Andalucía cuenta en la actualidad con 20.000 hectáreas de cultivos con control biológico contra las plagas, frente a las 250 que había en 2005. De este modo, esta comunidad autónoma lidera a nivel europeo la lucha biológica contra las plagas en los cultivos hortícolas de invernadero, según recoge un informe sobre políticas agrarias y pesqueras presentado ante el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía por la consejera de Agricultura y Pesca, Clara Aguilera.
El documento también destaca que Andalucía es líder nacional en superficie de producción integrada respetuosa con el medio ambiente, con más de 400.000 hectáreas, lo que supone el 63% del país. La evolución de este sistema productivo se ha multiplicado por cinco en los últimos ocho años, al pasar de las 81.000 hectáreas de 2003 hasta las 400.000 actuales. El liderato andaluz también se mantiene en producción ecológica, con 880.000 hectáreas, 2.887 explotaciones ganaderas, 800 industrias y 20.000 puestos de trabajo.
Por otra lado, el informe resalta que la calidad y la seguridad alimentaria de los sectores agrícola, ganadero y pesquero andaluces ha evolucionado en los últimos años gracias al trabajo de la Red de Alerta e Información Fitosanitaria, puesta en marcha en 1996 con el objetivo de vigilar el estadio fitosanitario de los principales cultivos de la región. La RAIF cuenta con 180 estaciones meteorológicas y un equipo de técnicos especializados que valoran las necesidades de riego y las condiciones climáticas para plagas y enfermedades agrícolas.
De igual modo, el Plan Andaluz de Vigilancia Epidemiológica realiza cada año 30.000 controles y analiza 10 millones de muestras para garantizar la sanidad y bienestar ganadero. Esta labor se completa con la Red de 19 Laboratorios y Programas de Control de alimentos, producciones ganaderas, cultivos y pesquerías «que certifican la máxima garantía de seguridad y calidad», señala la Junta de Andalucía. En esta misma línea, en los cuatro últimos años se ha concedido 32,7 millones de euros a las 81 Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganadera, que trabajan en la articulación del sector y en la aplicación de los programas de protección y lucha contra las enfermedades. La Junta de Andalucía asegura que estas políticas han permitido que la comunidad «consolide su liderazgo en el sector agroalimentario».