Hace ya años que las empresas de mensajería y envío de paquetes han incluido entre sus servicios el transporte de maletas, algo que permite a sus clientes realizar viajes a lo largo de España y a otros lugares del mundo sin cargar con el equipaje. Si bien el sistema no es nuevo, se ha generalizado su utilización a raíz del auge del turismo y el aumento de las compañías aéreas de bajo coste. El servicio no solo se contrata para conocer otros lugares, sino para trasladarse con comodidad a la casa de familiares, a concentraciones deportivas o a residencias de estudiantes. En ocasiones, resulta incluso más barato que pagar por embarcar los efectos personales en el avión.
Viajar con libertad sin maletas
Para viajar con libertad, sin depender de las maletas, basta con ponerse en contacto con una empresa de paquetería que contemple esta prestación o con compañías especializadas en el transporte de equipaje. Son numerosas las que operan a través de Internet, aunque también hay negocios tradicionales que cuentan con sedes físicas donde proporcionan toda la información necesaria.
Una vez que se haya decidido qué bolsas o cajas va a necesitar en su viaje, el usuario debe rellenar un formulario en el que indique el tipo de artículos que incluirá, el lugar y la hora a la que quiere que se recojan, y el sitio y el momento en que desea que lo entreguen.
El servicio se cubre de puerta a puerta, por lo que los trabajadores pueden acudir al domicilio del cliente, a su empresa o a un hotel, entre otros, y entregarlo allí donde se hospedará. En función de la empresa y del lugar al cual se envíe, los efectos personales tardan en llegar entre 24 y 48 horas dentro de España y algo más si el destino es otro país.
En ocasiones, resulta incluso más barato que pagar por embarcar los efectos personales en el avión
Muchas empresas no dejan transportar una serie de mercancías, como son los electrodomésticos, los productos perecederos, las bebidas alcohólicas, artículos de valor excepcional, dinero, tarjetas de crédito o cheques. También es habitual que rechacen llevar animales vivos, armas o mercancías peligrosas, por lo que es necesario ponerse en contacto con la compañía y consultar su lista de artículos restringidos.
No es imprescindible que el titular del contrato sea quien proporcione los bultos a los empleados, puede ser un familiar o un amigo quien se encargue de dárselos. Lo mismo sucede con la recepción.
¿Qué ocurre si el envío se hace a un hotel y el viajero se retrasa? No hay problema porque la empresa se lo entrega a los trabajadores del lugar donde el cliente ha hecho la reserva y estos se lo guardan hasta su llegada. Si es un domicilio particular, se lo dejarán a la persona que esté allí cuando así lo haya solicitado el remitente. En el caso de que la entrega no sea posible, el equipaje se guarda en almacenes de la compañía hasta que el cliente acuda a buscarlo.
Los efectos personales pueden tardar en llegar entre 24 y 48 horas dentro de España
Los usuarios de este servicio no siempre desean que su equipaje llegue antes que ellos. Por motivos de seguridad o para evitar que otras personas curioseen las maletas en el domicilio donde se depositan, hay quien opta porque el equipaje se envíe a un local y lo recoja allí cuando llegue. Por este servicio se cobra un recargo que ronda los 2 euros diarios. También pueden optar por hacer el traslado desde un aeropuerto. Cuando esta es la opción elegida, al hablar con la empresa se debe indicar el horario de llegada y allí se entregarán las maletas para que las lleven a casa o al hotel.
Algunas compañías que operan a través de Internet dan al usuario la posibilidad de consultar la situación de su maleta y el momento previsto de la entrega. Con una clave que recibe el cliente, consulta esta información en la web donde ha hecho el pedido.
Seguridad de los efectos personales
¿Qué sucede si se pierde el equipaje o la mercancía sufre desperfectos? Las posibilidades de que esto ocurra son mucho más reducidas que en otro tipo de transporte, pero puede suceder. En cualquier caso, en virtud de la legislación actual, las empresas están obligadas a resarcir a sus clientes por los daños que puedan sufrir sus efectos personales.
En caso de rotura, pérdida o robo, el seguro llega a abonar un máximo de 600 euros por expedición. El cliente tiene la posibilidad de pagar algo más por su envío e incrementar la indemnización que percibiría si se registrara un siniestro.
En el supuesto de que haya un retraso en la entrega del equipaje, se abonan hasta 120 euros por envío a partir del segundo día laborable de demora.
Ventajas de volar sin maletas
Es en los aeropuertos donde más triunfa la idea de trasladarse sin equipaje. A menudo, los aeródromos están lejos del centro de la ciudad y muchas veces el avión se coge fuera de la localidad donde reside la persona que viaja. Esto con frecuencia hace necesario pedir un taxi o utilizar el propio vehículo, con los gastos adicionales que esta última opción supone, como el pago del parking del aeropuerto, con tarifas elevadas. Cuando se opta por el transporte público, ir con la maleta no es muy cómodo, tanto si tiene ruedas y se arrastra como si se lleva cogida. Cuando además es necesario alternar varios medios de transporte, como el metro y el autobús, el placer del viaje empieza a disiparse nada más salir de casa.
Contar con una empresa que traslade las maletas proporciona la comodidad de acudir al aeropuerto con las manos vacías, sin más bultos que un bolso o una cartera en la que llevar la documentación. Pero a su vez permite a la persona que coge el avión salir más tarde de casa porque no tiene que facturar la maleta, algo para lo cual es obligatorio personarse en el aeropuerto casi una hora antes. Además, elimina la necesidad de esperar largas colas en el mostrador y, después del vuelo, aguardar a que salgan las bolsas en las cintas transportadoras.
Llevar una maleta de puerta a puerta a otro lugar de la Península cuesta en torno a 20 euros
Otro de los inconvenientes que se solventa al enviar las maletas con una empresa especializada es el transporte de ciertas mercancías consideradas prohibidas en el equipaje de mano. El simple hecho de llevar una colonia, un bote de champú o una crema de más de 100 mililitros no está permitido. Lo mismo sucede a la vuelta del viaje: en ocasiones, no se compran más regalos porque no se pueden llevar en el avión, ya sea por su peso o por sus dimensiones. Con este servicio, el problema está solucionado.
Y si se quiere evitar la pérdida del equipaje, sin duda, contratar a una empresa de mensajería es la solución. Cada año, miles de maletas se extravían en los aeropuertos, enviadas por error a otros países, y es frecuente que desaparezcan para siempre.
Según señalan algunas compañías, el auge de las aerolíneas de bajo coste ha impulsado el servicio de transporte de equipaje. Los vuelos son cada vez más baratos, a precios incluso inferiores a los pagados por un billete en un autobús de recorrido provincial, pero imponen una serie de restricciones, como que el equipaje que se lleve sea de mano. De lo contrario, penalizan al cliente y llegan a cobrarle más por la maleta que por el viaje.
En la aerolínea Ryanair se pueden encontrar vuelos por menos de 5 euros, pero si la maleta es grande y no se puede embarcar como equipaje de mano, hay que pagar 16 euros por trayecto en bolsas de hasta 15 kilos y 27 euros, si superan los 20. Iberia permite embarcar en la bodega una maleta de forma gratuita, siempre que pese menos de 23 kilos; desde los 24 a los 32 aplican un recargo de 60 euros por bulto. Cuando hay que llevar equipaje adicional en vuelos domésticos, europeos o a África u Oriente Medio, cada maleta extra cuesta 50 euros si se factura on line y 60, si se hace en el aeropuerto.
Precios del envío puerta a puerta
Las personas mayores pueden encontrar en estas empresas un gran aliado para hacer turismo
Con esta información, hay que sopesar si compensa utilizar una empresa de transporte de equipaje. Pepemaleta, compañía especializada en el traslado de efectos personales por España, Portugal y Andorra, cobra 19,90 euros por cada bulto de hasta 20 kilos que traslade a la Península -con unas dimensiones máximas de 72x46x24 centímetros-, 30,40 euros si pesa hasta 30 kilos y 40,77 euros por 40 kilos, que es el peso máximo de cada maleta, con la ventaja de que la recogen en el propio domicilio.
Sin embargo, el precio de enviarlo a Canarias cuesta cinco veces más y asciende a 107 euros si pesa menos de 20 kilos, una opción que lo hace menos asequible.
Sinmaletas opera también en trayectos internacionales. Por llevar un bulto de 20 kilos de Madrid a Alemania cobran 90 euros y 115 por transportarlo hasta Estados Unidos. Si son 30 kilos, habría que pagar 130 euros y 144, si pesa 40.
No son los turistas que utilizan el avión los únicos destinatarios de este servicio. Hay un gran número de personas que quieren viajar cómodas sin equipaje y otras a quienes les cuesta llevar las maletas. Personas mayores o con movilidad reducida pueden encontrar en las empresas de mensajería un gran aliado al hacer turismo, visitar a la familia, e incluso, trasladarse a un hospital. Este sistema les da una independencia de la que no disfrutarían si tuvieran que cargar con pesados efectos personales. Entre los clientes también figuran las familias que se trasladan con niños y ancianos.
Si el equipaje de una sola persona para las vacaciones de una semana puede ser abultado, cuando este se multiplica por el número de viajeros y se le añaden sillitas, cunas plegables, cajas de pañales y otros artículos para niños y mayores, el viaje -ya se haga en coche, en tren o en autobús- puede convertirse en una pesadilla. Llevar una cuna de viaje de hasta 20 kilos a un destino peninsular cuesta 20 euros y 31 euros, transportar el carrito de bebé. Por un precio asequible, sus propietarios se libran de portar un bulto imprescindible, pero muy molesto.
Uno de los grupos que utilizan estos servicios son los jóvenes que se trasladan a otra ciudad de España a estudiar y, sobre todo, quienes pasan el curso fuera del país, como es el caso de los estudiantes de Erasmus. Además de la ropa, tienen que llevar consigo libros o equipación deportiva. Por llevar una caja de hasta 40 kilos a Noruega, Sinmaletas cobra 100 euros, un precio similar al que se paga por trasladarla hasta Italia.
También los deportistas pueden disfrutar de las ventajas que proporciona viajar con las manos libres. Portar una tabla de surf, unos palos de golf o una bicicleta es un inconveniente, no solo por su peso y la incomodidad de llevar objetos de gran tamaño, sino también porque los medios de transporte ponen muchas pegas al trasladar este tipo de artículos y, a menudo, obligan a pagar un sobrecoste. En España, Pepemaleta cobra 19,90 euros por llevar un equipo de golf, unos esquíes, una tabla de surf o un equipo para practicar la pesca. En el caso de una bicicleta plegada, el precio asciende a 45,60 euros.