Mantener una buena hidratación es importante, sobre todo cuando el calor aprieta. Pero parece que se acepta que es necesario beber dos litros de agua diarios. ¿Hasta qué punto es verdad? ¿Es un hecho comprobado? Como explica este artículo es cierto que el organismo precisa un adecuado aporte de líquidos, pero no es necesario que sea solo de agua.
Beber dos litros al día
Es necesario hidratarse, pero no hace falta que sea solo con agua. Este es el mensaje que lanza Spero Tsindos, autor de un artículo sobre la ingesta de líquidos publicado en fechas recientes en una revista australiana. El estudio señala que beber dos litros de agua al día es una mala interpretación de lo que sería una correcta hidratación, pues no se contempla el líquido presente en otras bebidas o alimentos. En este caso, suplementar el consumo diario de líquidos con ocho vasos de agua sería innecesario, pues dicha cantidad solo serviría para diluir más la orina.
El experto australiano, de La Trobe University (Melbourne), propone beber cuando se tenga sed y no solo agua, sino cualquier bebida, incluyendo bebidas con cafeína y bebidas con baja graduación alcohólica, como la cerveza.
Algo parecido argumenta la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (AESAN), que estima que el consumo total de líquidos diarios debería estar alrededor de los tres litros. De esta cantidad, un poco menos de la mitad debería provenir de los alimentos ingeridos, en especial de frutas y verduras. La otra mitad debería ser suplementada con agua u otras bebidas. Esto supondría algo menos de ocho vasos de líquidos diarios. Si se calcula que en el desayuno se toma una taza de café o café con leche, a media mañana un zumo de frutas, en cada comida dos vasos de agua y a la tarde otra taza de café, té o infusión, ya se alcanzan los dos litros diarios.
Hidratación sin evidencia científica
No hay evidencias que demuestren que tomar dos litros de agua diarios sea beneficioso para la salud ni tampoco lo contrario
Entonces, ¿de dónde proviene la recomendación de beber dos litros de agua diarios? ¿Tiene una base científica o forma parte de las campañas publicitarias de empresas comercializadoras?
Los expertos empezaron a investigar la efectividad de tomar dos litros de agua al día hace más de diez años y, hasta la fecha, aún no se han encontrado evidencias que demuestren que dicha cantidad sea beneficiosa para la salud.
Uno de estos estudios es el que realizó Heinz Valtin, de la Universidad de Medicina de Darmouth, EE.UU., en 2002. Para la investigación, Valtin revisó la bibliografía sobre el tema y consultó con dietistas especializados en la sed y el consumo de agua. Valtin concluye que no hay pruebas que demuestren que beber dos litros sea beneficioso para la salud. Además, añade que el cuerpo humano es capaz de regular mediante la micción y la sed el equilibrio hídrico del organismo. También advierte de que un consumo excesivo de líquidos en algunos casos puede llegar a ser perjudicial.
Por su parte, en el 2008, dos investigadores de la Universidad estadounidense de Pensilvania, analizaron antiguos trabajos para determinar si, como anuncian algunas campañas publicitarias, beber dos litros diarios ayudaba a depurar toxinas corporales, si era beneficioso para el correcto funcionamiento de los órganos y si permitía adelgazar. La conclusión fue, otra vez, que faltan evidencias que sustenten estas hipótesis. No obstante, los autores aclararon que tampoco hay evidencias que demuestren lo contrario.
Beber agua: ni poca ni demasiada
Beber agua forma parte de un determinado estilo de vida que las campañas publicitarias se encargan de alentar con la excusa de la eliminación de toxinas y la pérdida de peso.El consumo de agua tiene algunas claras recomendaciones, pero también tiene sus contraindicaciones en algunos problemas de salud, como la insuficiencia cardíaca. En esta enfermedad, si no se moderan los líquidos que se ingieren, el corazón tiene dificultades para manejarlos y aparece dificultad para respirar (por la acumulación de líquidos en los pulmones) y hinchazón de las piernas. Por este motivo, hay que ser precavidos antes de forzar a las personas mayores a que beban una abundante cantidad de líquidos.
Por otra parte, tomar abundantes líquidos se ha mostrado beneficioso para prevenir infecciones urinarias y cálculos. Es de sentido común tener en cuenta que la cantidad de líquidos que hay que beber tiene que ver con las pérdidas. De esta manera, si se suda en exceso o hay pérdidas excesivas (como en el caso de una gastroenteritis) el aporte debe ser mayor.
Además de la cantidad que se bebe, también es importante el tipo de agua que se consume. Un estudio reciente muestra que el consumo de agua mineral bicarbonatada durante las comidas disminuye la absorción de triglicéridos y colesterol. Esta es la conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores españoles del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) y del CSIC, quienes señalan que tomar medio litro de agua carbonatada con las comidas puede reducir hasta un 15% uno de los principales factores de riesgo cardiovascular.
Este tipo contiene anhídrido carbónico, sodio, cloruro, litio y otros electrolitos. Estos minerales producen un pequeño aumento del pH durante la digestión, que hace que la vesícula biliar vierta menos bilis en el intestino y, por tanto, se absorbe una menor cantidad de triglicéridos y colesterol.
Para el estudio usaron 18 voluntarios sanos y compararon los resultados con un grupo control que bebía agua mineral sin carbonatar. Los autores del trabajo publicado en el ‘European Journal of Clinical Nutrition’ recomiendan tomar dos vasos de agua bicarbonatada al día, repartidos durante las comidas principales. No obstante, aconsejan no sobrepasar esa cantidad, ya que un exceso de gases en el tubo digestivo puede resultar perjudicial.
A pesar de que últimamente también se publicitan algunas aguas de débil mineralización como más saludables, esto es cierto con matices.
Este tipo de líquidos sí que están aconsejados en los niños pequeños y en las personas con problemas renales. Sin embargo, en los adultos sanos no se ha mostrado un efecto beneficioso diferencial.