Pasar unos días fuera de casa para cambiar de aires y relajarse durante las vacaciones puede ser más difícil este año, ya que la crisis azota a cada vez más hogares. De hecho, según datos del Eurobarómetro, el 16% de la población tendrá problemas para financiar su estancia veraniega. Los ciudadanos pueden recurrir a créditos para financiar sus vacaciones, aunque cabe destacar que esta opción incrementaría la ya de por sí elevada tasa de morosidad de las familias españolas. Quienes deciden, de todos modos, pedir prestado para pagar sus vacaciones, recurren generalmente a préstamos personales o a productos específicamente diseñados para esta eventualidad, pero también a las agencias de viajes -que permiten demorar el pago hasta seis meses sin tener que pagar intereses-, o “tiran” de la socorrida tarjeta de crédito. Las posibilidades para encontrar una fuente de financiación se han multiplicado durante los últimos años, y escoger una u otra opción depende, en gran medida, del grado de endeudamiento que pueda soportar cada familia, pero también de las particularidades que brinde cada modalidad.
Créditos «a la carta»
El método más común para buscar financiación con el fin de disfrutar de las vacaciones sigue siendo la obtención de un crédito, bien personal o por medio de algún producto específico diseñado para sufragar estos días de ocio. El importe solicitado por la mayoría de los interesados en estos préstamos no sobrepasa los 6.000 euros, con tipos de interés que oscilan entre el 7% y el 11%, cifra que se eleva hasta el 20% en caso de recurrir a los denominados créditos rápidos.
Junto con los créditos al consumo, otra de las modalidades de financiación que adquiere pujanza durante la época estival son los créditos preconcedidos, líneas de crédito que tienen a su disposición los mejores clientes de las entidades financieras sin necesidad de un estudio previo ni de su posterior aprobación. Estos préstamos tienen la ventaja, para la entidad, de que en el momento de concederlos, conoce con exactitud la capacidad de endeudamiento de sus clientes, por lo que sólo les prestará la cantidad que estime pueden asumir sin ningún tipo de problemas. Para el cliente, las condiciones son más atractivas que las obtenidas a través de la línea convencional (pueden bajar sus tipos de interés del 8%), pero la aplicación de un tipo u otro queda a expensas de la consideración que tenga el cliente en la entidad. Además, este tipo de créditos cuentan con comisiones de apertura y cancelación que pueden llegar al 3%.
La vía de financiación menos recomendable es la contratación de los créditos rápidos, préstamos de “hasta 6.000 euros en 24 horas”, como publicitan las empresas que los emiten. Se caracterizan porque transfieren el dinero rápidamente una vez aprobada su solicitud, con la mínima burocracia y sin cambiar de banco. A cambio, y es un factor de peso que hay que tener muy en cuenta, cobra unos intereses de hasta un 25%, que pueden acentuar el endeudamiento de las familias. En el mercado hay varios productos destinados a este fin, como el “Vida Libre”” de Cofidis, que concede hasta 3.000 euros. De similares características es la apuesta de Mediatis, con una financiación de hasta 2.000 euros, aunque con unos intereses del 22,40% (TAE 24,85%). Cetelem también dispone de un crédito específico para vacaciones en similares condiciones que los anteriores.
Las facilidades de las agencias
Aunque muchas personas lo desconocen, una de las fórmulas más cómodas para financiar las vacaciones es hacerlo a través de las agencias de viajes. Estas empresas conceden a sus clientes diferentes tipos de créditos para viajar, en unos casos aplicando un tipo de interés similar al de un crédito personal -entre un 7% y 10%-, aunque con la ventaja de no tener que solicitarlo en ningún banco o caja de ahorros. No obstante, conviene leer con atención la letra pequeña del contrato porque puede exigir la contratación de otros productos, como tarjetas de crédito o realizar un gasto mínimo anual.
No conviene recurrir a la contratación de los préstamos rápidos, ya que por pequeños importes cobran intereses superiores al 20%
Muchas agencias aplazan el pago en tres, seis o 12 meses sin intereses, pero conviene aclarar que en este caso es preciso abonar entre un 1,50% y 2% en concepto de comisión de apertura -en algunos casos, hasta un 1,50% por estudio.
Préstamos personales
Mediante la fórmula de préstamo personal, son muchas las entidades financieras que se apuntan a proporcionar soluciones a los usuarios en apuros, como el Banco Pastor, que financia hasta 50.000 euros con un plazo de amortización de 10 años. “Crédito Ilusión” es el nombre de la oferta de Caja Laboral, que adelanta hasta 30.000 euros y tiene un plazo de devolución de hasta siete años. Permite su cancelación anticipada de forma total o parcial sin ningún coste adicional, y aplica uno de los tipos de interés más bajos del mercado, en concreto de 6,95%, aunque a cambio hay que abonar una comisión del 1% en concepto de apertura. BBK ofrece créditos de consumo cuya concesión es automática: se puede disponer de 500 a 30.000 euros con un plazo de amortización que alcanza los siete años (cinco si se realiza a través de Internet) y un tipo de interés del 8,74% (TAE desde 10,04%), aunque con unas comisiones que encarecen el producto en un 2%-2,50% más. Bajo el nombre de “Préstamo Consumo” se esconde la propuesta del Banco Guipuzcoano, que concede hasta 30.000 euros con un plazo de amortización de seis años, que se puede ligar a un tipo de interés fijo o variable. Y hasta 12.000 euros con un plazo de amortización de entre tres meses y cuatro años ofrece el “Préstamo Directo” de la Caja de Ahorros de la Inmaculada. Se puede solicitar por teléfono y se caracteriza por estar exento de comisiones por amortización o cancelación anticipada, a partir del tercer mes de vigencia.
Conviene sopesar las opciones de financiación y elegir según el grado de endeudamiento que se pueda soportar
En otra línea se circunscribe el “CrediDeseo” de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, que se puede complementar con un Plan de Protección Total, para casos de desempleo, incapacidad o fallecimiento, y una carencia de seis meses. La Caja de Canarias propone el “Préstamo Libre Disposición”, cuyo importe varía en función del precio del viaje y con cinco años para pagar sus cuotas. El tipo de interés se fija para toda la vida del préstamo de manera que no le afectan las subidas de los tipos de interés del mercado. Este crédito ofrece mejores condiciones financieras según el grado de vinculación del cliente, parámetro que aplica también Banesto a través del “Préstamo 15-30-40”, que anticipa desde 10.000 a 60.000 euros y si se quiere, a los 15, 30 y 40 meses se puede volver a disponer del capital amortizado e incluso ampliarlo. Para sus mejores clientes aplica un tipo de interés de 0% en los primeros meses y durante el resto del período entre el 10,90% y 12,30%. El Banco Popular ofrece un importe que varía desde 3.000 a 30.000 euros, a seis años de amortización, con un tipo de interés del 8,50% (TAE 9,64%), a lo que hay que añadir una comisión de apertura del 1,75%. Uno-e presta entre 1.800 y 30.000 euros que se pueden devolver entre uno y cinco años, aplicando un tipo de interés del 7,50% (TAE 8,57%). Dispone de una comisión de apertura del 1,75% y, en cualquier caso se aplica el 3% de comisión si se decide anticipar la cancelación del préstamo.
Tirar de tarjeta
Las tarjetas de crédito para viaje son una herramienta muy útil, especialmente para las personas que se desplacen en sus vacaciones a destinos en el extranjero o quienes viajen con toda su familia. Además, muchas de estas tarjetas permiten a sus usuarios gozar de descuentos en la contratación de algunos servicios turísticos (hoteles, parques temáticos, centros comerciales, etc.). Conviene, sin embargo, diferenciar las tarjetas estrictamente de crédito de las tarjetas de crédito para viajes. Sobre estas últimas hay que recordar que funcionan como las primeras, pero con la diferencia que se pueden obtener descuentos de hasta un 20% de los servicios turísticos contratados, en función de las promociones que cada temporada lanzan al mercado. Por otro lado, no disponen de un límite máximo, lo que las hace muy útiles para largos periodos vacacionales en donde se necesita un mayor presupuesto. Por otro lado, su contratación resulta muy fácil, ya que basta con presentar el DNI y un recibo de la nómina.
La cara amarga de este tipo de financiación es que, de manera habitual, se tiende a abusar de ellas, y comprar con excesiva “alegría”, lo que conlleva a elevar el índice de endeudamiento familiar. Igual ocurre con las tarjetas de crédito, aunque en este caso hay un máximo, bien estipulado por la entidad emisora o por el propio cliente. En las tarjetas VISA o Mastercard tradicionales, el límite máximo dispuesto está situado en torno a los 3.000 euros, que se pueden devolver a través de pago aplazado, y se aplica un tipo de interés equivalente al 11%-13% TAE, que se puede abonar en el periodo que considere oportuno el titular de la tarjeta a través de cuotas mensuales de 30 euros como mínimo. Una ventaja de esta opción es que lleva aparejado un seguro de accidente y otro de viajes.
La mayoría de las tarjetas de alto standing se distinguen porque obsequian a sus titulares con ofertas especiales en diversos sectores turísticos (líneas aéreas, hoteles, clubes de golf, paquetes de viajes, parques temáticos, esquí, etc.), de forma que es normal encontrase con propuestas como la obtención de un vale de 15 euros por cada reserva en el alquiler de automóviles o descuentos de entre el 10% y 15% en las hoteleras. Las promociones de los establecimientos turísticos se actualizan a diario, de modo que para estar informado basta con visitar regularmente las webs de las empresas encargadas de ofrecer estos servicios. Para validar la promoción telefónicamente hay que llamar al número que aparece en la pantalla para comunicarse con el establecimiento; conviene escribir el código de promoción antes de hacer la llamada y mencionarlo cuando se esté conectado.