Los niños son grandes consumidores de YouTube, la popular red social que desde hace tan solo 14 años permite a sus usuarios subir y visualizar vídeos. Los pequeños prefieren ver vídeos musicales a tener una cuenta a la que subir sus propios vídeos. Pero cada vez son más los menores que quieren ser youtubers. ¿Están preparados nuestros hijos para todo lo que conlleva liderar un canal de YouTube? Conviene conocer los pros y contras de dejar que se inicie en el fenómeno de consumir y compartir su día a día en Internet. Estos son los riesgos a los que se exponen y las ventajas de ser youtuber desde tan niños.
Riesgos de ser niño youtuber
- ¿Alta legal? Para tener un canal en YouTube antes hay que abrir una cuenta en Google. Y para ello en nuestro país es necesario tener 14 años, por lo que, si el niño tiene menos, los padres deberán dar su autorización. «No puede haber menores de esa edad sin el consentimiento de los padres. Otra cosa es que puedan mentir, porque YouTube no controla», confiesa Jorge Campanillas, abogado de Iurismática Abogados y experto en derecho de nuevas tecnologías. Y es que el único requisito para demostrar la edad es rellenar la fecha de nacimiento. Pero si se descubre el engaño, Google cancela el canal.
- Desde pequeños, con mucha responsabilidad. Desde los 14 años, los niños responden penalmente de sus acciones. Como recuerda Internet Segura for Kids (IS4K), los menores son responsables de los insultos en las redes, de la publicidad engañosa que generen de la violación de los derechos de autor de un tercero, de pornografía infantil… Y son sus padres quienes deben pagar con sus bienes los daños causados por sus hijos. En el caso de los pequeños, los progenitores son responsables de todo. «Al dar el consentimiento están tutelando las acciones que realizan. Por eso -dice Campanillas- aconsejo unirse al niño y entre los dos ir aprendiendo juntos el camino y dando los pasos: dándote de alta en la plataforma, enseñándole qué contenidos no publicar y explicándole las normas de etiqueta de cómo tratar las cosas, sabiendo que van a ser públicas y que cualquier persona lo verá».
- Siempre expuestos. «Si el menor se está exponiendo demasiado y con cuestiones que puedan ser contrarias a su propio bien, Fiscalía de Menores podría actuar», advierte el abogado, quien recomienda solicitar permiso al ministerio fiscal, si hay dudas acerca de la actividad que quiera desarrollar el pequeño y subir vídeos acordes a su edad e intereses.
- Sin privacidad, riesgo de ciberacoso… A través de los comentarios a los vídeos se pueden entablar relaciones con otras personas de las que poco se conoce, y menos sus intenciones. Por eso, Campanillas avisa: «Los padres deben estar ojo avizor a los comentarios que se produzcan de los vídeos para que no se den acciones delictivas que puedan poner al menor en situaciones más peligrosas. Y si se producen, denunciarlas».
- Dependencia y dedicación. Detrás de un vídeo subido a la plataforma, hay mucho trabajo y esfuerzo para quienes se lo proponen en serio. Dedicarse a ello en exceso puede derivar en bajo rendimiento escolar o aislamiento social, entre otros problemas. «Si dedican demasiado a las pantallas significa que lo estarán quitando de estudio, actividades de ocio, descanso, familia y amistades, lectura, higiene y alimentación… cuestiones muy importantes para su desarrollo», reconoce el psicólogo sanitario, David Cortejoso.
- Autoestima minada. Pero este trabajo a veces no es reconocido y no se cumplen objetivos. «No se les puede vender la idea de que es sencillo ser un youtuber de éxito, con muchísimos seguidores y encima ganando bastante dinero. En muchas ocasiones no alcanzan los resultados esperados y/o pueden tener comentarios negativos, lo que acaba afectando a su autoestima con repercusiones para su desarrollo y maduración. Tienen que aprender a centrar su autoestima en su propia valoración, no en la que hagan los demás», asegura el psicólogo.
Ventajas de ser niño youtuber
- Aprendizaje continuo. Para ser youtuber hay que contar con ciertas habilidades tecnológicas que «en el mundo donde nos movemos actualmente vienen muy bien para casi todo», apunta Cortejoso. Pero no solo se aprende a editar vídeos, controlar el audio, preparar las presentaciones y, por supuesto, los contenidos, sino también a desarrollar aptitudes como el lenguaje o los idiomas. Creatividad, organización o responsabilidad son otros valores que se adquieren.
- Autoestima reforzada. «Un youtuber abre su intimidad al mundo, por lo que suelen ser personas con una buena base de extroversión, que a su vez se retroalimenta con las grabaciones de los vídeos y con la interacción de su público y seguidores», señala el psicólogo. La autoestima, por tanto, se ve fortalecida.
- Más comunicación. Ejercer de youtuber facilita la comunicación con otras personas y las relaciones que no siempre tienen que estar mediadas por la Red. «En ocasiones, los contactos se vuelven amistades cara a cara», valora el experto.
- Monetización del canal. Se lo toman como un juego, pero, en realidad, los niños pueden ver su actividad como un empleo, aunque no de manera oficial, porque por ley hasta los 16 años no pueden trabajar. De ahí que si monetizan el canal de YouTube y dejan que se añada publicidad, hay ciertos ingresos económicos que deberán gestionar los padres. «Según las cantidades que consigan, hay que tributar las ganancias. Deberán darse de alta en autónomos y declarar los ingresos», recuerda Jorge Campanillas.