Los efectos de la crisis sobre la población española están siendo numerosos: recortes sociales, bajada de salarios, impuestos más altos, incremento en el desempleo, etc. Pero, según el Gobierno, parece que lo peor ya ha pasado y se empiezan a vislumbrar los primeros signos de recuperación económica. ¿Hasta qué punto esta aseveración es fiable? ¿Es producto de un momento coyuntural? Para comprobarlo, basta constatar algunas variables macroeconómicas como el paro, el crecimiento del país, el consumo o el acceso de los particulares a las principales vías de financiación. A continuación se analizan de manera individual, y se pone de manifiesto que la economía sí ha mejorado en los últimos meses, aunque no con la holgura deseada y a pesar de que son todavía muchos los hogares que no han recibido estas señales de recuperación.
Bastantes luces
Buena parte de los datos aportados arrojan cierta luz sobre el túnel por el que atraviesan los españoles desde que se inició la crisis, pero no obstante, hay otros que ofrecen algunas sombras sobre la esperada recuperación de la economía. En cualquier caso, se manifiestan en sus relaciones laborales (salarios, clase de contratos, etc.), fiscalidad y consumo.
Nivel de desempleo:
Por la cifra de junio, los resultados parecen alentadores al disminuir el número de desempleados en 122.684 personas, un dato que supone una bajada del 2,6% con respecto al mes de mayo. Y si bien esta tendencia es la que se está marcando durante los últimos meses, se necesita que esté ratificada en un periodo más amplio, a juicio de los expertos.
Pero este descenso está matizado por la disparidad entre las cifras de afiliación y la disminución de parados en los últimos meses, que se traduce en que no todas las personas que abandonan las listas del paro encuentran un trabajo, sino que muchas de ellas dejan de estar apuntadas porque emigran o por haber perdido sus esperanzas en hallar un empleo.
Otro aspecto que resta fiabilidad a estos buenos datos es que del conjunto de contratos en junio, solo 110.258 fueron fijos, el 7,2% del total de la contratación, y que baja siete décimas con respecto al mes precedente.
Reforma fiscal:
La medida generada por el Ejecutivo da ciertas pistas sobre que la recuperación económica puede ser real, ya que los contribuyentes se ahorrarán cerca de 5.500 millones de euros en IRPF y dispondrán de mayor liquidez en sus bolsillos, lo que servirá para incentivar el consumo.
Crecimiento:
El Producto Interior Bruto, que es el indicador económico que refleja la producción total de bienes y servicios asociada a un país durante un determinado periodo de tiempo, pone de manifiesto que técnicamente se ha salido de la recesión, al crecer (0,5%) de nuevo por primera vez después de nueve trimestres seguidos con evolución negativa. El Banco de España, en sus proyecciones de crecimiento para el 2014 y 2015, estima crecimientos del 1,2% y 1,7%, respectivamente.
Mayor consumo:
Se detecta un mayor consumo entre las familias españolas, contrastado por el repunte en el gasto de los hogares del 0,3% con respecto al anterior trimestre. Aunque no es muy pronunciado, está marcando un cambio de tendencia.
Algunas sombras
Persisten las dudas sobre la fiabilidad de la recuperación económica, si se atiende a una serie de datos económicos que no son muy esperanzadores para los ciudadanos y que vienen a moderar el optimismo oficial. Entre ellos sobresalen los siguientes:
Mercado laboral:
Los diferentes informes publicados hasta ahora destacan una recuperación generalizada del mercado laboral, aunque es más acusada en el empleo temporal y a tiempo parcial. Además, los ajustes salariales continúan reflejándose en el tejido empresarial, y las estimaciones de la Comisión Europea sobre España inciden en que la política de ajustes salariales, lejos de haber concluido, seguirá en los próximos trimestres.
Acceso al crédito:
Las mejoras en las variables macroeconómicas no se han trasladado todavía al abaratamiento de los préstamos, cuyos tipos de interés son más caros. Respecto a los requisitos para llegar a estos productos, se exigen mayores garantías a sus demandantes.
Morosidad:
Según el Banco de España, la tasa de morosidad bancaria creció en mayo hasta el 6,5%, una décima más que en abril, en donde el volumen de créditos dudosos se situó en 117.592 millones de euros.
Si se atiene a los datos facilitados por varias organizaciones no gubernamentales, la posible recuperación de la economía española no ha llegado todavía a uno de los sectores más sensibles de la sociedad, como es la infancia.
Así, el informe ‘La infancia en España 2014’, presentado por UNICEF, pone de manifiesto que el 23,3% de las familias con uno o dos hijos viven en situación de pobreza, una tasa que se dispara al 46,9% de las formadas por dos adultos y tres o más pequeños.
Similares cifras da Cáritas Europa en su informe sobre el impacto social de las medidas de austeridad aplicadas en los países más golpeados por la crisis, donde se constata que España es el segundo país de la Unión Europea con el mayor índice de pobreza infantil, solo superado por Rumanía.
Save the Children, por su parte, apunta otros matices al afirmar que España es el segundo país europeo, por detrás de Grecia, que menor capacidad tiene para reducir la pobreza infantil a través de sus ayudas sociales, con el 29,9% de niños bajo el umbral de la pobreza.