La donación de alimentos no deja de ser una forma de comercializar, por lo que debe estar sujeta a las normas de higiene de los productos alimentarios. A pesar de que esta actividad no se rige por una reglamentación específica, sí tiene que cumplir con los principios básicos en materia de seguridad alimentaria. La trazabilidad y el autocontrol son dos aspectos que las empresas donantes y las asociaciones benéficas deben tener en cuenta para garantizarla. El artículo explica cuáles son los productos que se pueden donar y cómo y por qué es importante la donación para reducir el despilfarro alimentario.
Según la ‘Memoria Anual 2016’, de la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), el año pasado pudo repartir 153.908.368 kilos de alimentos. Los principales canales de entrada de estos productos son los excedentes de la industria alimentaria, la Unión Europea y la transformación de frutas y hortalizas. Como refleja un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cada año pueden perderse o desperdiciarse un 30% de cereales; entre un 40% y un 50% de tubérculos, frutas y hortalizas; un 20% de semillas oleaginosas, carne y productos lácteos; y un 35% de pescado. Mientras, miles de personas no tienen acceso a la cantidad necesaria de alimento, lo que obliga a pensar cómo gestionar mejor los recursos para desperdiciar menos y aprovechar más. Como reconoce FESBAL, «no se trata de falta de recursos, sino de cómo se reparten y cómo los usan los que tienen acceso a ellos». La donación de alimentos tiene una doble función: por un lado, satisface las necesidades de los que no tienen acceso normal a los alimentos y, por otro, reduce el despilfarro.
Alimentos que se pueden donar y cómo hacerlo
Los bancos de alimentos, que son los protagonistas de este tipo de donación, reciben todo tipo de alimentos y bebidas siempre y cuando sean aptas para el consumo humano. Estos pueden ser secos, refrigerados o congelados, perecederos o no. Pero nunca deben estar caducados ni con la fecha de consumo preferente superada. Pueden donarse los excedentes de producción, los productos que tienen el envase o el etiquetado defectuoso o con promociones finalizadas, las partidas que devuelven los clientes, productos excedentes de campañas comerciales finalizadas y productos estacionales fuera de temporada, pero no caducados. En el caso de los alimentos refrigerados o congelados, los almacenes deben contar con cámara frigorífica y de congelación para poder conservarlos mientras no se distribuyen.
La donación de alimentos tiene que cumplir con los principios recogidos en la legislación en materia de seguridad alimentaria
La donación de alimentos, según la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria (ACSA), no se rige por una normativa específica, pero sí tiene que cumplir con los principios recogidos en la legislación vigente en materia de seguridad alimentaria. Por tanto, se debe asegurar la calidad de los productos consumibles que se almacenan y distribuyen hasta que llegan a los beneficiarios. Para ello, se aplican controles de calidad organoléptica de los alimentos recibidos, de su caducidad y de las instalaciones y prestaciones de las entidades receptoras. De acuerdo con el Reglamento 178/2002, la donación es una forma de comercialización, por tanto, la empresa donadora y la entidad social que distribuye alimentos están sujetas a las normas sobre seguridad e higiene alimentarias.
Como reconoce la ACSA, deben donarse alimentos que tengan las mismas garantías sanitarias que los destinados a la venta. Los productos muy perecederos microbiológicamente no es recomendable donarlos, si no se conservan y transportan hasta las entidades sociales en todo momento a la temperatura adecuada: carne y pescado frescos no envasados, ensaladas, elaboraciones con huevo fresco, comidas calientes que no son líquidas o alimentos que han sido expuestos al público en vitrinas. Además, antes de entregar los alimentos debe comprobarse que los envases están íntegros y que no se ha superado la fecha de caducidad.
La ACSA ha elaborado el documento ‘Requisitos de Seguridad Alimentaria en la donación de alimentos’, con el que intenta recoger y armonizar los requisitos de seguridad y de higiene de los alimentos que tienen cumplir las entidades sociales que intervienen en la donación en sus distintas modalidades. El objetivo es que sirva de guion para quienes formarán y asesorarán a las entidades sociales en materia de seguridad alimentaria.
Una forma de tirar menos comida
Las cifras de alimentos en buen estado que pueden acabar en la basura son preocupantes. Según datos de la FAO de 2011, se calcula que cada año se desaprovechan o tiran unos 1.300 millones de toneladas de alimentos aptos para el consumo. Según la misma organización, en todo el planeta se desechan casi el 40% de las frutas y hortalizas antes de que lleguen al consumidor; y en la Unión Europea, una de las principales razones es, sobre todo, estética, es decir, que se desperdician alimentos por su apariencia y no entran en la cadena alimentaria, porque son «feos», pero no porque no sean de calidad.Una de las principales medidas para evitar el despilfarro de alimentos sanos y seguros es aprender a leer bien las etiquetas de los alimentos, en concreto el significado de consumo preferente y fecha de caducidad. En muchos casos, alimentos que podrían consumirse sin problemas se dan por caducados y se tiran. Debe tenerse en cuenta que la fecha de consumo preferente, a diferencia de la de caducidad, indica a partir de qué día el alimento puede haber perdido algunas de sus cualidades, pero no supone un riesgo. Siempre que un alimento se conserve según indica el fabricante, aunque haya sobrepasado la fecha de consumo preferente, puede consumirse.