“Ama tus huesos” y “Para en la primera” (fractura) es el doble lema escogido este 2012 para celebrar el Día Mundial de la Osteoporosis, hoy 20 de octubre. Se estima que, en nuestro país, cada año se producen entre 500 y 800 de fracturas de cadera por cada 100.000 mujeres. Padecer una fractura eleva el riesgo de sufrir otra y, para evitarlo, es crucial cuidar la masa ósea desde la infancia y la juventud. En este artículo se explica la importancia que supone sufrir una fractura y las medidas preventivas que hay que aplicar, ya desde la infancia, para mantener la salud de nuestros huesos.
El Día Mundial de la Osteoporosis que convoca la International Osteoporosis Foundation (IOF), y que secundan numerosas sociedades científicas y asociaciones de pacientes en todo el mundo, arranca este año con un doble y ambicioso lema: «Ama tus huesos» y «Para en la primera» (fractura).
La osteoporosis consiste en la pérdida de masa ósea o de calcio de los huesos. Es una enfermedad eminentemente femenina, aunque también puede afectar a los hombres. Se estima que, en España, hay más de dos millones de mujeres posmenopáusicas afectadas por osteoporosis y, por lo tanto, con un riesgo muy importante de sufrir una fractura de cadera o en otra parte del cuerpo, según información de Javier del Pino Montes, presidente de la Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral (SEIOMM), jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario de Salamanca y profesor del Departamento de Medicina de la Universidad de Salamanca.
«Cuando se ha desarrollado osteoporosis, los huesos son tan frágiles que no pueden resistir pequeños traumatismos y surgen fracturas osteoporóticas que se originan, incluso, sin que el hueso haya sufrido ningún golpe. Después de una de estas fracturas, los huesos están tan débiles que la probabilidad de tener un nuevo episodio se multiplica por dos. Por eso, hay que actuar de forma preventiva, para evitar la primera fractura y, si esta ya se ha producido, para impedir la siguiente. De ahí que ‘Para en la primera’ sea uno de los lemas de este año para el Día Mundial de la Osteoporosis», argumenta del Pino.
Osteoporosis: la primera fractura
Las fracturas relacionadas con el padecimiento de osteoporosis constituyen un importante problema de salud pública. Las más comunes son las de cadera, seguidas de las vertebrales (sobre todo, aplastamientos de vértebras), de muñeca, de húmero (hombro) y, en menor medida, las de otros huesos. De todas ellas, la más grave es la de cadera. En España se producen entre 500 y 800 casos de fracturas de cadera al año por cada 100.000 mujeres, dependiendo de las comunidades autónomas, según datos publicados por el equipo de M. L. Álvarez-Nebreda, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, en la revista ‘Bone’ en 2008.
Cerca del cerca del 25% de las mujeres que sufren una fractura de cadera fallecen durante el primer año después del eventoUna de cada cinco mujeres de más de 50 años ha sufrido al menos una fractura vertebral. Es más, a partir de los 75 años, más del 50% las mujeres ya han sufrido una fractura vertebral, como recuerda el estudio FRAVO publicado también en ‘Bone’ en 2010. «El riesgo de fracturas de cadera y vertebrales, además de tener un impacto desde el punto de vista personal, merma la calidad de vida, añade o empeora el proceso patológico, al aumentar la probabilidad de sufrir una nueva fractura, e incrementa tanto la mortalidad como el gasto sociosanitario. Por eso, debemos ser capaces de detener la cascada de factores de riesgo que aparecen en la mujer y que no son inocuos», destaca del Pino.
Mortalidad por fracturas relacionadas con la osteoporosis
Así, cerca del 20%-25% de las mujeres que sufren una fractura de cadera -es decir, entre una de cada cuatro y una de cada cinco- fallecen durante el primer año después del suceso. Las causas son diversas en estos casos: empeoramiento de otras enfermedades o problemas relacionados con la propia cirugía de cadera; aunque, en ocasiones, son desconocidas, según datos relativos a las fracturas de cadera en España de la investigación de Álvarez-Nebreda en 2008.
Según este mismo estudio, en el caso de los hombres, la mortalidad es aún mayor, porque mueren entre el 25% y el 30%. «Las fracturas de cadera son menos frecuentes en varones que en mujeres pero, cuando se presentan, tienen más complicaciones y se saldan con una mayor mortalidad», explica el experto.
Para cuidar los huesos: calcio a diario
Los huesos humanos alcanzan su máximo nivel de calcificación entre los 20 y los 30 años. A partir de ese momento, el esqueleto ya está calcificado y no adquiere más, sino que comienza su pérdida poco a poco (descalcificarse). Este proceso de descalcificación se dispara después de la menopausia en la mujer y alrededor de los 60 años en el hombre, a partir de la andropausia.
Para ralentizar la descalcificación y mantener los huesos «en forma» es preciso prevenir la enfermedad osteoporótica desde la infancia y la juventud con hábitos saludables. La estrategia para lograrlo debería ser conseguir la máxima cantidad de masa ósea posible hasta los 30 años y, de esta forma, una mayor reserva de hueso para que el proceso de descalcificación tarde más tiempo en completarse.
Estos buenos hábitos deben incluir una alimentación sana, con un aporte suficiente de calcio, nutriente que se encuentra en la leche y sus derivados. La cantidad diaria de calcio que el organismo necesita para mantener los huesos bien calcificados es de 1 gramo al día (o entre 800 y 1.200 mg diarios de calcio). «Por cada litro de leche que se toma al día (es decir, cuatro vasos de leche al día o cinco raciones de productos lácteos como el yogur), se obtiene 1 gramo de calcio. Si no se ingiere esta cantidad de calcio, el organismo lo toma del único lugar en el que está: el hueso. Y esto provoca que los huesos se descalcifiquen. Actualmente, en España, la dieta media no contiene esa cantidad necesaria de calcio y, con frecuencia, esta dosis está por debajo de los 700 mg de calcio al día», comenta del Pino.
Si el calcio es indispensable para la salud de los huesos, también lo es la vitamina D, necesaria para su absorción. “Esta vitamina en realidad es una hormona que produce nuestro organismo cuando nos exponemos al sol, es decir, al tomar el sol, la piel produce vitamina D. El problema es que, a partir de los 60-65 años, el organismo pierde esta capacidad y, aun poniéndose al sol, disminuye muchísimo. Además, la población se expone poco al sol y trabaja muchas horas en lugares cerrados. La consecuencia es que hay déficit de vitamina D, cuando es indispensable para absorber el calcio. Y esto explica que, aunque se tomen productos lácteos, la absorción del calcio no sea la óptima”, expone del Pino.
A este déficit de vitamina D se suma el agravante de que las fuentes naturales de obtención de esta vitamina son escasas. En algunos países poco soleados, como los escandinavos, hay una preocupación importante por esta vitamina y, por este motivo, se han enriquecido numerosos productos con ella. Sin embargo, en España, a pesar de ser un país soleado, se tiene el mismo problema. La población general, sobre todo los ancianos, presenta niveles insuficientes de vitamina D para garantizar una buena absorción del calcio y, en estos casos, hay que suministrarla a modo de suplemento vitamínico.
Según el presidente de la SEIOMM, las medidas preventivas fundamentales para cuidar los huesos son las siguientes:
- Practicar ejercicio físico de forma activa, para alcanzar la máxima densidad ósea posible y, así, proteger los huesos.
- Evitar fumar y beber alcohol en exceso, ya que constituye un tóxico para los huesos.
- Comenzar a cuidar los huesos desde la infancia, con buenos hábitos de salud.
- Comer entre cuatro y cinco raciones de productos lácteos al día, como leche, yogur, queso, etc.
- Tomar suplementos de vitamina D, si son necesarios.
- Los productos lácteos enriquecidos con calcio pueden ser una buena opción cuando no se llegue a ingerir la cantidad diaria de calcio recomendada. En estos casos, a veces también se requiere tratamiento farmacológico.