A los 80 años de edad una persona sedentaria puede haber perdido entre un 30% y un 40% de la masa muscular que tenía a los 30 años. Con esta disminución se pierde fuerza, movilidad y aumenta el riesgo de sufrir caídas y fracturas óseas. Debido a los cambios en la composición corporal y al descenso en la actividad física, las personas mayores deben adaptar su alimentación, y para compensar la pérdida de masa muscular es necesario asegurar un aporte adecuado de proteínas de calidad a través de la dieta.
La ingestión de proteína de suero podría dar lugar a una sustancial acumulación de proteínas en el músculo de las personas mayores, debido a mecanismos anabólicos (de formación de proteínas musculares) que van más allá de los que se asocian a los aminoácidos (componentes de la proteína) administrados por separado, según un estudio publicado recientemente en el «Nutrition Research». Los investigadores hablan de que este hallazgo podría tener implicaciones prácticas en la formulación de suplementos dietéticos que estimularían la formación de masa muscular en los ancianos. No obstante, otros centros de investigación atribuyen mayor efectividad a las dietas ricas en alimentos proteicos.
La proteína de suero, una posible ayuda
En el estudio se ha puesto de manifiesto cómo la proteína de suero de leche puede ayudar a la formación de músculo en los mayores. Los efectos anabólicos comprobados van más allá de los observados en estudios anteriores, en los que se administraban aminoácidos constituyentes de esta misma proteína, pero por separado.
Los participantes de la investigación, con una edad media de 65,7 años, recibieron un bolo alimenticio que contenía 15 g de proteína de suero, otros recibieron un bolo con 6,72 g de aminoácidos esenciales, y un tercer grupo, 7,57 g de aminoácidos no esenciales, es decir, aquellos componentes más simples de las proteínas que el cuerpo puede obtener por sí mismo y no es estrictamente necesario ingerir a través de la dieta.
La pérdida de fuerza muscular incrementa el riesgo de caídas y la susceptibilidad de enfermar
Tras la ingesta se midió la acumulación de proteína muscular en cada grupo, utilizando como referencia el balance de fenilalanina (un aminoácido esencial) en el músculo esquelético de la pierna. Sus resultados han sido concluyentes ya que ha observado que la acumulación de proteína muscular es mayor tras la ingestión de la proteína del suero de leche en comparación con sus propios constituyentes por separado. Además la respuesta de insulina que se observa es mayor después de la ingesta de suero de leche.
La insulina es una de las hormonas anabólicas por excelencia y ayuda en la formación de proteínas en las células musculares. La implicación práctica, según los investigadores, pasa por la fabricación de suplementos nutricionales con proteína de suero para mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
Sarcopenia: los músculos pierden fuerza
Existen claras y notables diferencias entre la forma y la composición corporal de un organismo joven y de uno anciano. Los cambios están influenciados por factores genéticos y ambientales. La edad, la situación fisiológica o patológica, el consumo de ciertos fármacos, el tipo de alimentación y la práctica de ejercicio son también otros de los factores que determinan el paso hacia la vejez.
La sarcopenia es el deterioro que se produce sobre la fuerza y la masa muscular y que se asocia con el proceso de envejecimiento y con la reducción en la práctica de actividad física habitual. La pérdida de fuerza y capacidad de los músculos puede ser un agravante en la falta de autonomía de los mayores, además incrementa el riesgo de caídas y la susceptibilidad de enfermar. A esto se suma que aumenta el riesgo de resistencia a la insulina, de perder masa ósea, de reducir la capacidad cardiovascular y de empeorar la postura, entre otras.
Aunque no se puede atribuir la sarcopenia a una sola causa, se sabe que una ingesta insuficiente puede ser un factor clave que contribuye a este deterioro muscular. Una alimentación insuficiente de la proteína necesaria en el anciano puede aumentar el catabolismo (la destrucción de proteínas y de masa muscular) y acelerar el riesgo de desnutrición. Entre los 20 y los 30 años de edad se tienen los valores más elevados de número de fibras musculares y de grosor del músculo, valores que comienzan a disminuir a partir de esta última década.
Esta disminución suele ser ligera aunque significativa entre los 30 y los 50 años (cercana a un 10%). Sin embargo, a partir de los 50 años la caída en la proporción de la masa muscular es mucho más pronunciada y se acompaña de un aumento de la grasa intramuscular. No obstante, la máxima expresión de esta pérdida en la composición corporal se da en los mayores de 75 años.
Esta problemática ha llevado a numerosas investigaciones a analizar a fondo el papel de la dieta en el mantenimiento de la masa muscular. Así, desde el Departments of Surgery and Physical Therapy and Internal Medicine de la Universidad de Texas se hace la reflexión de que se necesita más investigación sobre cómo la edad influye en la formación de masa muscular tras la ingesta de diferentes tipos de proteína dietética, tanto en personas adultas como en ancianas.
Los investigadores han indagado en la producción de músculo por el organismo tras la ingestión de 113,4 g de carne de ternera, rica en proteínas de alto valor biológico. Los resultados señalan que hay claras ventajas en cuanto a la formación de músculo se refiere en comparación con la obtenida a partir de suplementos de proteína o de sus aminoácidos.
Esta conclusión, sin embargo, se contradice a la de otra investigación reciente publicada también en “Nutrition Research” sobre la mayor capacidad anabólica de las proteínas de suero de leche. Aunque las perspectivas de los suplementos dietéticos con suero de leche son positivas, se necesita indagar más a fondo para determinar qué es más efectivo sobre el desarrollo y mantenimiento muscular, si el consumo de alimentos proteicos (carnes, pescados, huevos, lácteos y derivados de estos alimentos), de suplementos específicos de proteínas o de aminoácidos concretos.
La proteína de suero de leche se obtiene de la elaboración artesanal del queso. Este producto se ha utilizado durante años en la alimentación animal y se utiliza en la actualidad para el enriquecimiento de alimentos y como suplemento dietético para deportes de fuerza. Desde el punto de vista de tecnología alimentaria, la proteína de suero de leche es utilizada por la industria porque confiere propiedades técnicas a ciertos productos alimenticios. Por ejemplo los alimentos horneados que contienen proteína de suero de leche mantienen su frescura durante más tiempo.