La creencia de que tras una cesárea el siguiente nacimiento debe producirse con esta misma técnica no se corresponde con la realidad. La tasa de éxito de un parto vaginal después de una cesárea es del 76%. Este artículo explica por qué el alumbramiento natural no solo es posible sino, también, seguro, tanto para el bebé como para la madre, y aborda de qué depende el éxito del parto vaginal tras la cesárea, así como algunos posibles riesgos.
El parto vaginal es seguro tras la cesárea
En España se producen más cesáreas de las recomendadas por la Organización Mundial de la SaludEn España el 25% de los partos se producen por cesárea, según el Ministerio de Sanidad. Esta cifra supera con creces las recomendaciones del Organización Mundial de la Salud (15%). Gran parte de estas intervenciones son consecuencia de la práctica habitual de programar una cesárea a las madres que han tenido antes un bebé por esta técnica. En Estados Unidos, según el Congreso Americano de Ginecología, el 40% de las intervenciones de cesárea se producen por este motivo.
Aunque suele creerse lo contrario, el parto vaginal después de una cesárea está considerado una práctica segura tanto para la madre como para el bebé, por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. Según esta institución, entre el 72 y el 76% de los partos vaginales tras una cesárea resultan existosos. Esta tasa se eleva al 90% si la mujer ya ha tenido, además, otro hijo de forma natural.
¿De qué depende el éxito del parto vaginal tras la cesárea?
El éxito de un parto vaginal tras la cesárea depende de una serie de factores que elevan o reducen los riesgos asociados a este tipo de alumbramiento. Estos son los más destacados:
Tipo de incisión. La incisión en la cesárea previa puede influir en el riesgo de rotura uterina. Los especialistas señalan que el riesgo es mucho menor en las transversales bajas (tipo bikini), que son las que se realizan en la actualidad de manera generalizada.
Distancia entre los partos. Uno de los factores determinantes del éxito o fracaso de un parto vaginal después de una cesárea es el intervalo de tiempo transcurrido entre la cesárea y el siguiente nacimiento. El riesgo de rotura uterina disminuye cuando los alumbramientos se distancian en el tiempo. Lo aconsejables es que, al menos, transcurran 18 meses entre uno y otro. De esta forma, el riesgo de rotura disminuye del 5% si es menor de 18 meses, al 2%, cuando se espera más tiempo.
Número de cesáreas anteriores: el parto vaginal tras dos o más cesáreas también es posible. La Sociedad Española de Ginecología señala que una mujer con dos intervenciones anteriores (tipo bikini) sin complicaciones, con un embarazo normal y que no presente contraindicaciones puede considerarse candidata al parto vaginal.
¿Cuándo no es recomendable el parto vaginal?
El protocolo de Sociedad Española de Ginecología apunta que se debe intentar el parto vaginal en todas las mujeres con cesárea previa.
Esta recomendación general no es válida, señala la institución, en los casos en los que está contraindicado. Estos son los más destacados:
- La cesárea anterior ha sido en forma de T invertida (una práctica muy poco habitual que se hace en casos muy específicos).
- La mujer ha sido sometida a una miomectomía (extracción de tumores del útero).
- Se ha producido una rotura uterina previa.
- La mujer se ha sometido a tres o más cesáreas previas.
- Cualquier otra contraindicación médica para el parto vaginal.
Riesgo del parto vaginal tras la cesárea
El parto vaginal tras la cesárea implica un riesgo de rotura uterinaEl mayor riesgo que se asocia al parto vaginal tras la cesárea es sufrir una rotura uterina. El peligro se debe a que ya existe una cicatriz de la intervención anterior.
Sin embargo, la Sociedad de Ginecología explica que este riesgo es mínimo: los datos de una investigación realizada con más de 400.000 mujeres lo reducen a menos de 0,5%.
No todas las investigaciones medicas disminuyen tanto el peligro de una rotura. Un reciente estudio publicado en la revista ‘POS Medicine‘ contradice esta información. Esta investigación recopila datos de los alumbramientos de más de 2.300 mujeres en 14 hospitales australianos. Concluye que el riesgo de complicaciones graves (incluida la posible muerte del bebé) en el parto vaginal tras la cesárea es del 3%. El estudio señala que el peligro de complicaciones para la madre era, asimismo, menor en la cesárea programada que en el parto natural.
Del mismo modo que el parto vaginal implica algunos riesgos, una nueva cesárea se asocia a otras complicaciones.
La Sociedad Española de Ginecología afirma que la posibilidad de que el bebé sufra el síndrome de distrés respiratorio, una dificultad para respirar, aumenta en estos casos.
Otro problema de la cesárea es que con la intervención se incrementa también el riesgo de complicaciones en futuros embarazos, entre ellos, el de padecer placenta previa, abortos espontáneos y muerte fetal intrauterina.