La accesibilidad es una cuestión universal. Aunque se tiende a pensar que sólo afecta a quienes tienen una discapacidad o movilidad reducida, ha de tener en cuenta a todas las personas porque la diversidad es una realidad. Varían la altura, las condiciones, las necesidades. Ninguna persona es igual a otra y, por ello, el entorno ha de estar preparado para atender a todas.
Accesibilidad universal
Cualquier persona en algún momento de su vida puede sufrir un percance que le obligue a estar impedida o necesitar ayuda para realizar determinadas tareas. Es en esos momentos cuando se da cuenta del reto al que se enfrentan cada día quienes, por su condición, requieren medidas accesibles de continuo. Levantarse de la cama, cocinar, cruzar una calle, conducir un automóvil o acceder a una biblioteca son actividades cotidianas que, sin embargo, en ocasiones generan más de un inconveniente.
Para solventar estos problemas, se recurre al denominado diseño para todos o diseño universal. Su misión es prevenir las barreras para que ninguna persona encuentre dificultades en el día a día. En lugar de pensar en unos pocos, se piensa desde el principio en todos. El propio Consejo de Europa adoptó el pasado año una resolución sobre Accesibilidad Universal, cuyo objetivo es conseguir que “los diferentes entornos, productos, servicios y la tecnología de la información y la comunicación sean accesibles”, detalla el Centro Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (CEAPAT).
Se persigue la vida independiente. En lugar de resaltar las diferencias, se apuesta por la igualdad de condiciones. Una mujer embarazada o una persona con una discapacidad transitoria pueden necesitar las mismas ayudas que otra persona con discapacidad permanente, por lo que el entorno debe estar preparado para todas ellas. Nadie ha de quedar excluido. El diseño para todos previene las barreras desde el principio. Crea un entorno útil. Su máxima es lo que se conoce como usabilidad, aplicada a cualquier contexto.
El diseño para todos rehuye las adaptaciones y busca la normalización. “Es el diseño de productos y entornos de fácil uso para el mayor número de personas posible, sin necesidad de adaptarlos o rediseñarlos de una forma especial”, precisan desde Technosite, perteneciente al grupo empresarial de la Fundación ONCE y considerada un referente en materia de accesibilidad y usabilidad. Se trata de simplificar el acceso a los contenidos web y la realización de otras tareas cotidianas “a todas las personas de todas las edades y habilidades, con independencia de su discapacidad o de la tecnología de que dispongan”.
Nuevas tecnologías e Internet
Durante la celebración del pasado Día Mundial de Internet, la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) reivindicó la accesibilidad completa de las nuevas tecnologías, en general, y de Internet, en particular. Ambas están consideradas una excelente herramienta de integración, a pesar de que en la actualidad presentan algunas trabas -acceso, comprensión…- que las convierten, más bien, en motivo de exclusión.
Están consideradas una excelente herramienta de integración, pero algunas trabas las convierten todavía en motivo de exclusión
Para la ONCE, Internet es una oportunidad para acceder a la comunicación, al conocimiento, la formación, la cultura y el ocio, un instrumento para que todas las personas “puedan integrarse totalmente en la sociedad del siglo XXI”. “Sin embargo -lamenta-, los más de 68.000 ciegos y deficientes visuales afiliados a la organización sufren importantes problemas a la hora de realizar actividades cotidianas”.
Realizar compras, reservar un billete de avión, efectuar operaciones bancarias o trabajar a través de la Red son gestiones que, por muy sencillas que parezcan, pueden complicarse si no se aplican los principios de accesibilidad y adaptación.
En todos los ámbitos
El diseño universal es aplicable en todos los ámbitos. En el hogar, permite que las personas mayores o con discapacidad lleven una vida independiente y segura. Pero además, si todas las viviendas dispusieran de un diseño que garantizara la accesibilidad, “además de encontrar una casa adecuada a su situación”, cualquier persona podría también acudir a una reunión familiar o de amigos sin dificultad, “lo que sin duda contribuiría a su plena integración social”, reconoce la publicación ¡Pregúntame sobre accesibilidad y ayudas técnicas!
Editada por el Instituto de Biomecánica de Valencia, Alianzas para el desarrollo económico y social (Alides), CEAPAT y el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, esta guía recoge los criterios recomendados y exigibles de accesibilidad arquitectónica, accesibilidad urbanística, formación, aprendizaje y empleo, transporte, ocio y cultura, comunicación y participación social.
En el caso de la vivienda, detalla los requisitos que deben cumplirse en el exterior, entrada e interior –baño, cocina dormitorios, salón, vestíbulo y terraza- para garantizar autonomía y seguridad. Otros inmuebles en los que se detiene los edificios públicos, a los que acude cada día un buen número de personas con diferentes situaciones y necesidades, además de enumerar las condiciones que deben cumplir escaleras y rampas, ascensores y aparatos elevadores, puertas y pasillos, y vestuarios.
El diseño de los vestuarios debe ser especialmente seguro y cómodo porque facilitan la actividad laboral y deportiva
Estos últimos facilitan tanto la actividad laboral como la práctica deportiva, por lo que su diseño debe ser especialmente seguro y cómodo. De ellos depende que se pueda acceder al resto de las instalaciones y, por ello, deben contar con un itinerario de entrada accesible, pasillos y puertas de anchura suficiente y un pavimento estable, antideslizante y sin rugosidades distintas de la propia pieza. Incluso se contempla la existencia de un espacio libre que permita a las personas con movilidad reducida o silla de ruedas realizar una aproximación paralela al borde lateral de los bancos, el uso de perchas de color contrastado con los paramentos verticales y a diferentes alturas y la instalación de pestillos y tiradores fácilmente manejables en las taquillas. Otros emplazamientos sobre los que se realizan recomendaciones son:
Vado peatonal. Los vados se colocan para salvar las diferencias de altura entre las aceras y la calzada, lo que significa que han de facilitar una transición cómoda y sin riesgos. Para ello, tienen que contar con una anchura de paso mínima de 1,80 metros, aceras rebajadas y una franja señalizadora.
Fuentes y papeleras. Han de colocarse en número suficiente a las necesidades de la zona, estar fabricadas en un material resistente y situarse en los laterales exteriores de las aceras o sendas. Las fuentes, además, deberían disponer de un elemento de recogida de aguas para evitar las salpicaduras y las papeleras, tener un color contrastado.
Obras en la vía pública. Este tipo de obras implican, a veces, la apertura de zanjas o la colocación de vallas y andamios que alteran los itinerarios habituales del tráfico y de los peatones. Por este motivo, los pies del andamio deben colocarse junto a la fachada, las zonas de trabajo han de habilitarse preferentemente en la calzada, el contorno de las obras debe vallarse con balizas estables señalizadas visualmente con destellos luminosos y hay que indicar itinerarios alternativos si se obstaculiza el camino.
Documentos impresos. Si están encuadernados, la encuadernación debe permitir que el documento se abra sin precisar sujeción para mantenerlo abierto, el papel ha de ser mate de color hueso o pastel, el contraste entre el color del papel y la letra tiene que ser alto y la composición simple, con texto alineado a la izquierda, párrafos en bloque y espacio amplio en los márgenes izquierdo y derecho.
Teléfono. Fijo o móvil es uno de los principales instrumentos de comunicación. En la actualidad, existen modelos específicos para personas con discapacidad auditiva o visual, aunque se pueden conseguir teléfonos accesibles si el auricular se puede sujetar fácilmente, las teclas son grandes y de forma cóncava, incluye pantalla de alto contraste y la base es antideslizante.