la preparación del viaje. Con años de experiencia en la fabricación de lubricantes y productos de automoción, la empresa Gulf recomienda revisar:
- Nivel de aceite, líquido de frenos, liquido limpiaparabrisas, agua, y líquido dirección.
- Alumbrado y altura de los faros.
- Carga de batería y estado de sus bornes.
- Estado de los frenos, la dirección, las bujías, la presión y el dibujo de rodadura de los neumáticos, las escobillas del limpiaparabrisas y los manguitos del motor y sus abrazaderas a partes fijas.
- Posición correcta de los asientos y sus anclajes, así como del retrovisor, sin ángulos muertos.
En el vehículo tampoco deben faltar los recambios necesarios, como las ruedas de repuesto, el elevador manual del vehículo (gato), la correa del ventilador y un juego de luces en buen estado, además de las herramientas para su instalación. Precisamente, las luces son una parte importante del vehículo, puesto que tan importante es que faciliten una buena visibilidad en la carretera como que el coche sea visto por el resto de conductores. Por ello, los focos deben estar siempre limpios y bien regulados para no deslumbrar. Respecto al motor, una revisión de todas sus piezas antes de iniciar el viaje nos dejará más tranquilos sobre su estado, así como del de los amortiguadores, la dirección y los frenos. Y tampoco deben faltar en el maletero dos triángulos homologados de señalización de peligro.
Sobre las lunas, éstas deben estar siempre limpias, sin impactos ni rayadas y perfectamente encajadas para evitar situaciones de riesgo. Asimismo, no hay que dejar que durante el viaje acumulen polvo y mosquitos, y hay que cambiar las escobillas cuando éstas aparezcan cuarteadas.
Niños en la carretera y normas de seguridad
Viajar con niños no siempre es fácil. Para ellos los desplazamientos suelen resultar más aburridos que para un adulto y es habitual que pregunten regularmente si “queda mucho para llegar”. Sin embargo, pese al aburrimiento y su interés por viajar en los asientos delanteros, los menores deben ocupar siempre las plazas traseras, al menos hasta los doce años y es recomendable que lleven consigo su juguete preferido. A ser posible, éste tiene que constar de una sola pieza, como una pelota o un peluche, y, si hay más de un niño en el coche, conviene que no lleven más de dos juguetes. Por otro lado, hay que evitar que durante el viaje el niño mire al suelo, lea o escriba, por lo que se puede jugar con él a identificar animales, colores o formas diferentes en la carretera para que esté entretenido.
Desde Tráfico exigen que los niños deben viajar en sus propias sillas o asientos infantiles para automóviles ; la utilización de los sistemas de retención infantil (SRI) en los vehículos podría evitar tres de cada cuatro muertes de niños en las carreteras y nueve de cada diez lesiones, lo que representa una efectividad muy superior a la que proporcionan los cinturones de seguridad de los adultos. Estas sillas para pequeños permiten la sujeción adecuada del niño durante el viaje, evitando que, en caso de que se produzca una colisión, pueda salir despedido. No hay que olvidar que en un choque, el comportamiento de un niño es diferente al de un adulto y las lesiones pueden ser más graves. Aunque el cuerpo del pequeño responde bien a las fracturas porque su configuración esquelética es más flexible, tiene más posibilidades de padecer hemorragias internas, en tanto que los órganos vitales se pueden desprender más fácilmente. Además, la posibilidad de que un niño padezca lesiones medulares es mayor que en un adulto porque las vértebras que sujetan la cabeza son poco sólidas hasta los 3 ó 4 años. De igual modo, su cabeza tiene una desproporción de peso en relación con el cuerpo y lo que para una persona mayor puede suponer un ‘latigazo cervical’, en un pequeño puede representar una tetraplejia.
La DGT recomienda también incluir en el equipaje los discos de música preferidos de los pequeños o las películas favoritas, que pueden ser proyectadas en un DVD portátil. Respecto a la comida, aconseja llevar galletas o piezas de fruta en detrimento de las golosinas, “son el último recurso, se utilizan cuando la situación se vuelve muy tensa con los pequeños”. El agua y los zumos son también un buen alimento para reponer las necesidades de líquido, pero no se debe abusar de ellos, puesto que los niños requerirán ir al baño con más frecuencia.
Por último, para hacer frente a los mareos, resultan muy útiles los chicles y pastillas fabricados para combatirlos, mantener el coche siempre aireado y ventilado, realizar paradas regulares cada dos horas y, si finalmente el niño vomita es importante que el resto de pasajeros no se pongan nerviosos para que tampoco él lo haga. Será bueno en estos casos llevar un botiquín con analgésicos y caramelos contra el mareo, además de desinfectante, antiséptico, gasas, vendas, tijeras, tiritas y pomada para las quemaduras, para curar otras posibles heridas.
Y es que, ya sea corto o largo, durante el viaje el conductor debe tener controlado cualquier posible imprevisto y respetar siempre las normas de seguridad relativas a los menores y la utilización de sistemas de sujeción homologados, así como las que hacen referencia al uso del cinturón. De esta manera, si en autopistas y autovías su uso es una obligación, también ha de serlo en vías urbanas e interurbanas durante los trayectos cortos que se realicen una vez en el lugar de destino, tal y como reconoce Elena de la Peña: “En los pequeños desplazamientos que se realizan mientras estamos de vacaciones es donde más se relaja el conductor y, por ello, donde debemos prestar más atención al cumplimiento de las normas”.