La adherencia o cumplimiento terapéutico significa seguir las instrucciones que el profesional de la salud proporciona al paciente para tratar y controlar una patología. No es solo tomarse los medicamentos según la pauta prescrita, sino también tener en cuenta otras recomendaciones denominadas higiénico-dietéticas, como acudir a las citas para los controles, llevar una dieta o practicar ejercicio físico. Sin embargo, los datos apuntan que, en general, solo entre el 45% y el 78% de las personas con enfermedad crónica cumple lo prescrito. En este artículo se describe qué es el cumplimiento terapéutico y qué estrategias son útiles para aumentar la tasa de adherencia.
Cumplimiento o adherencia terapéutica
El cumplimiento o la adherencia terapéutica son conceptos que describen la respuesta positiva del paciente a la prescripción del profesional de la salud. Se refiere a todas las actividades que lo conforman, desde la toma de la medicación de la manera establecida (en dosis y pauta) y la incorporación de conductas saludables, hasta el hecho de evitar comportamientos de riesgo. Incluso está relacionado con acudir a la cita con el experto sanitario en cuestión para someterse a los controles, tal y como lo establezca el profesional.
No seguir con el tratamiento establecido aumenta el número de ingresos hospitalarios, de pruebas complementarias y de visitas médicas
Parece que es fácil llevar esta pauta. Sin embargo, el incumplimiento terapéutico continúa siendo un reto para los profesionales de la salud, a fin de evitar que los pacientes interrumpan o incumplan los tratamientos, cuando ello supone un riesgo para su salud. Personas con hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes e, incluso, trasplantadas tienen dificultades para seguir con los consejos por exceso, defecto o por ausencia.
El mal cumplimiento puede surgir en cualquier momento: al inicio, durante o al finalizar la recomendación o cumplir algunos de los aspectos aconsejados, o solo en algunos contextos (olvidarse de tomar la medicación los fines de semana o durante las vacaciones). Lo difícil, según los especialistas, es que en esta conducta hay muchos factores que son determinantes, como el entorno social o el nivel cultural, entre otros.
Estrategias para un mayor cumplimiento terapéutico
Aunque no hay datos concretos, se sabe que los pacientes trasplantados de hígado tienen un mal cumplimiento terapéutico, lo que puede acarrear problemas, tanto a corto como a largo plazo, y perder el nuevo órgano. Para intentar poner remedio, la Federación Nacional de Enfermos Trasplantados y Hepáticos (FNETH) celebró en fechas recientes un Curso de paciente experto en adherencia a tratamientos inmunosupresores, con el objetivo de sensibilizar a los receptores de la importancia de cuidarse para conservar el órgano trasplantado.
Erika Guijarro, psicóloga de la Federación, explica que el concepto de cumplimiento es «algo absurdo, ya que no es que el paciente decida cumplir o no. La mayoría de los incumplidores no se sienten culpables por no obedecer instrucciones, sino que llegan a una decisión sensata y racional dentro del marco de sus propias vidas y creencias. Se trata de una reacción personal, coherente con el contexto de su vida y la información de la que dispone. De hecho, estas personas, desde el diagnóstico, han tomado decisiones sobre sí aceptar o no los consejos, tomar o no las medicaciones y cambiar o no aspectos de su estilos de vida».
Por ello, antes de sensibilizar sobre la importancia de adherirse a sus tratamientos, es importante que perciban que forman parte de un proceso, en el cual, ellos son parte activa y voluntaria de realizar todas las conductas, explica la especialista. Si el afectado participa, pregunta y comprende el proceso, mejora la adherencia al tratamiento. Y para conseguirlo, es imprescindible desarrollar programas de atención con equipos profesionales multidisciplinares que aseguren un seguimiento clínico y un apoyo emocional frecuente, que sean fácilmente accesibles y que permitan mostrar a los enfermos los logros que van alcanzando.
Según Guijarro, para mejorar la adherencia al tratamiento es clave «pensar en el paciente, apoyarlo y motivarlo, planear junto a él estrategias que le permitan adecuar el tratamiento a su vida diaria, involucrar también a su familia, buscar de manera conjunta opciones de tratamiento y actividades y establecer estrategias que le permitan llevar el control de su tratamiento«.
No seguir con el tratamiento establecido aumenta el número de ingresos hospitalarios, de pruebas complementarias y de visitas médicas, entre otros, lo que se traduce en un mayor gasto sanitario. También provoca un mayor absentismo laboral y puede ocasionar problemas de salud pública por falta de eficacia de los tratamientos (como los antibióticos) y diseminación de enfermedades.
El incumplimiento farmacológico en algunas patologías, sobre todo crónicas, adquiere una cifra considerable. Diversos estudios señalan que el 85% de los pacientes con hipertensión incumple las recomendaciones higiénico-dietéticas y entre el 7% y el 55% abandona el tratamiento durante el primer año. Igual sucede con las personas que han sufrido un infarto de miocardio: el 20%, al mes de haber salido de alta del hospital, deja el tratamiento. Tampoco las enfermedades mentales se quedan al margen: la tasa de adherencia en la esquizofrenia se estima que está en alrededor del 60%.