Nunca es buen momento para que la inocuidad de los alimentos se vea comprometida. Menos aún si el incidente se produce en plena temporada de un alimento de consumo estacional. Es precisamente lo que ha ocurrido en esta ocasión, cuando en pleno verano se han producido varias alertas alimentarias relacionadas con los helados contaminados con óxido de etileno. Ahora bien, la noticia no es nueva, ni salpica solo a los helados. En el siguiente artículo, explicamos cuál es el origen de estas alertas alimentarias y respondemos a las principales dudas.
El origen se remonta a finales de agosto del año 2020, cuando las autoridades belgas detectaron elevadas cantidades de óxido de etileno en varios lotes de semillas de sésamo importados desde la India y que habían sido distribuidas a 33 países (24 de ellos miembros de la Unión Europea [UE]). Se trata de una sustancia prohibida en la UE para uso en alimentos, así que Bélgica emitió una alerta a través del sistema europeo de alertas alimentarias (Rapid Alert System for Food and Feed-RASFF). De esa forma, los agentes afectados (productores, distribuidores, etc.) pudieron retirar el producto del mercado.
El incidente fue de considerable magnitud, no solo por el número de países afectados, sino también porque se trataba de un producto, semillas de sésamo, que se emplea en la elaboración de multitud de alimentos (bollería, salsas, aperitivos, etc.) y en el que además las dosis de óxido de etileno superaban muy ampliamente los límites legales.
Por eso la Comisión Europea celebró una reunión extraordinaria en la que se decidió aplicar medidas específicas con carácter de urgencia, como la de enfatizar los controles para las semillas de sésamo importadas desde la India. En este punto, hay que aclarar que todos los productos importados desde terceros países, deben cumplir la legislación europea. Para conseguirlo, se realizan controles en las fronteras de la UE y auditorías en los países de origen, entre otras cosas.
¿Qué es el óxido de etileno?
El óxido de etileno es un gas que se utiliza principalmente con dos fines:
- Por un lado, se utiliza en la industria química para producir otros compuestos (sobre todo etilenglicol, que se emplea como anticongelante en instalaciones de frío).
- Por otro lado, se utiliza como agente esterilizante, especialmente para materiales que son sensibles al calor, como utensilios médicos o de laboratorio.
Su poder esterilizante radica en que se trata de un agente cancerígeno y mutagénico, es decir, tiene capacidad para dañar el ADN. Por eso es eficaz para eliminar los microorganismos patógenos, como las bacterias. Y por eso es peligroso para la salud humana, ya que también puede afectar a nuestro ADN, lo que hace que esté prohibido para su uso en alimentos en la UE.
Así, el principal riesgo que entraña este compuesto para la salud no se asocia al consumo de alimentos, sino que se limita al entorno laboral. Es decir, puede afectar a la salud de las personas que trabajan con esta sustancia si se exponen a ella en cantidades significativas (sobre todo por inhalación) y de forma continuada (varios años) sin guardar las debidas precauciones.
¿Cómo ha llegado el óxido de etileno a tantos alimentos?
Imagen: nils9three
En el pasado, las semillas de sésamo importadas desde la India protagonizaron varias alertas alimentarias debido a que estaban contaminadas por Salmonella, una bacteria patógena, lo que motivó el rechazo del producto en las fronteras de la UE. Al parecer, para evitar esos incidentes, algunos productores de ese país comenzaron a utilizar óxido de etileno como fitosanitario.
De hecho, esta sustancia se emplea habitualmente en algunos países no pertenecientes a la UE para evitar el desarrollo de patógenos en productos como semillas, frutos secos o especias. Eso incluye las semillas de algarrobo, a partir de las cuales se obtiene la goma garrofín, que es un aditivo (E410) que se utiliza habitualmente en la formulación de diferentes productos, como helados o postres lácteos, para mejorar su textura.
Esto no significa que todos los productos que llevan goma garrofín estén contaminados con óxido de etileno. Las alertas solo se refieren a los que se elaboraron con goma garrofín contaminada con esa sustancia. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha comunicado que los productos afectados ya han sido retirados del mercado y ha publicado varias listas de productos facilitadas por los fabricantes para informar a los consumidores, de modo que puedan desechar dichos productos si los tienen en su poder.
- Lista facilitada por MARS, en el siguiente enlace.
- Lista facilitada por FRONERI/NESTLÉ, en el siguiente enlace.
¿Qué ocurre si consumimos productos contaminados con óxido de etileno?
Los productos contaminados ya han sido retirados del mercado. Pero ¿qué ocurre si ya los teníamos en casa y los hemos consumido?
Cuando hablamos de un compuesto tóxico, normalmente se puede fijar una dosis de consumo segura, es decir, una cantidad que podemos ingerir de forma habitual sin que suframos efectos adversos. Sin embargo eso no es posible con una sustancia cancerígena y mutagénica como el óxido de etileno. Para este tipo de sustancias no hay dosis seguras, porque son capaces de dañar el ADN y causar daños como tumores o cáncer.
Sin embargo, eso no significa que vayamos a sufrir necesariamente esos efectos adversos con la mera exposición a esa sustancia. Podemos entenderlo si pensamos en otros agentes cancerígenos y mutagénicos como el tabaco, la luz UV que nos llega del sol o los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) que se forman cuando cocinamos carne a la brasa.
Existe la posibilidad de sufrir daños con tan solo exponernos a esos agentes (por ejemplo, cuando fumamos un solo cigarro, tomamos el sol una sola tarde sin protección solar o comemos un solo chuletón a la parrilla), pero es muy poco probable que ocurra. Eso sí, la probabilidad aumenta a medida que lo hace nuestra exposición: cada vez que fumamos, tomamos el sol sin protección o ingerimos HAP, sumamos “papeletas” para sufrir efectos adversos.
Esto traducido al caso que nos ocupa y considerando las dosis de óxido de etileno encontradas en los productos (en la mayoría de los casos son bajas), significa que es poco probable que se produzca una intoxicación aguda. La posibilidad de daño a largo plazo no se puede descartar (por eso se ha tomado la decisión de retirar los productos) pero la probabilidad de que ocurra es muy baja (sobre todo teniendo en cuenta que la exposición a lo largo del tiempo, en caso de haberse producido, ha sido breve).
¿Por qué no nos hemos enterado hasta ahora?
La primera alerta relacionada con este incidente del óxido de etileno la comunicó Bélgica a principios de septiembre de 2020. Desde entonces han sido retirados del mercado más de 7.000 productos: panes, hummus, helados, especias y un largo etcétera, procedentes de países como la India, China o Turquía.
El mayor revuelo comenzó a formarse cuando las autoridades sanitarias francesas publicaron una lista de esos productos para que los consumidores pudieran consultarla. Esto dio una enorme repercusión al incidente, que hasta el momento había pasado casi desapercibido para la opinión pública, a pesar de que las autoridades europeas y de cada país miembro habían emitido notas informativas al respecto de forma periódica desde octubre-noviembre de 2020.
Hay que aclarar que las alertas alimentarias a nivel europeo se pueden consultar públicamente, aunque los detalles solo se hacen públicos cuando es necesario. Por ejemplo, en muchos de los casos registrados en este incidente, los incumplimientos se han detectado en las fronteras de la UE, así que el producto es rechazado y no llega al mercado.
En otros casos son los productores los que retiran el producto antes de ser comercializado. Es decir, solo se informa directamente al consumidor de los detalles concretos cuando existe la posibilidad de que el producto contaminado haya llegado a su poder, con el objeto de que lo pueda descartar y evitar su consumo.
Es lo que ha hecho ahora la AESAN, difundiendo las listas de productos facilitadas por dos marcas de helados, para que los consumidores podamos consultarlas y evitar el consumo de los productos afectados en caso de tenerlos en casa. Es de esperar que en el futuro se ofrezcan más detalles de productos afectados, a medida que los vayan facilitando las empresas que los venden. En cualquier caso, no olvidemos poner en contexto el riesgo que pueden suponer estos productos contaminados, tal y como hemos comentado anteriormente.
Los productos afectados hasta la fecha y que ya han sido retirados del mercado son los siguientes:
- semillas de sésamo
- pimienta negra
- cúrcuma
- jengibre molido
- semilla de psyllium
- polvo de espirulina ecológica
- linaza orgánica
- fenogreco ecológico
- harina de trigo sarraceno
- café verde orgánico
- aditivos alimentarios E410 (goma garrofín o algarroba) y E412 (goma guar)
La contaminación solo afecta a algunos lotes de algunos fabricantes, no a la totalidad de los productos.