El color blanco y en general los tonos claros, tan recurrentes en las cocinas, favorecen la sensación de luminosidad, pureza y amplitud. Pero también tienen algunos defectos: hacen que la suciedad se note enseguida y dotan de frialdad a la estancia. Este artículo explica el efecto de las cocinas blancas sobre la luz y la limpieza y se refiere a adornos y otros detalles de limpieza en esta zona de la casa, además de recomendar la luz más apropiada para este espacio.
Cocinas blancas: luz y limpieza en la estancia
La luminosidad y la limpieza son dos aspectos que están muy relacionados en la cocina. En ese espacio de la casa suele predominar el color blanco, debido a sus connotaciones de pureza e higiene, y también por su virtud de reflejar la luz y generar la sensación de espacios más amplios. Sin embargo, el blanco también es el color que más evidencia la suciedad, por lo cual hay que prestar mucha atención a la limpieza.
En muchas cocinas que carecen de acceso a la luz natural, el blanco y los tonos claros contribuyen a hacerla más luminosa
Un elemento negativo en muchas cocinas es la falta de luz natural. En muchos hogares la cocina carece de una ventana que dé a un espacio abierto, debido a lo cual la iluminación es 100% artificial. Este es uno de los principales motivos por los cuales el blanco predomina en el alicatado y, a menudo, también en los muebles y en el suelo de esta estancia.
Pero el blanco también se puede combinar con otros colores, sobre todo en detalles pequeños que aligeren la monotonía y generen contrastes que permitan destacar ciertos aspectos, como cenefas, cuadros, adornos, tiradores de las puertas de los muebles, etc. Sí se debe tener cuidado con los colores que se elijan: no deben ser muchos (en lo posible no más de dos, además del blanco) y conviene evitar tonalidades muy intensas. Se recomiendan tonos suaves y claros, como el amarillo, el naranja o el verde.
Otro efecto negativo que el puro blanco genera es un exceso de «frialdad». Estas tonalidades suaves también ayudan a suprimirla. No es casual que los colores señalados correspondan a muchas frutas y otros productos vegetales (limón, melocotones, naranjas, verduras en general). Es cierto que también hay hortalizas de colores intensos (como el tomate), pero en menor cantidad.
Adornos y otros detalles de limpieza en la cocina
En general, los tonos oscuros predominan en el mercado de las encimeras, pero también se pueden conseguir de colores claros. Para contribuir con la sensación de limpieza, el material más recomendado por los especialistas en decoración es el cuarzo compacto o piedra artificial. Este material se ha convertido en una auténtica tendencia en los últimos años y, por eso, sus precios son más bien altos, pero además de contribuir con la limpieza son un signo de modernidad en la cocina.
Las cocinas modernas son minimalistas, entre otras cosas, porque los detalles excesivos generan la sensación de reducir los espacios
El exceso de adornos y otros detalles también constituye un riesgo, porque contribuye, al igual que los colores oscuros, a dar la sensación de reducir el espacio. Por tal motivo, no es casual que en las cocinas más modernas, por lo general pensadas para casas y pisos pequeños, predominen los tonos claros, materiales como el cuarzo compacto y estilos más bien sobrios y minimalistas.
Todas estas pautas facilitan la limpieza de la cocina. Sin embargo, hay ciertas cuestiones que no varían en relación con las cocinas antiguas: si se preparan frituras, alimentos cocinados en la plancha o la sartén, etc., para la limpieza de la cocina son necesarias las técnicas de toda la vida. En particular, es importante no dejar pasar mucho tiempo antes de la limpieza, para evitar que la grasa, el aceite y otros elementos se adhieran y se sequen en la pared y en recovecos difíciles de higienizar, como la campana del extractor. Si es preciso, se debe recurrir a productos específicos para desengrasar, como el amoniaco. La lejía, por su parte, es un excelente blanqueador y permite obtener muy buenos resultados en superficies de ese color.
Es fundamental que cada estancia de la casa tenga la cantidad de luz apropiada, en particular en aquellos lugares donde se ha de desarrollar una tarea que exige concentrar la vista en un punto determinado. Esto no cuenta solo para los rincones de lectura, sino también para el sector de la cocina destinado a la preparación de los alimentos.
Por lo tanto, se aconseja que, además de la iluminación general de la estancia, exista una iluminación localizada para la encimera y los fuegos o la placa de vitrocerámica o inducción. Esa iluminación puede estar generada por una lámpara adicional, por las bombillas empotradas en la campana del extractor de aire o, como ocurre en los diseños más modernos, por luces LED, que son muy pequeñas, consumen poca energía y vienen en cintas que se pueden adherir con facilidad a los muebles de la cocina.