Los asientos más deseados para los espacios de lectura (y también para ver la televisión) son los del tipo chaise longue, es decir, sillones largos con espacio para apoyar las piernas extendidas. Pero un sillón normal también vale. Este artículo explica la importancia de contar en el rincón de lectura con un buen asiento, una correcta iluminación y, si es posible, con una pequeña mesa y otros complementos.
«La felicidad, cuando eres lector, es frecuente». Las personas aficionadas a la lectura seguro que coinciden con esa afirmación (extraída de un libro de Jorge Luis Borges), y las que no, quizás encuentren en ella un incentivo para empezar a leer.
Más allá del valor en sí mismo de la lectura, es importante también generar las condiciones para poder obtener el máximo placer de esa actividad. Y, en este sentido, tener un rincón de lectura en casa resulta de mucha importancia. Se habla de «rincón» aunque no necesariamente debe estar en una esquina. En realidad, el término se refiere a que debe ser un sitio especial, donde quien lo ocupe se sienta tan cómodo que pueda pasarse horas allí.
Hay dos elementos fundamentales a tener en cuenta: el asiento y la luz. Pero también son relevantes otros complementarios que contribuyen a optimizar la experiencia de la lectura. A continuación, los detalles.
El asiento, base del confort para la lectura
Un asiento para la lectura debe brindar el máximo confort posible. Un mueble muy cómodo, que parece pensado de modo específico para la lectura (o para ver televisión), es el llamado chaise longue. Esta expresión francesa quiere decir, de forma literal, «sillón largo», y es justo eso: un sillón alargado, de tal manera que ofrece superficie suficiente para tener las piernas extendidas y reposadas. Es decir, algo parecido a una mezcla entre un sillón y una cama.
Un asiento idóneo es un sillón con respaldo alto, apoyabrazos y reposapiés, y que sea bastante mullido
Un sillón normal o un sofá, de todos modos, también es una excelente propuesta. Lo importante es la comodidad: que quien lo ocupe sienta que su cuerpo se adapta bien al asiento (y viceversa). Para ello, lo más adecuado es que el respaldo sea alto, que el sillón cuente con apoyabrazos y que sea bastante mullido.
Como un sillón normal carece de la longitud del chaise longue, y por tanto no se puede estirar las piernas, lo más idóneo es contar con un reposapiés. Es preferible que el reposapiés logre una buena combinación decorativa con el sillón, en particular, y con el resto del salón, en general. Pero si esto no es posible, al menos conviene que el rincón de lectura esté provisto de una mesita y un cojín que puedan hacer las veces de reposapiés cuando el cuerpo lo pida.
Una buena iluminación, fundamental para la lectura
Una correcta iluminación es fundamental para todos los espacios de la casa, pero mucho más para aquellos lugares en los que la vista ha de emplearse a fondo. Y el rincón de lectura es uno de los principales. Lo apropiado es que reciba la mayor cantidad posible de luz natural, para poder aprovecharla durante el día. Además, es necesario que cuente con una lámpara que otorgue una luz localizada sobre el sillón. Esta tiene que ser potente para que la calidad de la lectura sea óptima, aunque no debe excederse, para evitar deslumbramientos molestos, reflejos, etc.
Lo más aconsejable es una lámpara sea de pie, pero también sirve una de mesa junto al sillón
Es recomendable también que la fuente de luz (tanto si es natural como artificial) llegue desde el lateral contrario a la mano diestra de la persona que lee. Es decir, si el lector es derecho, que la luz llegue desde la izquierda, y viceversa. Esto es porque en muchas ocasiones se desea tomar algún apunte, subrayar frases, etc., y de esta manera se evita que la sombra de la propia mano se proyecte sobre el lugar donde escribe.
Lo más aconsejable es que la lámpara sea de pie, pero también sirve una lámpara de mesa, apoyada sobre una mesa junto al sillón. En el mejor de los casos, la cantidad de luz emitida por la lámpara ha de poder regularse, de manera que se pueda variar en función de las necesidades.
Más allá del asiento y la iluminación, que son los elementos indispensables, existen una serie de complementos que permiten dar al rincón de lectura la comodidad deseada. El más importante de ellos es una pequeña mesa, que quede al alcance de la mano del lector. Siempre es muy práctico contar con ese espacio para apoyar algo que se quiera beber mientras se lee, el libro si uno tiene que levantarse, el teléfono, cenicero, etc. También se puede sustentar en ella una lámpara, si no se cuenta con una lámpara de pie.
Con respecto a la decoración, conviene que los colores que queden frente al sillón no sean demasiado intensos ni vivos, ya que generan mayor cansancio visual y no ayudan a relajarse.
El toque final lo constituye tener cerca los estantes para los libros: no solo para tenerlos al alcance de la mano en cualquier momento (suele pasar que, cuando un libro recuerda o remite a otro, se desea consultar ese otro), sino también como parte de la decoración, ya que su mera presencia a muchas personas les inspira y les da ganas de seguir leyendo.