La piel del bebé es mucho más delicada que la de los adultos y más vulnerable a los agentes externos que pueden dañarla. Por eso, la Asociación Española de Pediatría recuerda que la piel del niño “requiere unos cuidados apropiados a sus características”, sobre todo en lo que se refiere a la utilización de productos y sustancias sobre ella. En este artículo se detallan cinco errores frecuentes que cometemos los padres cuando se trata de cuidar la piel infantil: no elegir el jabón adecuado, no usar hidratantes especiales para bebés, utilizar polvos de talco, abusar de las toallitas y excederse con la protección solar para niños.
1. No elegir el jabón adecuado
La piel del bebé necesita jabones neutros o muy poco ácidos y no perfumados
Aunque los especialistas no se ponen de acuerdo sobre si es mejor bañar a los niños muy pequeños solo con agua o también con jabón, algunas investigaciones apuntan que el efecto sobre la piel del bebé es el mismo tanto si se usa limpiador, como si no. En ambos casos, el pH de la piel se modifica, pero retoma de nuevo su grado de acidez natural después del baño.
Sin embargo, el empleo del jabón sí puede ser nocivo, si no se atiende a las recomendaciones de los profesionales. En primer lugar, la Asociación Española de Pediatría (AEP) aconseja aplicar el jabón sobre el niño en pequeñas cantidades, ya que «el abuso favorece la aparición de sequedad cutánea y dermatitis irritativa». Asimismo, es importante elegir bien el producto. Los especialistas aconsejan usar jabones neutros o discretamente ácidos y no perfumados, que no alteren el manto de grasa que protege la piel del pequeño.
2. No usar hidratantes especiales para bebés
Las lociones y aceites hidratantes se recomiendan en los recién nacidos cuando su piel está seca, fisurada o con descamación. «Existen evidencias de que el uso tópico de determinados productos puede mejorar la hidratación del estrato córneo de la piel», señala la ‘Guía de cuidados de la piel del recién nacido y del bebé‘, un documento de consenso elaborado por un grupo multidisciplinar de profesionales sanitarios formado por pediatras, enfermeras, dermatólogos y matronas, entre otros.
Además, hay que comprobar la composición y calidad de estas sustancias antes de adquirirlas y verificar que no contienen productos perfumados, colorantes o conservantes. En cuanto a su modo de aplicación, el consejo es darlas después del baño con la piel húmeda y si es posible, emplear envases de un solo uso.
3. Utilizar polvos de talco sobre el bebé
Aunque los polvos de talco han sido un producto clásico en el cuidado del culito de los bebés, en la actualidad los expertos desaconsejan su empleo. La AEP señala que «los polvos de talco pueden dar lugar a granulomas o a una desecación rápida de la piel infantil«. Además, si el niño tiene alguna herida, el polvo puede incrementar la irritación.Por otra parte, los polvos de talco pueden causar accidentes por inhalación, según revelan recientes investigaciones, que señalan que si el pequeño inhala por accidente estos polvos de talco, puede sufrir severos problemas respiratorios.
4. Abusar de las toallitas para bebés
El uso abusivo de toallitas para limpiar el culito del bebé no es recomendable, es mejor usar agua y jabón
La mayoría de los padres (el 80% según un estudio científico) utiliza como limpiador principal del culito del bebé las toallitas desechables diseñadas para este fin. Sin embargo, los especialistas no son partidarios de su uso abusivo. «Las toallitas deben emplearse solo de forma esporádica, cuando no se puede limpiar de otra manera«, recuerda el pediatra Jesús Garrido. En todo caso, a la hora de elegirlas, es aconsejable que estas tengan productos basados en agua, con pH neutro o ligeramente ácido, que no contengan alcohol y sin perfumes.
La recomendación es, siempre que se pueda, limpiar al niño con agua y jabón, y secar después muy bien la zona antes de colocar de nuevo el pañal.
5. Excederse con la protección solar del niño
Los padres deben extremar las precauciones cuando se trata de exponer a los pequeños a las radiaciones solares, puesto que son muy sensibles a los rayos ultravioletas. Sin embargo, no siempre las medidas que toman son acertadas.
En el caso de los bebés menores de seis meses, muchos padres desconocen que no es aconsejable aplicarles protección solar, ya que su piel es aún susceptible a los agentes químicos que contienen estas cremas. La recomendación de los expertos es no exponerlos al sol y mantenerlos siempre a la sombra.
Para los niños que superan el medio año de vida, sí se pueden usar cremas protectoras, pero «que hayan sido formuladas de forma específica para la piel del bebé». La ‘Guía de cuidados de la piel’ aconseja productos con una consistencia que permita su aplicación uniforme y que tenga un sistema de conservación seguro.
Según una investigación del Grupo de Trabajo Medioambiental de EE.UU., una institución especializada en el estudio de sustancias tóxicas, los niños, a través de los diferentes productos para el cuidado de la piel, se exponen cada día a unos 27 agentes químicos sobre los que no existe evidencia total de su seguridad en bebés. Estos especialistas señalan que estas sustancias químicas son ingredientes comunes en jabones, champús, cremas y lociones para menores y por eso aconsejan comprobar la composición antes de su adquisición. “Que estos productos estén etiquetados como ‘para niños’ no siempre significa que hayan sido testados y se haya verificado su seguridad para los pequeños en todos los casos”, apuntan. La mejor opción, en consecuencia, es consultar con el pediatra o médico del menor.