Resulta bastante molesto guardar en el monedero la calderilla obtenida del cambio recibido al efectuar compras. Las monedas de menor valor tienen poca perspectiva de salida y, además, van acumulándose y ocupando espacio. Pero, tanto niños como mayores pueden aprovechar esos céntimos para poner en marcha un modelo de ahorro sencillo. El dinero conseguido tras unos meses no servirá para sufragar los gastos de emprender un viaje al extranjero, ni quizás tampoco para comprar una moto, pero sí para permitirse un pequeño capricho, como una cena, o iniciar el pago de la matrícula para sacar el permiso de conducir. Y, además, será de utilidad para familiarizarse con el concepto de ahorro. Este artículo detalla esta idea en la que también se han fijado los bancos para ofrecer cuentas de ahorro.
Guardar la vuelta, un buen método para empezar a ahorrar
Guardar a diario los pequeños céntimos que sobran de la compra es de utilidad para familiarizarse con el concepto de ahorro
Ir acumulando la vuelta de las compras puede suponer encontrarse con una cantidad de dinero nada despreciable al cabo de un tiempo. Tras meses de esfuerzo, abrir la hucha y hallar suficientes euros para permitirse un capricho o comprar algo necesario que se creía inalcanzable, resulta muy gratificante.
Llenar un bote o frasco con monedas sueltas puede ser la meta de las personas más ahorradoras. No requiere ningún gasto inicial, y la cajita de ahorros se puede confeccionar a mano o, si se quiere, se puede adquirir por muy pocos euros. Es aconsejable dejar el recipiente escogido en un lugar bien visible de la casa, para poder verlo todos los días, y después empezar a llenarlo. ¿Cómo hacerlo?
Todos los días, conviene depositar parte de las vueltas de cada compra que se realice (las monedas más pequeñas). Aunque puedan parecer pocas, a diario se coge el pan, se toma un café, se acude al quiosco… y siempre suelen sobrar céntimos que incomodan en el monedero.
También se puede aprovechar parte de ingresos no esperados, como una propina en el caso de los pequeños o una excelente operación bursátil en los mayores, para destinarla a estos menesteres.
Tener la hucha en el banco
No solo se pueden confeccionar huchas por los métodos tradicionales. Los bancos han «copiado» esta tradicional idea y ya brindan cuentas para fomentar el ahorro.
Así, la Cuenta Ipork, de CatalunyaCaixa, es una hucha virtual que se basa en un modelo que permite escoger entre redondear de 1 a 5 euros; por ejemplo, al alza en las compras efectuadas con las tarjetas de crédito y débito que elijan los demandantes de este producto bancario. Se caracteriza también porque está hecha a la medida de cada cliente, puede personalizarse e interactuar con el producto, recibiendo información de la evolución de la cuenta mediante el extracto o la libreta, y porque no contempla ningún tipo de comisiones.
Otra fórmula es la que emplea Caja Laboral a través de su Cuenta Super Bat, dirigida en este caso a los menores de 16 años, con el fin de que puedan familiarizarse con el ahorro. Su modelo consiste en conseguir puntos que podrán canjearse después por regalos.
De similares características es la Libreta Tesoro, comercializada por Unicaja desde hace varios años. A sus clientes más jóvenes, de 0 a 13 años, les permite dotarse de puntos canjeables por regalos, en función de los incrementos de saldo. Es una propuesta con gran flexibilidad, ya que no aplica ningún importe mínimo de apertura y está abierta a todas las posibilidades de generar capital.
Si bien es cierto que miles de hogares españoles pasan por apuros económicos para llegar con la suficiente liquidez a final de mes, solo un par de euros permiten conformar la base de una libreta de ahorro virtual, fundamentada en retener una pequeña cantidad al mes del salario percibido.
Las cuotas mensuales no tienen que ser estáticas, sino que pueden amoldarse a las necesidades de cada periodo. Un mes puede ser algo más, otro menos… en función del ajuste presupuestario. Y, al final, en unos meses se podrá comprobar cómo ha crecido el dinero de la libreta y pensar en el mejor objetivo en que emplearlo.