El selenio es un nutriente indispensable: forma parte de las defensas, del sistema que hace frente al estrés oxidativo de los radicales libres sobre el ADN, las proteínas y los lípidos, y hay hormonas dependientes de este oligoelemento, como las que regulan el metabolismo de las hormonas tiroideas. Es un componente natural muy abundante en las nueces del Brasil por las condiciones de crecimiento de estos frutos secos y también, aunque en menor cantidad, en el resto de estos frutos y en los cereales integrales, el marisco y los pescados. No obstante, el abundante consumo de pan y de productos derivados del trigo hace que estos alimentos condicionen la ingesta de selenio entre la población española. Además, no todas las acciones beneficiosas que se le atribuyen se pueden demostrar.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), después de una ardua revisión, ha establecido un listado con las declaraciones de propiedades saludables asociadas a la ingesta de selenio que pueden destacarse en un producto. Lo ha estimado así tras demostrar la evidencia de acuerdo con el Reglamento europeo 1924/2006. No obstante, el Panel de expertos considera que los alimentos que destaquen estas propiedades saludables deben ser «fuente de selenio».
Para ello, el producto debe contener una cantidad significativa de selenio que se considera un 15% de la ingesta dietética de referencia por 100 g o 100 ml, y que para el selenio es de 55 microgramos para personas adultas. Esta cantidad puede consumirse con facilidad si se sigue una dieta equilibrada y se contempla el consumo diario o frecuente de los alimentos más ricos en selenio.
Efectos y demostraciones
Mantenimiento normal de cabello y uñas. La deficiencia de selenio ha demostrado un mayor deterioro del cabello y de las uñas. Se han observado manifestaciones clínicas, como la matriz de las uñas blanca, alopecia y pelo fino, en pacientes que reciben nutrición parenteral total con deficiencia de selenio, mientras que la administración del oligoelemento es capaz de restaurar los síntomas de deficiencia. El Panel de expertos de la EFSA acepta, por tanto, que hay una relación causa-efecto entre una adecuada ingesta diaria de selenio y la formación de cabello y las uñas, por lo que un producto que incluya una cantidad adecuada de selenio podría alegar que «el selenio contribuye al normal mantenimiento del cabello » o que «el selenio contribuye al normal mantenimiento de las uñas».
Sin embargo, según los expertos, las pruebas presentadas no demuestran que la ingesta inadecuada de selenio provoque el mantenimiento deficiente del cabello y las uñas en la población adulta europea objeto de la declaración.
Protección contra los metales pesados. Se persigue que el selenio ayude en la «desintoxicación del organismo de metales pesados», un efecto fisiológico considerado beneficioso por la EFSA. Pero según los datos científicos presentados, el Panel concluye que no queda demostrada una relación de causa y efecto entre la ingesta diaria de selenio y la protección contra los metales pesados, por lo que no se admite tal declaración.
Selenio y articulaciones. Según la EFSA, a partir de las referencias científicas proporcionadas, no se puede concluir que la ingesta diaria de selenio contribuye al mantenimiento de las articulaciones normales. Se han presentado pruebas que demuestran el beneficio de la ingesta de selenio en pacientes con artritis, pero estos resultados no se pueden extrapolar a la población general, por lo que no se admite la declaración propuesta de que «el selenio ayuda al mantenimiento de las articulaciones en la población general».
Mantenimiento de la función tiroidea normal. Según la EFSA, queda demostrado desde el punto de vista científico que la ingesta adecuada de selenio participa en «la función apropiada de la glándula tiroides» y se admite, por tanto, tal declaración.
Protección frente al daño oxidativo. Los efectos reivindicados son que el selenio desempeña una función «antioxidante para prevenir el estrés oxidativo» y que este oligoelemento participa en «el mantenimiento del estado redox celular». Según la EFSA, el reclamo sobre el selenio en relación a la protección del daño oxidativo del ADN, las proteínas y los lípidos ya se ha evaluado con un resultado favorable, por lo que se admiten tales declaraciones.
Función normal del sistema inmunológico. Según la EFSA, también queda demostrado que la ingesta correcta de selenio tiene efecto sobre las «defensas naturales y el sistema inmunológico» en la población general.
El consumo crónico en exceso de selenio puede provocar efectos indeseables en la salud humana. La selenosis es una de las consecuencias del exceso y, aunque la dosis crónica no está bien definida, parece que el umbral de toxicidad está en el rango de 850-950 miligramos diarios, que corresponde a concentraciones de selenio detectadas en sangre superiores a 100 mg/dl. La ingesta dietética de referencia (IDR) para el selenio para la población adulta es de 55 microgramos al día.
Los signos de identificación de toxicidad por selenio son: cabello frágil, caída del pelo, uñas quebradizas, trastornos gastrointestinales, lesiones cutáneas acompañadas de infecciones secundarias, alteraciones del sistema nervioso y aliento con olor a ajo debido a la espiración de seleniuro de dimetilo. La toxicidad depende de la forma química de selenio y, aunque la mayoría de formas tienen baja toxicidad, los datos de estudios en animales indican que el selenato y la selenocisteína son un poco más tóxicos que la selenometionina y mucho más tóxicos que otros compuestos orgánicos de selenio (seleniuro de dimetilo, ion trimetilselenium, selenoeter, selenobetaine).
Según el estudio “Selenium in food and Health” (Springer Science + Business Media, 1996), la ingesta dietética de selenio en distintas regiones del mundo es muy variada. Países como Australia, Rusia, Reino Unido o Estados Unidos consumen de media una cantidad equivalente a la IDR, mientras que en China las ingestas son muy dispares según la extensión geográfica (en la provincia de Keshan la ingesta de selenio oscila entre 3 y 22 microgramos diarios, frente a los 3.200-6.690 mcg/día de ingesta media en la provincia china de Enshi).
También hay indicios de que el consumo de selenio por encima de las cantidades necesarias es útil para maximizar la acción de las selenoproteínas en el plasma, compuestos que podrían reducir el riesgo de determinados tipos de cáncer como el de próstata o el de colon. No obstante, según las revisiones científicas más recientes, no hay evidencia convincente acerca de que tomar un suplemento extra de selenio prevenga el cáncer. Todo lo contrario, se observa un mayor riesgo que beneficio tras el consumo de cantidades elevadas de este oligoelemento indispensable para la vida.