En los últimos años se ha producido una proliferación de medusas en los mares y océanos, que se han convertido en una amenaza para los recursos pesqueros y acuícolas, según el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) Estudio de la proliferación de medusas en el Mediterráneo y el mar Negro. Para la organización, una de las formas de prevenir este fuerte aumento podría ser “desarrollar productos a base de medusas para la alimentación y la medicina”, aunque para el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), hay pocas medusas comestibles en las costas españolas. El artículo explica cuál es la relación de las medusas con la gastronomía y posibles salidas a su proliferación.
El problema que plantea la FAO se refiere a que las medusas se alimentan de peces, de ahí que una proliferación de estos organismos pueda provocar una disminución de los recursos pesqueros. En países como Japón, Corea o China el consumo de medusas es bastante habitual, y se suelen usar sobre todo como acompañamiento en ensaladas y otros platos. Las medusas flotan en el agua y su cuerpo está formado y se calcula que más del 95% de su composición es agua, lo que explicaría su transparencia. A pesar de que se consumen en ciertos países orientales, la Unión Europea no reconoce las medusas como alimento. Pero ahora la FAO plantea, entre otras cosas, una opción para hacer frente a la proliferación y amenaza de las medusas: desarrollar productos alimenticios y medicinales a base de medusas.
Medusas y su relación con la gastronomía
Las medusas constituyen en algunos países un rendimiento pesquero importante por su valor como alimento
En países orientales como Japón las medusas se consumen sobre todo como snacks. Según algunas investigaciones, las medusas procesadas poseen una textura crujiente, y su contenido en grasa, sal y calorías es bajo. De las medusas se aprovecha la cabeza y, según el informe de la FAO, hay infinidad de especies de medusas, muchas de las cuales poseen sustancias útiles para el desarrollo de medicamentos y productos biotecnológicos basados en moléculas activas. En 2007, nacía el proyecto europeo Ecojel, de cuatro años de duración, por tanto, finaliza este año 2013, en el que han participado la Universidad de Swansea (Gales) y el University College de Cork (Irlanda).
El objetivo ha sido evaluar las posibilidades y efectos de las medusas en el Mar de Irlanda a raíz de la proliferación en los mares de todo el mundo. Para evitar efectos negativos en el sector de la pesca y la acuicultura, se ha planteado la posibilidad de «recolectar» medusas como alimento y exportarlas al mercado asiático, donde se consideran un auténtico manjar. Lo reconoce también el informe de la FAO, según el cual las medusas son un rendimiento pesquero importante en algunas partes del mundo por su valor como alimento en ciertos países.
Salida a la proliferación de medusas
En 2008, el proyecto MED-USAS. Valoración de las proliferaciones de medudas y ctenóforos en el litoral andaluz, desarrollado por el grupo de expertos Posidonia Sura de la Universidad de Málaga y el Centro Oceanográfico de Málaga, ya daba cuenta de las posibilidades de las medusas. Entonces, los expertos apuntaron su uso como posible abono para agricultura, así como para fines cosméticos, para fabricar piensos para animales o como posible alimento, una tarea aún muy compleja en países occidentales. Los expertos sugerían que en otras zonas, como China y Japón, donde las medusas sí se reconocen como alimento, podría estudiarse la posibilidad de exportar medusas españolas.
También se ha barajado la posibilidad de usarlos en el campo de la investigación y aprovechar la particularidad de algunas especies que contienen una proteína luminescente que podría utilizarse como marcador genético. Las medusas forman parte de un conjunto de «alimentos» que surgen en ciertas zonas y países en los que no es habitual su consumo. Al lado de insectos y otras preparaciones más exóticas, el consumo de medusas se generalizó en países como China después de que estos animales empezaran a propagarse hasta formar plagas. Para combatir este problema, se pensó en intentar aprovecharlas en lugar de luchar contra ellas.
Durante los meses de verano suele ser frecuente la presencia, en las playas, de medusas, animales marinos que suelen vivir en aguas abiertas y que las corrientes suelen arrastrar hasta las costas durante los meses de verano y primavera. En los últimos días han aparecido varias noticias para explicar porqué se producen plagas de medusas. Una de las razones apuntadas sugiere que se está reduciendo el número de depredadores naturales de medusas, como tortugas marinas, pez luna, ballenas o atunes. Otra razón es la contaminación de las aguas, que eleva el contenido en fósforo y nitrógeno del agua, aspecto que favorece el aumento de poblaciones de fitoplancton. Todo ello, unido a la subida de temperaturas, que favorecen el desarrollo de individuos de zooplancton y, por tanto, de medusas. También se mencionan otras causas como el cambio climático o el incremento de la presión pesquera.