Transmisión del mal de las vacas locas

Los pequeños rumiantes como ovejas y cabras también podrían transmitir el mal de las vacas locas a través del consumo de leche
Por Maite Pelayo 20 de noviembre de 2008
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Imagen: Paige Foster

La enfermedad de las vacas locas es un tipo de encefalopatía espongiforme de carácter transmisible (EET) capaz de superar la barrera de las especies que ha provocado una de las mayores crisis alimentarias de los últimos tiempos. Las investigaciones sobre sus implicaciones en salud humana han dado ahora como resultado un informe en el que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas inglesas) confirma que pueden existir riesgos de contagio para humanos por el consumo de leche de ovejas o cabras con tembladera, perteneciente a las EET, una familia de enfermedades que afectan a seres humanos y animales y que se caracteriza por una degeneración del tejido cerebral.

Imagen: Paige Foster

La utilización de leche o alimentos derivados de rebaños con scrapie o tembladera, encefalopatía que afecta al ganado ovino y al caprino, puede suponer un riesgo de exposición a la EET para humanos u otros animales. En su dictamen, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria actualiza, aunque con cautela, sus opiniones sobre las posibilidades de que se transmita el mal de las vacas locas a través de la leche de pequeños rumiantes, es decir, ovejas y cabras. Estos nuevos hallazgos tienen implicaciones sobre todo en la salud animal ya que el scrapie clásico es una enfermedad animal que no afecta a los humanos, indican los responsables del Comité de Amenazas Biológicas de la EFSA (BIHAZ), encargado de la investigación.

Ovejas y cabras, ¿nuevo riesgo?

Hasta ahora sólo se había identificado como agente que se puede transmitir de animales a personas el del mal de las vacas locas

Uno de los aspectos más estudiados ha sido el riesgo de la exposición de personas a los agentes de las EET. Ahora los expertos recuerdan que, con la excepción de la variante bovina, no se ha demostrado que las encefalopatías espongiformes animales afecten a las personas, lo que convierte a la especie bovina a la única, por el momento, que se sabe que afecta a la salud humana.

La valoración del riesgo de transmisión de agentes causales de EET desde ovejas y cabras a humanos fue ya detalladamente estudiada en marzo de 2007. Entonces, el mismo comité BIOHAZ concluyó que no había evidencias de un vínculo epidemiológico o molecular entre el scrapie clásico y anormal y las EET en seres humanos. El agente causante del mal de las vacas locas es el único identificado como zoonótico, es decir, que se puede transmitir de animales infectados a los seres humanos.

En la investigación quedó reflejado que la leche de las ovejas que incubaban el scrapie clásico podía contener los agentes responsables de la enfermedad y, por lo tanto, suponer un riesgo de transmisión incluso cuando las ovejas fueran asintomáticas y aparentemente sanas. El Comité también determinó que el grado de exposición al agente causal de la scrapie clásica a través de la leche de un animal infectado era considerablemente menor a la infección encontrada en el equivalente en peso de tronco cerebral o tejido linfoide.

Análisis del riesgo

El nuevo estudio publicado recientemente responde a una petición de la Comisión de las Comunidades Europeas de entregar una opinión sobre un reciente artículo científico elaborado a principios de abril de 2008. En este estudio de investigación veterinaria se concluía que el scrapie clásico se puede transmitir a los corderos genéticamente susceptibles a través del calostro y la leche, conclusión que la EFSA acaba de confirmar. En una actualización sobre los riesgos de personas y animales derivados de la exposición a los agentes de la EET, a través de la leche y productos lácteos de ovejas y cabras, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria confirma que los datos varían ampliamente en función de los países.

Esta divergencia responde a las diferencias tanto en volumen de producción como en el número de casos de animales afectados por la tembladera. En respuesta a este dictamen, la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria señala que la cría de ovejas con resistencia relativa a la variedad clásica de scrapie puede reducir los riesgos para humanos y animales a través de leche y productos lácteos de ovino o caprino.

Las autoridades sanitarias francesas recomiendan aumentar las investigaciones sobre este tema para obtener más datos y ampliar la información preliminar, especialmente sobre los riesgos en las variantes más atípicas de la tembladera (scrapie anormal). También sostienen la necesidad de estudiar, de forma específica, la estabilidad de la infección por la proteína infecciosa, el prión, en la leche durante su transformación para poder cuantificar el riesgo de contagio.

LA CRISIS DE LAS VACAS LOCAS

La crisis del mal de las vacas locas, detectada en el Reino Unido por primera vez, tuvo su origen en el uso masivo de harinas cárnicas para alimentación animal. En noviembre de 2000 aparecía el primer caso en España. Tras la prohibición comunitaria del uso de harinas animales para elaborar piensos, considerada una de las principales causas de contagio, los casos descendieron drásticamente. Los responsables de la UE se percataron de que la seguridad alimentaria sólo podría garantizarse si los procedimientos de control abarcaban toda la cadena productiva, incluyendo la elaboración de piensos para animales, por lo que se desarrollaron herramientas legislativas que garantizaban la salubridad de todos los tipos de piensos, involucrando a todas las etapas de su producción.

Casi una década después, la enorme alarma social ha ido sofocándose, lo que ha permitido relajar las medidas adoptadas al inicio de la crisis, aunque el goteo de casos sigue ocupando esporádicamente los titulares de noticias. La EEB que se suele manifestar en animales a partir de los dos años produce alteraciones nerviosas y modifica el comportamiento del animal y culmina con su muerte. El análisis al microscopio de su cerebro revela un aspecto que recuerda al de las esponjas (espongiforme). En 1996 se describió una nueva enfermedad en las personas, una nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (CJD), que se ha asociado a la existencia de priones similares a los de vacuno enfermo por la ingestión de partes contaminadas del mismo.

EL PRIÓN RESPONSABLE

Las enfermedades espongiformes están causadas por la alteración de priones, formas proteicas incluidas en todos los vertebrados superiores. El prión (PrPsc), una molécula de naturaleza proteica, es el agente responsable de las enfermedades espongiformes. Se trata de un agente transmisible, causante de una infección no convencional, muy similar al que provoca el prurigo lumbar de los ovinos y caprinos (scrapie en inglés), también denominado tembladera del ganado ovino. Los priones proceden de proteínas normales, denominadas PrP, y son frecuentes tanto en personas como en animales.

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