El peso y el tamaño de la tripa durante el tercer trimestre de la gestación hacen que para las embarazadas sea difícil encontrar una postura cómoda para dormir. Pero, más allá de la comodidad, las mujeres deben procurar acostarse del lado izquierdo para así evitar los riesgos que para ella y su hijo puede ocasionar la presión de la tripa sobre algunos vasos sanguíneos. Este artículo explica por qué una mala postura puede provocar estrés en el bebé y por qué conviene no alarmarse y sí hacer caso al consejo de dormir sobre el costado izquierdo. También destaca que las alteraciones en el patrón del sueño es algo que sufren casi todas las mujeres durante el embarazo.
El peso de la tripa del embarazo y sus riesgos
Las embarazadas en el tercer trimestre de la gestación deben procurar dormir de lado, recostadas sobre su lado izquierdo. El motivo de esta recomendación es que, en otra posición, el peso del útero -que hacia el final del embarazo habrá aumentado unas 15 veces sus dimensiones, desde el tamaño de un limón pequeño al de una sandía- puede presionar la vena cava inferior. Una posible consecuencia de ello es el llamado síndrome de hipotensión supina, que se caracteriza por una bajada de la tensión sanguínea e incremento del ritmo cardiaco, palpitaciones y sudoración.
Los riesgos son mayores si la mujer duerme boca arriba. La ‘Guía de cuidados en el embarazo. Consejos de su matrona‘, editada por el Ministerio de Sanidad, aconseja lo siguiente: «Evite la posición boca arriba cuando el útero esté muy grande, ya que puede provocarle mareos e incluso disminuir la oxigenación de su hijo, debido a la comprensión que ejerce su útero sobre los grandes vasos». Es decir, los riesgos no solo alcanzan a la futura madre, sino también al bebé.
Mala postura, posible estrés adicional para el bebé
Un estudio reciente, realizado por científicos de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), concluyó que la postura acostada boca arriba de la gestante -siempre durante el tercer trimestre, cuando la tripa alcanza un tamaño considerable- afecta al comportamiento fetal y al ritmo cardiaco del feto, lo cual puede causar un estrés adicional en el niño.
El trabajo, publicado en diciembre de 2016 en la revista especializada The Journal of Physiology, trabajó sobre una muestra pequeña (29 mujeres sanas durante la última etapa del embarazo) y analizó el comportamiento del estado fetal durante periodos de 30 minutos en los cuales las mujeres permanecían despiertas. Quedan por investigar los resultados de mantenerse en esa posición durante tiempos más prolongados, incluso durante todo el sueño nocturno.
Varias investigaciones anteriores ya habían llamado la atención sobre estos riesgos. En febrero de 2015, científicos australianos también concluyeron que dormir boca arriba en los últimos meses podría aumentar el riesgo de padecer una muerte intrauterina, aunque solo en casos en que el feto ya estuviera afectado por otros factores. El trabajo analizó 295 casos ocurridos en hospitales de Sídney (Australia) entre 2006 y 2011. De ese total, 103 mujeres padecieron la muerte de su hijo antes de nacer, mientras que las restantes 192 tuvieron un parto normal y fueron consideradas como grupo de control. En el primer grupo, diez dijeron haber dormido boca arriba (un 9,7%); en el segundo, solo cuatro (2,1%).
Un consejo para hacer caso y no alarmarse
Otros científicos neozelandeses habían publicado conclusiones parecidas. Según un estudio de 2011, la cantidad de bebés que nacieron muertos fue del doble en las mujeres que la noche anterior al parto no habían dormido sobre su costado izquierdo, en comparaciones con quienes sí habían seguido la recomendación de los especialistas. En concreto, la tasa de muertes perinatales fue de 3,93 por cada mil en el caso de las mujeres que durmieron sobre el lado derecho o boca arriba, mientras que entre las que lo hicieron sobre su lado izquierdo el índice fue de 1,96 por cada mil.
Pero los propios investigadores explican que no hay que asustarse ni perder la calma. Más allá de todos estos datos sobre el incremento del riesgo, las cifras son muy bajas.
Conviene hacer caso del consejo de los expertos y que la gestante duerma del lado izquierdo, como recomiendan la citada ‘Guía’ del Ministerio de Sanidad y todos los expertos, porque de esta forma ella dormirá mejor y se evitará un posible estrés innecesario para el feto. Pero la postura al dormir por sí sola no puede causar la pérdida del niño, como tampoco otras consecuencias de gravedad.
Dormir puede convertirse en una misión difícil de cumplir para la mujer en estado. El informe ‘Trastornos del sueño durante el embarazo‘, elaborado por médicos del Hospital Virgen de la Luz (Cuenca) y publicado por la revista oficial de la Federación de Asociaciones de Matronas de España, reveló que el 86,6% de las mujeres analizadas sufrieron durante el embarazo algún cambio en el patrón de sueño: trastornos que van desde la excesiva somnolencia diurna o el llamado síndrome de piernas inquietas hasta problemas respiratorios, como la apnea del sueño o los ronquidos.
El mismo estudio neozelandés, que analizó en qué postura habían dormido las gestantes la noche anterior al parto, consultó también cuántas veces se habían levantado para ir al baño durante esa noche previa y si, en el mes anterior al nacimiento, habían dormido con regularidad durante el día (es decir, si se echaban la siesta). Los resultados indicaron que los porcentajes de embarazadas que se habían levantado solo una o ninguna vez para ir al baño la noche anterior, y de mujeres que habían dormido siesta con regularidad, eran superiores entre las que acabaron perdiendo a su hijo que entre las que no. Los trastornos en el sueño se podrían ver, de algún modo, como una suerte de mecanismo evolutivo para evitar que las mujeres duerman muchas horas en posturas desfavorables para la gestación.
De todas formas, conviene insistir en que las cifras son en todos los casos muy bajas. No hay datos suficientes que lleven a pensar que la postura de la mujer al dormir pueda poner en riesgo la continuidad del embarazo. Pero sí pueden hacer caso siempre que puedan al consejo de dormir sobre el costado izquierdo, mucho mejor para ellas y sus bebés.