La Hierba de Santa Bárbara (Barbarea vulgaris), una planta de la familia de las crucíferas, a la que también pertenecen el brócoli y la coliflor, podría utilizarse como cultivo trampa para evitar las plagas de polillas. Una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con el Instituto Max Planck de Ecología Química, ha descubierto unos compuestos químicos en la superficie de las hojas de esta planta, los glucosinolatos, que atraen a la polilla de crucíferas, también llamada polilla de la col, y estimulan su puesta de huevos sobre ella.
Sin embargo, las larvas de la mariposa de la col no llegan a desarrollarse porque las hojas de la Hierba de Santa Bárbara contienen saponinas fagorrepulsivas, que provocan su muerte por inanición, explicó el organismo público de investigación.
«Se sabía que los glucosinolatos por sí solos atraen y estimulan la puesta de huevos en la polilla de la col, pero estudios anteriores sobre la presencia de estas sustancias en la superficie foliar de las crucíferas habían dado lugar a resultados contradictorios», señaló el investigador Francisco Rubén Badenes, del Instituto de Ciencias Agrarias del CSIC. Esta investigación demuestra que estos compuestos químicos se hallan presentes en la superficie foliar de la Hierba de Santa Bárbara y otras plantas del género Barbarea, pero no en otras especies crucíferas investigadas.
La relación entre la polilla y la Hierba de Santa Bárbara, que podría calificarse de antievolutiva, podría tener una aplicación práctica: emplear la planta como cultivo trampa para evitar plagas de este insecto, que puede acabar con cosechas enteras de coles o brócoli, entre otras especies crucíferas. «La planta aún no se ha empleado en el ámbito comercial con esta función. Sin embargo, los experimentos realizados hasta ahora indican un gran potencial como cultivo trampa para el control de la polilla de crucíferas, en especial en casos donde no se pueden utilizar insecticidas para su control», indicó Badenes.