En el año 2009 se ponen de manifiesto necesidades, retos y oportunidades para la paz. Algunos conflictos podrían terminar si se produjeran las negociaciones pertinentes. Es tiempo de compromisos, asegura la Escola de Cultura de Pau de la Universidad Autónoma de Barcelona en su anuario sobre conflictos, derechos humanos y construcción de paz.
Imagen: Stas Kulesh
Diez. Éste es el número de contextos en los que podrían darse «pasos claves hacia la paz» a lo largo de este año. El informe «Alerta 2009!», editado por la Escola de Cultura de Pau de la Universidad Autónoma de Barcelona, fija esta cifra después de analizar los 31 conflictos armados, las 80 situaciones de tensión sociopolítica y las 36 crisis humanitarias que tuvieron lugar durante 2008 y «que han marcado también el inicio de 2009». Los ojos están puestos en Congo, Sri Lanka o Somalia, pero también «en otros conflictos olvidados, como la cuestión kurda en Turquía, el conflicto en el Delta del Níger o las diversas insurgencias en la India y Filipinas».
Escenarios favorables
Después de analizar la situación de los conflictos y sus tendencias, el estudio determina las diez oportunidades de paz para 2009. Éstas incluyen las iniciativas de paz en Colombia, los procesos similares en Chipre, Burundi y República Centroafricana, la construcción de paz posbélica en Nepal, la implementación del Código de Conducta de la Unión Europea sobre comercio de armas, el acercamiento internacional hacia Siria, el anuncio del cierre de Guantánamo, la resolución 1820 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre violencia sexual y el compromiso internacional con la reducción de la violencia armada.
Es necesario comprometerse con la prevención de conflictos y la resolución de las cuestiones de fondo
En estos escenarios se vislumbran «oportunidades de paz para un futuro no lejano». En algunos casos, los procesos de negociación ya están en marcha, mientras que otros lugares se encuentran en fase de rehabilitación posbélica. Se trata, por lo tanto, de dar un empujón para alcanzar una estabilidad definitiva. «La comunidad internacional tiene aún el reto pendiente de comprometerse de manera efectiva con la prevención de conflictos y la resolución de las cuestiones de fondo, más allá de la gestión inmediata de las crisis», señala el director de la Escola, Vicenç Fisas.
Del total de 31 conflictos contabilizados durante el pasado año, 30 permanecían abiertos a comienzos de 2009. Los puntos calientes se registraron en Asia (14), África (nueve), Europa (cuatro), Oriente Medio (tres) y América (uno). Respecto a las particularidades de los enfrentamientos, la mitad fueron de carácter interno internacionalizado y el resto de carácter interno exclusivamente, excepto los conflictos internacionales entre Georgia y Rusia e Israel y Palestina.
Las consecuencias de los conflictos analizados en el estudio son variadas. En una decena de casos, los niveles de violencia fueron muy elevados, con más de 1.000 víctimas mortales. Además, se detectaron “graves violaciones de los derechos humanos” en 60 países, con las consiguientes dificultades para personas y organizaciones a la hora de hacer valer sus derechos y libertades fundamentales. El estudio destaca restricciones a la libertad de expresión y opinión, en general, hacia minorías, medios de comunicación o defensores de derechos humanos.
Los niveles de violencia y las violaciones de los derechos humanos son dos factores que se repiten
En cuestiones de género, los niveles de desigualdad fueron también elevados, sin que la “plena igualdad” haya sido alcanzada todavía en ningún país del mundo. De ahí la importancia de la resolución 1820 sobre violencia sexual aprobada por el Consejo de Seguridad y que supone una garantía más para la protección de las mujeres y las niñas.
En total, el análisis de 70 procesos de negociación permitió constatar que 58 de ellos (83%) tienen abiertos diálogos o negociaciones formales de paz, “un dato significativo y esperanzador”, según el estudio. Sin embargo, las dificultades para avanzar son todavía numerosas. El 30% de las negociaciones han ido bien o han terminado de forma satisfactoria; en un porcentaje similar las negociaciones han ido mal, y en un 40% de los casos ni siquiera ha existido la posibilidad de iniciar un acuerdo.