Bebé nuevo en casa. Toca cambiar el pañal. Pero, ¿por dónde empezar? El cambio de pañal del bebé es una de las primeras rutinas necesarias con un recién nacido. Este artículo explica cómo hacerlo con seguridad y sin problemas en siete sencillos pasos, entre ellos, hacerse con el material necesario, elegir el mejor sitio y anclar con seguridad e higiene el pañal.
1. Preparar lo necesario para cambiar el pañal
Cambiar el pañal del bebé puede parecer una tarea complicada al principio, pero con práctica se convierte en rutinaria.
Un recién nacido necesita unos diez cambios de pañal diarios. El primer consejo para que salga bien es tenerlo todo preparado antes de empezar. ¿Qué se necesita?
Pañales. Hay que tenerlos a mano antes de comenzar. Puede pasar, sobre todo durante el primer mes, que el niño manche el pañal antes de terminar. Por ello, conviene tener siempre encima del cambiador tres o cuatro unidades y reponerlas a medida que se gastan.
Toallitas húmedas. Resultan muy útiles para limpiar al bebé en el cambio del pañal. El 80% de los padres y madres las usan, según un estudio de toallitas y pañales la Asociación Española de Pediatría.
La elección de estas toallitas es muy personal, ya que las hay con diferentes olores y texturas. Pero sí deben ser fáciles de extraer del paquete (de una en una) y con una sola mano.
Hay que optar por paquetes de cierre hermético para impedir que se sequen.
Crema protectora. Para evitar la dermatitis del pañal, que afecta a entre el 5% y el 25% de los lactantes, la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria aconseja aplicar en las nalgas una capa fina de una crema con acción absorbente y astringente.
En todo caso, es preferible consultar al pediatra del niño sobre la conveniencia o no de utilizar estos productos.
2. Colocar al bebé en el cambiador
Una vez que se tiene cerca todo lo necesario, hay que colocar al bebé en el cambiador. Debe estar vigilado en todo momento: nunca hay que dejarlo solo sobre esta superficie, aunque parezca imposible que se pueda mover.
Elegir un buen lugar para el cambio es importante. El sitio más cómodo es sobre una plataforma elevada, que permita al adulto permanecer erguido con el cuerpo del niño a la altura de sus manos. Puede ser un mueble cambiador (diseñado para tal fin) u otro mobiliario que pueda cumplir estas funciones.
Conviene colocar el cambiador en la misma habitación donde se guarda la ropa del pequeño. De esta manera, se evitan desplazamientos incómodos con el niño a medio vestir. Además, la habitación debe mantenerse a una temperatura adecuada para que el pequeño no se enfríe mientras se le cambia.
Nunca hay que dejar solo al bebé en el cambiador de pañales, porque es peligroso
Para evitar que se haga daño, es importante que la superficie sobre la que se coloca el bebé no sea demasiado dura. Pero que también sea lo suficientemente firme para que su cuerpecito no se hunda, algo que dificultaría el cambio del pañal.
Los muebles cambiadores suelen contar con un pequeño colchón de goma espuma plastificada. En caso de optar por otro mobiliario, se puede adquirir una plancha de este material y forrarla. Sin embargo, el plástico puede resultar frío para el pequeño, por lo que es aconsejable cubrirlo con una toalla o tela agradable al tacto.
3. Desvestir al niño
Si es posible, hay que intentar quitar el menor número de prendas posibles, para que el bebé no se enfríe.
Es aconsejable subir un poco más arriba de la cintura las prendas que quedan puestas (body, camisetas, jerséis) para evitar que se manchen durante el cambio de pañal.
4. Retirar el pañal sucio
Se despegan los velcros adhesivos del pañal, sujetos a la cintura, y se doblan hacia atrás para impedir que se queden pegados a la ropa o a la piel del niño.
Si el pequeño ha defecado, se puede hacer una primera limpieza con la parte interna del mismo pañal para retirar los restos más grandes del cuerpo del bebé. Después, se deja doblado bajo las nalgas para que no se ensucie el cambiador, mientras se limpia la piel.
5. Limpiar la piel del bebé
Hay que limpiar la vulva de las niñas de delante hacia atrás durante el cambio de pañalCon la toallita o una esponja humedecida, se limpia el cuerpo del bebé. Hay que retirar bien los restos de las nalgas y no olvidar repasar los pliegues de los muslos e ingles.
En el caso de las niñas, es preciso limpiar la vulva de delante hacia atrás para evitar infecciones. Con los varones, es recomendable colocar una toallita sobre el pene para evitar sorpresas: con frecuencia miccionan durante el cambio.
6. Poner el pañal limpio
Después de retirar por completo el pañal sucio, con una mano se elevan las piernas y nalgas del pequeño y con la otra se abre el pañal nuevo y se coloca bajo su cuerpo.
Las bandas adhesivas deben quedar en la parte trasera, con la parte que pega al frente. La mayoría de los pañales los adornan con un dibujo que facilita encontrar la posición correcta.
7. Cerrar el pañal del bebé
La parte frontal del pañal se coloca sobre el abdomen del bebé, estirada para que no se formen pliegues o bolsas que incomoden al pequeño. Si aún no se le ha caído el cordón umbilical, la Asociación Española de Pediatría recomienda no taparlo con el pañal.
Al hacer este movimiento, hay que cuidar que el pene de los varones apunte hacia abajo.
Se abren las bandas adhesivas y se pegan sobre la parte frontal, de forma que se ajuste al cuerpo del bebé. El pañal no debe quedar apretado para evitar molestias al pequeño. Pero tampoco flojo, porque se podrían producir escapes.
Por último, es preciso verificar las barreras de protección del pañal: hay que comprobar que los volantitos de los laterales están hacia afuera y en su sitio.