La capacidad de los bebés de imitar gestos y movimientos desde sus primeros días de vida es algo que no deja de sorprender a padres y madres. De hecho, la imitación es una de las bases del aprendizaje de los niños. Sin embargo, un estudio reciente ha arrojado luz a este fenómeno, al comprobar que el cerebro del bebé reconoce en su propio cuerpo las partes que ve que los demás mueven, lo que le permite repetirlas y aprender. A continuación se explica el alcance de este hallazgo y la importancia de la imitación en los más pequeños.
Los bebés aprenden por imitación
La imitación es una de las bases del aprendizaje del bebé. Muchos padres y madres se sorprenden al ver que sus hijos, desde muy pequeños, imitan sus gestos y movimientos.
El área del cerebro del bebé responsable de una parte del cuerpo reacciona al ver a alguien ejecutar una acción con esa misma parte
También los científicos, quienes en las últimas décadas se han volcado en investigar este tema. Un estudio reciente ha comprobado que los bebés poseen una capacidad que hasta ahora solo estaba confirmada en los adultos: la de reconocer en su propio cuerpo las partes que ven en otras personas.
Cuando un niño ve a una persona ejecutar una acción con una mano, el área del cerebro del bebé relacionada con la mano se activa. Si ve a alguien hacer algo con un pie, la que se estimula es la parte del cerebro responsable de sus pies.
Este descubrimiento de enunciado tan simple constituye un primer paso para entender cómo los niños pequeños aprenden a través de la imitación, afirman los científicos que llevaron a cabo la investigación, expertos de la Universidad Temple y de la Universidad de Washington, en Estados Unidos.
Joni Saby, uno de estos especialistas, señala que «cuando los bebés observan a otras personas realizar acciones con una determinada parte de su cuerpo, sus cerebros se activan de una forma que corresponde» con ese acto. Esta identificación, añade, «facilita la imitación y podría desempeñar un papel en la habilidad de los niños para realizar la misma acción ellos mismos».
Los bebés reconocen en su cuerpo lo que ven en los demás
El experimento incluyó a 70 bebés de 14 meses de edad, a los que se les colocó un dispositivo no invasivo, como el que se usa cuando se debe efectuar un electroencefalograma. Luego, sentados sobre las rodillas de sus padres, observaron a un adulto activar, a veces con una mano y otras con un pie, un juguete de plástico con forma de cúpula: cuando el adulto presionaba la cúpula, comenzaba a sonar música y a girar confeti en su interior, y esto se repetía varias veces, hasta que el niño perdía interés.
El dispositivo permitió comprobar que el cerebro del bebé reaccionaba activando sus partes vinculadas a sus manos o sus pies, según con qué parte de su propio cuerpo el adulto hubiera puesto en marcha el juguete.
Estos hallazgos acerca del funcionamiento del cerebro de los bebés se aproximan al de las neuronas espejo
Según Peter Marshal, otro de los coautores del trabajo, lo que más entusiasma de estos descubrimientos es que arrojan luz sobre un aspecto crucial de la imitación: la manera en que los pequeños reconocen en su propio cuerpo la parte del cuerpo que ha empleado la persona que observan, lo cual es imprescindible para repetir esa misma acción.
El tercer autor del trabajo fue Andrew N. Meltzoff, el mismo que en 1977 revolucionó los estudios acerca de los bebés y su capacidad de imitar los gestos de los adultos. En aquel momento publicó, junto a M. Keith Moore, un artículo en la revista Science que identificaba por primera vez esta habilidad de imitación en bebés de entre apenas 12 y 21 días de vida.
Hay un grupo de neuronas que se activa cuando la persona ejecuta ciertos movimientos, pero también cuando ve o escucha a alguien realizar las mismas acciones. Son las llamadas neuronas espejo, descubiertas por casualidad en 1996, y que explican mucho más que la capacidad de imitar movimientos, ya que permiten comprender las sensaciones y las emociones de los demás. Es decir, son la base de la empatía.
Los hallazgos recientes acerca del funcionamiento del cerebro de los bebés se aproximan al de las neuronas espejo. Investigaciones futuras deberán demostrar si existe alguna relación mayor entre ambos conceptos y si esto puede permitir trabajar sobre otras cuestiones. En la actualidad se investiga si un mal funcionamiento de las neuronas espejo podría estar detrás del autismo en niños.