El dolor y sus consecuencias

Entre un 40% y un 60% de las consultas en atención primaria están causadas por el dolor
Por Jordi Montaner 29 de marzo de 2009
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Imagen: Mike Johnson

El dolor motiva la mitad de las consultas en atención primaria del país y el 80% de los ingresos en urgencia. ¿Qué duele a quién y por qué? Médicos generalistas y especialistas se ponen de acuerdo para desarrollar proyectos de investigación que permitan indagar en lo que más duele e intentar aclarar algunas de las incógnitas que plantea para, así, trazar un mapa del dolor en España.

Este mes de marzo representantes de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y la Sociedad Española del Dolor (SED) se han reunido en Valencia para indagar en lo que más duele. De la información recabada por ambas sociedades se extrae que un 40% y un 60% de las consultas en atención primaria están causadas por el dolor, con una presentación temporal y de síntomas muy diversa. El dolor, afirman los especialistas, tiene una elevada prevalencia y un gran impacto en España, con importantes consecuencias de tipo familiar, laboral y social, además de un coste económico muy elevado.

Del ambulatorio al hospital

Los generalistas asumen que un 84% de estos pacientes doloridos puede resolver su problema en instancias de atención primaria sin necesidad de acudir a urgencias, lo que no implica que se trate de problemas fáciles de resolver. Hasta un 45% de los enfermos oncológicos españoles experimenta un dolor entre moderado e intenso ya en el momento mismo del diagnóstico, aumentando la proporción hasta un 90% en fase avanzada o terminal de la enfermedad.

El dolor es un síntoma que tiene importantes consecuencias de tipo familiar, laboral y social, además de un coste económico elevado

En los ingresos de urgencias, el dolor es también una variable presente en el 80% de los casos. Por otro lado, se estima que el 60% de la población española consume analgésicos de manera habitual, siendo la cefalea el motivo principal de dicho consumo. Dentro de las cefaleas, el dolor de la migraña parece a todas luces el más invalidante, por impedir al paciente llevar a cabo sus tareas cotidianas de una forma normal. «El abordaje más eficaz del dolor entronca con la visión integral del médico de atención primaria, que acomete las patologías y síntomas tanto desde una perspectiva estrictamente médica como biopsicosocial», explica Julio Zarco, presidente de SEMERGEN.

Añade el especialista que el dolor, en sus múltiples facetas y desde su origen biológico, su vivencia psicológica y sus connotaciones sociales, puede y debe ser atendido por un médico de familia en coordinación con las unidades hospitalarias de dolor: «Esta simbiosis que se debe producir entre ambos ámbitos, hospital y centro de salud, facilitará un mejor manejo y una atención de mayor calidad del paciente con patología dolorosa; es por esta razón que la SEMERGEN creó hace ya cinco años un grupo de atención al tratamiento del dolor capaz de recabar datos nacionales a propósito de tan difícil síntoma».

La SED y la SEMERGEN firmaron en el 2007 un convenio de colaboración que, según Manuel A. Camba Rodríguez, presidente de la SED, «prevé el desarrollo de proyectos de investigación conjunta para esclarecer algunas de las incógnitas que plantea el dolor en España».

Enfermedades y efectos secundarios

El dolor es propio de enfermedades como la artrosis, patología osteoarticular más prevalente en la edad adulta, que a menudo cursa con dolor y discapacidad. Se trata, además, de una de las patologías que más recursos consume. La demanda clínica de esta enfermedad acapara un 20% de todas las consultas en atención primaria y su prevalencia en España se sitúa en torno al 23%. La fibromialgia es otro clásico del que todavía se desconocen sus causas específicas ni se ha identificado un tratamiento eficaz; esta circunstancia genera una enorme insatisfacción tanto por parte de los pacientes como de los profesionales sanitarios responsables de paliar el dolor.

La fibromialgia afecta a un número nada despreciable de personas, sobre todo mujeres. Se trata de un trastorno en el que el dolor generalizado, los vaivenes del estado de ánimo y el cansancio son síntomas relevantes. Otros síntomas que la acompañan son la ansiedad, rigidez matutina, cefaleas, trastornos del sueño, parestesias, edemas, mareos y dificultad en la concentración.

En urgencias, los especialistas deben lidiar a menudo con aspectos relacionados con el dolor: aliviar dolor de tipo cólico, plantear a los pacientes un tratamiento crónico con opiáceos o abordar la analgesia en un dolor abdominal agudo, entre otras. Preocupan también las consecuencias de tratar el dolor de forma crónica con agentes agresivos y la seguridad gastrointestinal y cardiovascular de los llamados antiinflamatorios no esteroideos (AINE).

PLAN NACIONAL

Desde la Sociedad Española del Dolor, SED, se reclama a las autoridades sanitarias la puesta en marcha de un plan nacional de tratamiento del dolor. El dolor afecta a uno de cada cinco españoles (20%) y sus costes directos e indirectos ascienden casi al 2,5% del Producto Interior Bruto. Además, la patología limita seriamente la calidad de vida de los pacientes que la sufren: deteriora sus relaciones sociales, causa alteraciones del sueño y se relaciona, entre otros trastornos, con la aparición de depresión y ansiedad.

Los especialistas reclaman un enfoque multidisciplinario del tratamiento del dolor, que integre la dimensión tanto somática como emocional de este síntoma. Entre los puntos fundamentales del plan nacional, la SED baraja la obligatoriedad de disponer en los hospitales de nivel cuatro de unidades de dolor pluridisciplinarias independientes de cualquier servicio, que dispongan de un presupuesto propio y estén equipadas con personal médico de diferentes especialidades y otros profesionales como psicólogos, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, enfermeros y secretarios.

Otra cuestión que preocupa a la SED es la formación actual de los profesionales en cuanto a fisiopatología, diagnóstico y tratamiento del dolor. La organización aboga también por un plan de formación continuada en dolor, como el consensuado con la SEMERGEN, aunque para médicos especialistas que se impliquen en el tratamiento del dolor dentro de los hospitales, como es el caso de anestesiólogos o neurocirujanos. La SED propone implantar un programa docente, de un año de duración como mínimo, que comprenda todos los conocimientos teóricos y prácticos imprescindibles: anatómicos, fisiológicos, farmacológicos, psicológicos, tratamientos de neuromodulación, infiltraciones articulares, bloqueos nerviosos y técnicas de cirugía mínimamente invasiva.

La receta oficial de estupefacientes y un talonario complejo de rellenar -cuya obtención sigue siendo muy dispar entre las comunidades autónomas e, incluso, dentro de una misma comunidad-, debe quedar contemplada en los futuros planes, según sostiene esta sociedad. La disponibilidad en algunos hospitales de todos los opiáceos registrados en el mercado debe quedar garantizada, unificando la obligatoriedad de la receta oficial y equiparando el trato económico en el Sistema Nacional de Salud.

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