La ecografía en tres o cuatro dimensiones es una herramienta de diagnóstico precisa para que los especialistas puedan verificar el buen estado del bebé durante la gestación. Pero, en algunos casos, esta técnica se utiliza sin fines médicos, con el único objeto de que los padres puedan contemplar el rostro de su hijo con mayor nitidez. En este artículo se explica qué son las ecografías volumétricas, por qué los expertos rechazan las ecografías espectáculo, cuáles son los posibles riesgos de la ecografía en 3D y 4D y las ventajas cuando se realizan con fines diagnósticos.
Ecografías en 3D y 4D
La realización de ecografías en 3D es una práctica extendida pero no exenta de riesgos
La realización de ecografías tridimensionales (3D) durante el embarazo es hoy una práctica extendida. Esta técnica de ultrasonidos permite obtener una imagen más precisa y volumétrica del aspecto del bebé en el interior del útero materno y apreciar con bastante nitidez los rasgos del pequeño. En el caso del ultrasonido en cuatro dimensiones (4D), los futuros padres pueden contemplar esta instantánea también en movimiento.
Este tipo de ecografías han aportado importantes avances en el ámbito de la obstetricia. Para los profesionales, constituye un instrumento de diagnóstico de precisión que les posibilita verificar la correcta evolución y desarrollo del bebé en el útero materno. Y es que, gracias a los ultrasonidos tridimensionales, los especialistas son capaces de detectar anomalías difíciles de percibir con el ultrasonido tradicional.
Cuidado con la ecografía «espectáculo»
Las dudas surgen cuando el uso de estas ecografías es abusivo, sin fines médicos, es decir, como mera herramienta para que los padres se deleiten con la imagen de su hijo.
«No cobramos si no ves a tu bebé», «puedes venir con los acompañantes que quieras», «te damos un CD con fotos y una imagen impresa», «personalización de las fotos con el nombre del niño». Reclamos como estos, utilizados por algunas de las empresas que ofrecen el servicio de ecografías en 3D y 4D, evidencian la finalidad de las mismas, muy alejada de la exploración diagnóstica.
Es lo que se conoce como «ecografía espectáculo», una denominación adoptada por el Colegio de Ginecólogos y Obstetras franceses para mostrar su disconformidad con el empleo de este tipo de ecografías sin una finalidad médica específica. El argumento que esgrimen estos especialistas es que no está demostrada la inocuidad de una exposición prolongada a los ultrasonidos y, por tanto, es mejor evitarla y limitarla a los casos en los que se prescriba por motivos exclusivamente médicos.
Riesgos de las ecografías 3D y 4D
Las ecografías, ya sean de tipo bidimensional o tridimensional, se consideran inocuas para el feto, siempre que se realicen con unos parámetros normales. La recomendación del Ministerio de Sanidad es realizar tres exploraciones ecográficas en un embarazo de curso normal. Y la duración aconsejada para la prueba es de alrededor de 10 o 15 minutos, como máximo.
Más allá de estas recomendaciones, algunos especialistas sugieren que las ecografías 3D o 4D pueden implicar algún riesgo para el feto. Los obstetras franceses destacan el posible aumento de la temperatura, así como el peligro que implican las vibraciones en el interior del útero cuando la exploración se prolonga más tiempo del necesario. Por otra parte, una investigación llevada a cabo con ratones muestra que una exposición a los ultrasonidos superior a 30 minutos produce daños apreciables en el cerebro.
Lo más aconsejable, cuando se opta por esta técnica, es acudir a un profesional capacitado para realizarla. La sección de Ecografía de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia reconoce que la experiencia del explorador es el factor más importante en la efectividad de este tipo de técnicas, y que «la formación adecuada es un aspecto esencial y prioritario». Esta institución se encarga, para ello, de certificar la capacitación de los profesionales con distintos niveles de competencia.
En cuanto a la utilización de la ecografía 3D o 4D con fines médicos, el consenso sobre sus ventajas es general entre los especialistas. En primer lugar, los obstetras destacan la mayor capacidad diagnóstica de la anatomía fetal que permite este tipo de ultrasonidos. Asimismo, esta técnica “permite almacenar digitalmente los datos ecográficos para una revisión posterior”, señalan los especialistas del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Clínica Universitaria de Navarra. De este modo, se incrementan las posibilidades del cribado de malformaciones y la localización de anomalías que de otra forma no se podrían detectar en los tres trimestres del embarazo.
Por otra parte, los expertos también inciden en las ventajas psicológicas que reporta la ecografía 3D a la futura madre. Algunas investigaciones apuntan que las mujeres que han podido contemplar a su bebé en una ecografía tridimensional adquieren un mayor vínculo con él y muestran una percepción más positiva después del nacimiento. La visualización en tres dimensiones también puede estar relacionada con una reducción de la ansiedad de algunas madres y un incremento de su cooperación en beneficio de la gestación, disminuyendo algunos hábitos maternos potencialmente peligrosos, como el tabaquismo.