Casi la mitad de los trabajadores españoles tiene un sueldo en torno a 1.000 euros, una vez descontadas las retenciones de Hacienda y de la Seguridad Social, según datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a través de la Encuesta de Estructura Salarial. Esta retribución es de vital importancia para las relaciones con los bancos, en especial en lo referido a créditos hipotecarios. Pero al disponer de sueldos tan bajos, ¿pueden suscribir alguno de estos productos conforme a estos ingresos? Como se señala en este reportaje, buena parte de la propuesta para financiar la adquisición de una vivienda ha bajado los requisitos que exigen para adecuarse al estado actual de los salarios percibidos por los trabajadores, pero requiere unos ingresos mínimos en torno a 600 o 1.000 euros.
Ingresos mínimos desde 600 euros
A la hora de solicitar una hipoteca, los trabajadores mileuristas tienen desventajas muy claras respecto a quienes tienen ingresos mayores. Aunque disponen de productos para formalizar la compra de una vivienda, la oferta es restringida y hay pocas propuestas adaptadas a sus necesidades personales. Además, si lo que desean los usuarios que tienen percepciones salariales bajas es una mejora en los diferenciales, con toda probabilidad lo tendrán muy difícil, ya que se aplican casi siempre en hipotecas más exigentes, que demandan a sus clientes unas aportaciones mensuales de entre 2.000 y 3.000 euros.
Las hipotecas para bajos salarios están desarrolladas para ingresos mínimos exigidos en torno a 600 o 1.000 euros
Con un salario bajo, las propuestas del mercado bancario se reducen de modo notable y solo productos muy puntuales satisfacen las necesidades de sus clientes. En cualquier caso, están desarrolladas para ingresos mínimos exigidos en torno a 600 o 1.000 euros. Todos los que superan esta barrera son inaccesibles para estas personas.
Dentro de los créditos hipotecarios a los que pueden acceder los clientes con salarios más bajos, destaca la Hipoteca Naranja de Ing Direct, confeccionada desde euríbor + 1,49%, sin comisiones ni cláusula suelo, aunque se requiere la suscripción de un seguro de vida y otro para el hogar. Los ingresos mínimos exigidos son 600 euros.
No es la única posibilidad por la que pueden decantarse estos trabajadores, ya que también cuentan con la iniciativa de La Caixa, que incluye en su oferta su Hipoteca Bonificada, diseñada para el mismo nivel de ingresos que en el modelo anterior. Este producto proporciona un interés vinculado al índice de referencia europeo + 1,90%, que en cualquier caso podrá reducirse en función del grado de vinculación del cliente.
Una tercera opción a las que pueden acogerse es la que proviene de la entidad Abanca bajo la denominación de Hipoteca Mari Carmen, al 1,75% sobre el euríbor, y que puede contratarse también para ingresos mínimos a partir de 600 euros. En cualquier caso, requiere una mayor vinculación con la entidad y suscribir un seguro de hogar y otro de protección de pagos, como condiciones principales para beneficiarse de esta nueva propuesta comercial.
A partir de estos niveles en los ingresos mínimos exigidos, todas las propuestas hipotecarias se desvían de las necesidades de estas personas, ya que exigen aportar una nómina o ingresos regulares por 1.500, 1.600 o 1.800 euros.