Los cultivos de transgénicos ocupan ya un total de 11.077 hectáreas en la UE (frente a las 62.187 del año 2006), que se concentran en ocho países europeos. Según un estudio de la Asociación Europea de Bioindustrias (Europabio), que se acaba de presentar en Bruselas, España es el país donde más hectáreas se cultivan con OMG. Las cifras coinciden con el reciente rechazo del comisario europeo de Medio Ambiente de autorizar dos tipos de maíz transgénicos, el 1507, cuya aprobación había pedido España, y el Bt-11, por los posibles riesgos en salud humana.
Imagen: Gavin Mills
La superficie cultivada con organismos modificados genéticamente (OMG) en la UE ha crecido durante 2007 de forma significativa. Según datos de Europabio, este crecimiento ha sido de un 77% respecto al año 2006, mientras que en otras zonas como EE.UU. el crecimiento ha sido menos importante, con un 0,5%, según datos del Servicio Nacional de Estadísticas del Departamento de Agricultura estadounidense (USDA, en sus siglas inglesas). En el terreno europeo, esta superficie se concentra sobre todo en ocho países: España, que encabeza la lista, con 75.148 hectáreas; Francia (21.174); República Checa (5.000); Portugal (4.500); Alemania (2.685); Eslovaquia (900); Rumanía (350) y Polonia (320).
Las cifras presentadas por EuropaBio no reflejan la situación real de los transgénicos en la UE, que desde que en 2004 puso fin a la moratoria sobre la autorización de nuevos OMG ha tenido que recurrir al Ejecutivo comunitario para que actuara como responsable en la aprobación de los permisos de este tipo de cultivos. El motivo es la falta de consenso entre los distintos países. Con todo, para Johan Vanhemelrijck, secretario general de EuropaBio, es importante ver cómo «aumentan estos cultivos a pesar de que sólo está autorizado un producto», el maíz Bt, asegura el experto en el comunicado. Actualmente ya existen 209 tipos de modificaciones genéticas que se están cultivando o están en fase de desarrollo en 46 países de todo el mundo. En algunos casos incluso muchos de los productos obtenidos de variedades que no se pueden cultivar en la UE sí pueden ser importados y usados como piensos.
Posición comunitaria
Alemania, Grecia, Austria y Francia han establecido una moratoria a la aprobación de nuevos cultivos transgénicosAlgunos países europeos como Alemania y Grecia aplican una moratoria a a la aprobación de nuevos cultivos transgénicos por el rechazo que provocan. A pesar de que no se han confirmado casos de daños en salud humana, la posición de ecologistas y contrarios a los transgénicos es clara: solicitan más estudios en este campo, no sólo desde el punto de vista sanitario sino también en los efectos que pueden tener sobre el medio ambiente. La discrepancia sobre la idoneidad o no de los transgénicos ha llegado hace sólo unas semanas en el seno de la Comisión Europea, que aprobaba la comercialización de una variedad de remolacha (H7-1) y tres tipos de maíz transgénicos (Herculex 59122, 1507xNK603 y NK603xMON810), así como su uso en alimentos y piensos. Está previsto que el permiso para vender estos OMG tenga una validez de diez años.
Según los datos de EuropaBio, Francia es el segundo país donde más OMG se cultivan y donde el aumento ha sido de los más espectaculares, concretamente del 323%. Todo ello a pesar de que el Gobierno galo haya anunciado, durante la Conferencia sobre Medio Ambiente que se ha celebrado recientemente, la intención de suspender la comercialización de semillas transgénicas por «precaución». Según la UE, se trata de una medida que va contra la normativa comunitaria. En concreto, se trata de la suspensión del maíz Monsanto MON 810, que desde hace 11 años se utiliza en otros países y cuya prohibición sería, según Stavros Dimas, comisario de Medio Ambiente, «ilegal» si no se aportan nuevas evidencias.
Con la «congelación» al cultivo transgénico Francia se suma a países como Alemania, Grecia o Austria, que ya han establecido con anterioridad este tipo de moratorias. Para ello aluden al «principio de responsabilidad, transparencia y precaución» y se acogen a la Cláusula de Salvaguarda de la directiva 2001/18. Las autoridades galas tienen previsto no aprobar este tipo de cultivo al menos hasta que se apruebe una nueva ley, que podría estar lista en enero de 2008.
Imagen: Thomas Warm
Aprobado en 1998 para su uso como pienso, no para consumo humano, el maíz Bt, resistente a la plaga del taladro, es un tipo de cereal transgénico cuyo cultivo es especialmente importante en España, que representa aproximadamente el 11% de la cosecha total de la UE. ‘Bt’ es el término utilizado para indicar las proteínas que se extraen de la bacteria ‘Bacillus thuringiensis’, presente de forma natural en los suelos que contiene unas proteínas tóxicas para ciertos insectos. Con la biotecnología, los expertos han logrado que las plantas de maíz produzcan una proteína insecticida que elimina las larvas que se alimentan de sus hojas o tallos. Una de las principales ventajas que se le atribuyen a este tipo de cultivo es la posibilidad de usar menos insecticida, así como su mayor capacidad de producción (de un 15% frente a un 10% de cultivos convencionales).
Según el informe ‘Revisión Global de los Cultivos Transgénicos Comercializados: Comportamiento de 2002: el Maíz Bt’, elaborado por el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Biotecnológicas (ISAAA), esta variedad tiene la capacidad para reducir a la mitad la pérdida de un 9% de las cosechas de maíz globales por plagas. Los expertos aseguran que el maíz Bt puede «hacer más seguros a los alimentos» porque reduce el daño que provoca la incidencia de micotoxinas dañinas, y su aplicación podría reducir a la mitad el uso de pesticidas. El informe ya reconoce España como el único país de la UE con un área importante de cultivos con maíz Bt. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), este tipo de cultivo ha representado en lo que va de año el 21,3% del total de maíz sembrado. De todas las comunidades autónomas, Aragón es la que tiene una mayor superficie de cultivos de este tipo, con 35.860 hectáreas, seguida de Cataluña, con 20.365 en 2006.