La piel del bebé es mucho más delicada y sensible que la del adulto, por eso, es necesario que los padres presten especial atención al lavado y cuidado de las prendas y ropas que están en contacto directo con ella. Durante los primeros meses es recomendable utilizar detergentes de lavado específicos para bebés o ropa delicada y evitar el suavizante y otros aditivos. En todo caso, la piel del bebé será la que muestre si algún producto le produce una reacción negativa.
Pautas básicas
Antes de lavar cualquier prenda, ya sea del bebé o del adulto, es imprescindible seguir unas pautas básicas que favorecen el correcto lavado, evitan el deterioro e impiden que las prendas sufran algún desperfecto:
- Separar por colores: la ropa blanca se debe separar en el lavado de aquella que presenta colores más fuertes o intensos. De este modo, se evita que las prendas de color destiñan y estropeen a las más claras.
- Separar por tipo de tejido: algunas prendas están confeccionadas con tejidos muy delicados que requieren mayor cuidado en el lavado. Es conveniente evitar limpiar estas prendas con otras más resistentes que pueden dañarlas, y seguir las pautas indicadas para lavar ese tipo de tejidos específico.
- Vaciar los bolsillos: es necesario comprobar que los bolsillos de las prendas están vacíos para evitar que otros elementos u objetos susceptibles de dañar la ropa interfieran en el lavado.
- Prestar atención a las etiquetas: la etiqueta contiene la información imprescindible para cuidar la ropa de forma adecuada. Es importante observar los diferentes símbolos que indican, entre otros aspectos, el tipo de lavado, el uso de aditivos y las pautas recomendables de secado y planchado.
Consejos específicos para la ropa del bebé
- Toda la ropa: al aplicar las pautas de lavado de la ropa del bebé no hay que limitarse tan solo a las prendas de vestir, es importante también prestar atención al lavado de la ropa de cama con la que está en contacto el bebé, así como con otros elementos como gasas, baberos o peluches.
- Lavado independiente: durante los primeros seis meses, es recomendable lavar la ropa del bebé de forma independiente a las prendas del resto de personas que habitan en el hogar. Esto es aconsejable sobre todo para evitar el contacto con suciedades extremas o productos peligrosos que puedan contener las otras ropas. También se puede utilizar una bolsa protectora para ropa.
- Prendas delicadas: la ropa más delicada (como la que incluye bordados, puntillas o encajes) así como la que está realizada con tejidos más sensibles (como la seda o la organza) es preferible lavarla a mano para evitar que se deteriore o rompa al contacto con otras prendas en la lavadora.
- Ropa de lana: el lavado de la ropa de lana del bebé se puede realizar a mano o, si se desea, en la lavadora con un programa suave para ropa delicada o específico para lana. Hay que prestar especial atención a la temperatura de lavado, que debe ser siempre tibia. Respecto al secado, lo más recomendable es no tender la ropa y dejarla secar sobre una superficie plana (se puede colocar debajo una toalla para que absorba la humedad) para que no se estiren, ni deformen.
- Quitar antes las manchas difíciles: la ropa del bebé se mancha con frecuencia de heces, restos de comida o vómitos que es preciso tratar antes de proceder con el lavado normal. Es importante actuar rápido para que la mancha no se reseque y poner la prenda en remojo con un poco de jabón para eliminar la suciedad más importante.
- Tipo de jabón: durante los primeros meses es recomendable utilizar, tanto en el lavado a mano como a máquina, un jabón neutro especial para prendas delicadas o específico para bebés. A medida que crece el bebé y a partir de más o menos los seis meses se pueden introducir otros detergentes y aplicarlos primero sobre una única prenda para comprobar que no tiene ninguna reacción negativa sobre la piel del bebé.
- Uso de suavizantes y aditivos: tanto los suavizantes como otros productos aditivos que se utilizan con frecuencia para la ropa (lejía y otros quitamanchas) pueden contener sustancias químicas dañinas para la delicada piel del bebé recién nacido, sobre todo si quedan restos tras el lavado. Se puede evitar el uso de estos productos durante los primeros meses e incorporarlos luego poco a poco mediante pruebas en una única prenda.
- Lavado a mano: cuando se laven las prendas a mano es necesario prestar especial atención a la fase final de aclarado para evitar que queden restos de jabón o detergente en las prendas.
- Lavado a máquina: si es posible, se puede utilizar un programa que incluya doble aclarado para prevenir que permanezcan restos de detergente en la ropa. Cuando la ropa del bebé acumulada no sea suficiente para cargar toda la lavadora se puede elegir un programa de carga reducida.
- Planchado: muchas de las prendas del bebé no necesitan planchado pero, cuando es así, se debe evitar utilizar temperaturas muy altas en la plancha que puedan dañar las prendas más delicadas y las que están compuestas por tejidos más sensibles.