Cada semana se suceden nuevas medidas con las que el Gobierno anuncia paquetes de corte económico que afectarán a los usuarios en sus relaciones con los proveedores de buena parte de los servicios. Ya se conocían algunas, pero otras son actuaciones no esperadas por los consumidores, que se enfrentan a un cambio en sus vínculos laborales, bancarios, servicios de consumo, etc. Van desde eliminar cargas a los cotizantes, hasta cambiar las reglas de juego en ciertas operaciones económicas o agilizar los procesos entre los consumidores al liberalizar los servicios más sensibles. No en vano, como se explica en este reportaje, abarcan sectores tan dispares como el transporte aéreo, la contratación de jóvenes trabajadores o la implantación de nuevos límites a las tarjetas de crédito o débito.
Qué novedades se presentan y cómo nos afectan
El último impulso en formato de medidas económicas no contempla medidas de gran calado al estilo de la última reforma fiscal, pero sí, en cambio, pequeñas variaciones que pueden afectar a nuestra vida diaria. Son las siguientes:
Tarifas «ninis»: se desarrollará un sistema de bonificaciones sociales, denominado «Tarifa joven», que tendrá como objetivo incentivar la contratación indefinida de jóvenes (entre 16 y 25 años), ampliándose hasta los 30 en casos de discapacidad igual o superior al 33%. El descuento será de hasta 300 euros mensuales y el fin es que estas personas puedan acceder al mercado de trabajo. Esta nueva tarifa estará en vigor hasta el 30 de junio del 2016 y será compatible con el resto de los incentivos destinados a este segmento social.
Retención de los autónomos: su implantación en el Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF) quedará reducida a partir de julio de este año, pero no en todos los casos, sino para los trabajadores por cuenta propia que dispongan de unos rendimientos netos del trabajo inferiores a 15.000 euros, pasando al 15% desde el 21% que venían asumiendo hasta ahora.
Exención de tributos: algunos contribuyentes quedarán eximidos en el IRPF y en el impuesto de plusvalías municipales de la ganancia patrimonial que se produzca después de una dación en pago.
Por otra parte, los rendimientos negativos como consecuencia de las participaciones preferentes se podrán compensar con las ganancias patrimoniales derivadas de las acciones que fueron objeto de canje. La novedad de esta medida reside en que será retroactiva al 1 de enero de 2014 y a todos los ejercicios todavía sin prescribir desde el año 2010.
Límites en las comisiones de las tarjetas: era una de las medidas ya anunciadas por el Gobierno, pero no por esperada tendrá menor repercusión entre los consumidores. Afectará a los pagos con tarjeta de pequeño importe, de hasta 20 euros, en los que las comisiones serán más bajas, de 0,2% para los plásticos de crédito y 0,1% para las de débito. Se aplicarán en todos los pagos realizados en puntos de venta en los que participe, al menos, un proveedor de servicios de pago, incluyendo operaciones de comercio electrónico.
Bonificación a las cotizaciones de los becarios: se implanta un nuevo modelo en las relaciones empresariales para potenciar la contratación de trabajadores jóvenes a través de esta figura, por la cual se bonificarán sus cotizaciones. Así, los empresarios no tendrán que asumir coste alguno por la contratación de estas personas.
Tarifas aéreas congeladas: los usuarios podrán beneficiarse de estas tarifas, que no subirán hasta el año 2025. Y todo ello, como consecuencia del nuevo marco regulatorio.
Se crea una nueva tasa que gravará a los depósitos bancarios, que tendrán un coste mínimo, en concreto del 0,03%. No obstante, este impuesto no se aplicará sobre los impositores, sino que lo deberán pagar los bancos y cajas de ahorro y servirá para compensar la falta de ingresos por parte de las comunidades autónomas.
Por ello, en el momento de suscribir un producto de estas características, no repercutirá en cuanto a su remuneración ni a los gastos de mantenimiento, que quedarán sin cambios como hasta ahora. Pero al asumir el coste de esta tasa por parte de los bancos, no es descartable que al final sus efectos lleguen a los usuarios como, por ejemplo, en forma de bajada casi inapreciable de los tipos de interés que ofrecen los depósitos en su oferta, aunque de momento esta posibilidad no está contemplada por las entidades financieras.