La crisis del sector promotor e inmobiliario nacional ha hecho que la banca haya terminado quedándose con gran parte de aquello que había financiado. Así, el año pasado los grandes bancos y cajas reconocieron haberse adjudicado activos (pisos o solares) por valor de más de 7.000 millones de euros.
Ante la inmensa deuda de muchos operadores inmobiliarios, grandes o pequeños, la banca, acuciada por la morosidad, tuvo que salir al rescate. A la vista de los problemas de liquidez que sufrían buena parte de los promotores y empresarios del ladrillo, sus bancos se quedaron bien con los activos de quienes no les podían pagar o, en su caso, directamente con las acciones de las firmas cuya solvencia pendía de un hilo.
De este modo, gran parte del accionariado de grandes promotoras, como Colonial o Metrovacesa, son ahora propiedad de bancos y cajas. Algo similar ha sucedido también con pisos de particulares, que, antes de entrar en mora, tuvieron la opción de cancelar lo que les quedaba de préstamo entregando la propia casa.
Gran parte del accionariado de grandes promotoras, como Colonial o Metrovacesa, son ahora propiedad de bancos y cajas
Los analistas aseguran que esta tendencia continuará en los próximos meses. Tanto es así, que muchas entidades financieras se han visto obligadas a crear o a reforzar sus secciones inmobiliarias. Es el caso de Aliseda (Banco Popular), Anida (BBVA), Promodomus (Banesto) y otras similares.
El Santander fue la entidad que se adjudicó un mayor número de activos en 2008, por valor de 2.600 millones de euros, que se sumaron a los 1.100 de su filial Banesto. A continuación se sitúan Banco Popular (1.500 millones de euros), Sabadell (800), Caja Madrid (600), La Caixa (550) y BBVA, con 620 millones.
Esos activos deberán ahora volver al mercado. La duda es cómo. Según fuentes financieras, las casas podrían salir al mercado minorista con importantes descuentos. Los solares, en cambio, tienen más complicada su venta.
Con el objetivo de evitar embargos de pisos, la Asociación Hipotecaria Española (AHE), que representa a bancos y cajas de ahorros, apuesta por introducir modificaciones legislativas para establecer mecanismos que permitan el desembolso de la deuda hipotecaria con el propio bien que actúa como garantía, en este caso la vivienda. Esta fórmula se conoce como desembolso por dación.
Este sistema puede evitar la depreciación real del inmueble en hasta un 45% de su valor, ya que el pago por dación permite agilizar los procedimientos evitando intereses de demora y los costes ligados a una ejecución que, al final, repercuten en el precio de la vivienda que sale a subasta.
La AHE propone que se modifique la actual legislación para que cuando se produzca una oferta de dación en pago, y ésta sea aceptada por la entidad de crédito, no se abonen más impuestos que los correspondientes a la operación de transmisión al comprador definitivo.
También propone que si el comprador final así lo desea, pueda subrogarse en el crédito hipotecario del deudor inicial, eliminando de esta manera un doble pago de impuestos y tasas en las operaciones de transmisión, más otros asociados a la operación de financiación hipotecaria final.
Asimismo, la AHE propone que si el destinatario de la vivienda, independientemente de que sea la propia entidad de crédito o una persona física o jurídica, se compromete a ofrecer un contrato de alquiler al deudor insolvente renunciando a su desahucio, la operación esté exenta de impuestos o se pague un tributo reducido.