¿Qué es el arroz de levadura roja que se relaciona con varias muertes en Japón?

Como su nombre indica, el arroz de levadura roja, también conocido como arroz rojo koji o benikōji, es un arroz de color rojizo, que adquiere ese aspecto porque es cultivado junto a la levadura Monascus purpureus.  

Este arroz se ha utilizado tradicionalmente en la gastronomía del este asiático, sobre todo en la cocina de China y Japón, para aportar color y aroma a diferentes preparaciones; por ejemplo, para elaborar vinagre, saque o diferentes platos de cerdo y pato. También se ha usado durante siglos en la medicina tradicional china, dado que se le atribuían diferentes propiedades “para ayudar a la digestión, revitalizar la sangre y vigorizar el cuerpo”. 

Pero si hoy goza de popularidad en todo el mundo es, sobre todo, porque muchas personas lo emplean para tratar la hipercolesterolemia, es decir, se utiliza para bajar el colesterol. 

A finales de la década de 1970, varios grupos de investigación en diferentes países, sobre todo en Estados Unidos y Japón, trabajaban en la búsqueda de una solución para reducir el colesterol. Los investigadores estadounidenses consiguieron aislar un compuesto a partir de la fermentación llevada a cabo por el moho Aspergillus terreus. En un principio lo bautizaron como meviolina, pero posteriormente se renombró como lovastatina.

Años después, en 1987, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) aprobó su uso como medicamento, convirtiéndose así en la primera estatina comercializada (las estatinas son los medicamentos que se emplean habitualmente para tratar la hipercolesterolemia).

Paralelamente, investigadores japoneses lograron aislar un compuesto llamado monacolina K a partir de la fermentación llevada a cabo por la levadura Monascus purpureus, aunque esta nunca llegó a comercializarse como medicamento. 

Poco después se descubrió que la monacolina K (en forma de lactona) y la lovastatina tienen la misma estructura química y composición. Es decir, son compuestos idénticos, así que también poseen las mismas características. A pesar de ello, generalmente se utilizan los dos nombres para hacer distinción entre ellas, por su diferente origen y por su diferente uso, ya que la lovastatina está aprobada como medicamento.

Durante la fermentación, la levadura Monascus purpureus produce diferentes monacolinas, entre las cuales la más abundante es la monacolina K. Esta estatina reduce la síntesis de colesterol porque inhibe la enzima HMG-CoA reductasa, necesaria para su producción en el hígado.

Así que reduce el “colesterol malo” (lipoproteínas de baja densidad, LDL) y los triglicéridos y aumenta la concentración del “colesterol bueno” (lipoproteínas de alta densidad, HDL). Ahora bien, es necesario tener en cuenta las dosis en las que se encuentra este compuesto. 

En el año 2011 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) evaluó el papel de la monacolina K procedente del arroz de levadura roja para controlar el colesterol y llegó a la conclusión de que era efectiva. Así, aprobó una declaración de salud que se podía incluir en los envases de los productos elaborados a partir de ese compuesto: “La monacolina K procedente del arroz de levadura roja contribuye al mantenimiento de niveles normales de colesterol”. Para ello, una persona adulta debía consumir 10 mg diarios.

Ahora bien, en la actualidad esta declaración ya no se puede emplear y será eliminada de la lista de declaraciones de salud permitidas. La explicación debemos buscarla de nuevo en la dosis, tal y como aclaramos a continuación. 

Como ya hemos visto, el arroz de levadura roja contiene monacolina K, que es idéntica a la lovastatina. Es decir, se trata de una estatina, lo que implica que puede ejercer efectos farmacológicos y tener efectos secundarios, dependiendo de aspectos como la dosis o las condiciones de la persona que la consume. 

Por ello ha sido evaluada en diferentes ocasiones por las autoridades sanitarias de diferentes países. Por ejemplo, en el año 2012 la agencia francesa de seguridad alimentaria (ANSES) concluyó que el arroz de levadura roja expone a algunos consumidores a un riesgo para la salud, debido a la presencia de monacolina K y de niveles variables de otras monacolinas cuya seguridad no se ha demostrado. 

Estas evaluaciones motivaron un estudio de la EFSA. En un informe publicado en 2018 indicó que la monacolina procedente de arroz de levadura roja puede tener efectos adversos similares a la lovastatina, lo que puede afectar sobre todo al tejido musculoesquelético y conjuntivo (incluida la rabdomiólisis, que implica la destrucción del tejido muscular) y el hígado. 

Además, concluyó que el arroz de levadura roja empleado como suplemento plantea un grave problema de seguridad en dosis de 10 mg/día. Recordemos que esta es la dosis que se considera efectiva para regular el colesterol. Por eso esta declaración de salud no se puede incluir en estos suplementos. 

La EFSA consideró, además, que se habían notificado casos individuales de reacciones adversas graves asociadas con monacolinas procedentes del arroz fermentado con levadura roja en niveles de ingesta de tan solo 3 mg/día durante un período de entre dos semanas y un año, y que se habían producido casos de rabdomiólisis, hepatitis y trastornos cutáneos que requirieron hospitalización.

En definitiva, la EFSA no pudo determinar una ingesta alimentaria de monacolinas procedentes del arroz fermentado con levadura roja que no suscitara preocupación por los efectos nocivos para la salud para la población en general y, en su caso, para subgrupos vulnerables de la población.

Como consecuencia, la Comisión Europea actualizó la legislación en el año 2022 para establecer ciertos requisitos en base a la información aportada por la EFSA:

• Está prohibido el uso de monacolinas procedentes del arroz fermentado con levadura roja en niveles iguales o superiores a 3 mg por porción del producto recomendado para ingesta diaria. Es decir, una porción individual para consumo diario debe contener menos de 3 mg de monacolinas.
• La etiqueta debe indicar el número de porciones individuales del producto correspondientes al consumo diario máximo y una advertencia de que no debe tomarse la cantidad diaria de 3 mg o más de monacolinas procedentes del arroz fermentado.
• También debe indicar el contenido de monacolinas por porción del producto.
• La etiqueta debe incluir las siguientes advertencias: 
  • “No debe ser consumido por mujeres embarazadas o en período de lactancia, niños y adolescentes menores de 18 años ni adultos mayores de 70 años”.
  • “Si experimenta algún problema de salud, consulte a su médico sobre el consumo de este producto”.
  • “No debe consumirse junto con medicación para reducir el colesterol”.
  • “No debe consumirse si ya se consumen otros productos que contienen arroz fermentado con levadura roja”.

Además de los posibles efectos adversos asociados a las estatinas, como la monacolina K, hay que considerar que el arroz de levadura roja puede entrañar otros riesgos. El más destacable es la posible presencia de citrinina, una micotoxina que puede producirse durante la fermentación.

Entre sus efectos tóxicos se incluyen daño renal, hepatotoxicidad y posiblemente carcinogenicidad. Por eso se controla su presencia durante el proceso de elaboración de este tipo de productos, para que no esté presente en cantidades peligrosas para la salud.

Además, en muchos países la legislación establece límites máximos para este compuesto (por ejemplo, en la Unión Europea el arroz de levadura roja no puede contener citrinina en niveles superiores a 100 μg/kg).

Aún no se conocen las causas del suceso ocurrido en Japón. Por el momento, la causa que se apunta como probable es la posible presencia de ácido puberúlico, un compuesto tóxico producido por diferentes especies de mohos azules.

Durante las investigaciones, este compuesto se encontró en alrededor del 10 % de los lotes de la materia prima del arroz analizados por las autoridades, producidos en el año 2023. Tampoco se ha aclarado aún si ese compuesto llegó al producto como consecuencia del proceso de fermentación o si procedió de una fuente externa. 

Aún no se han determinado las causas del suceso ocurrido en Japón, pero el problema se limita al producto elaborado por la empresa Kobayashi Pharmaceutical, ya retirado del mercado, que fue distribuido solo en Japón, China y Taiwán.

Muchas veces los suplementos alimenticios son consumidos a la ligera y sin supervisión, porque se perciben como inocuos por aquello de ser “naturales”. Sin embargo, hay que tener en cuenta varias cuestiones importantes:

• La primera es que, en condiciones normales, una persona sana que siga una dieta adecuada no necesita tomar suplementos alimenticios para llevar una vida saludable. 
• Es importante tener presente que no son inocuos, dado que muchos de ellos contienen compuestos con actividad farmacológica. Eso significa que pueden ejercer ciertos efectos sobre nuestro organismo. Por ejemplo, pueden tener efectos adversos o interaccionar con medicamentos.
• Los suplementos alimenticios están sujetos a normativas y controles menos estrictos que los medicamentos. Eso implica que en algunos no están estudiadas las dosis terapéuticas ni los efectos adversos que podrían causar. 
• Muchos de ellos se toman sin prescripción ni supervisión médica, lo que puede aumentar los riesgos en algunos casos. 

Estos dos últimos puntos son fundamentales para entender la diferencia entre una estatina empleada como medicamento (donde se controlan aspectos como la venta o la prescripción y se realiza una supervisión médica) y una estatina utilizada como complemento alimenticio, donde eso no ocurre.