Los restaurantes de comida en ruedas, los llamados food trucks, son camiones que van de un lado para otro ofreciendo todo tipo de platos. Este fenómeno, muy popular en ciudades estadounidenses y canadienses, ha empezado a dar tímidos pasos en la Unión Europea, sobre todo en países como el Reino Unido o Francia. En España, la legislación aún no contempla este tipo de venta de alimentos, aunque sí están regulados los mercados ambulantes que se instalan a diario o de forma semanal en pueblos y ciudades. El artículo explica qué dice la legislación sobre los food trucks y cómo se concreta la venta ambulante de alimentos en España.
Los camiones-restaurantes que sirven comida de manera ambulante son habituales en Estados Unidos. Y varias ciudades europeas como Londres y Bruselas ya empiezan a adoptar la tendencia de los food trucks, aunque con algunas variaciones, ya que algunos de ellos no son tan móviles porque permanecen en un lugar fijo en vez de recorrer kilómetros y parar en distintas zonas. Uno de los objetivos de este servicio es acercarse al consumidor y ofrecerle una opción de comida rápida, cercana y de calidad. Pero una de sus particularidades es que se apartan un poco de las hamburguesas y los perritos calientes, y adoptan un aire de servicio gourmet con una demostrada calidad gastronómica.
En España, todavía deben llevarse a cabo los pasos legales que permitan poner en marcha este tipo de negocio, entre los que se encuentran no solo los que hacen referencia a las licencias administrativas, sino también a las de sanidad y seguridad alimentaria.
Qué dice la legislación sobre los food trucks
En EE.UU., la regulación para este tipo de servicio varía, ya que son distintas las agencias estatales y locales responsables de la inspección de estos camiones, siempre siguiendo las pautas de lo que dicta la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
En líneas generales, deben contar con agua corriente potable, fría y caliente, refrigeradores y neveras para evitar romper la cadena del frío y un sistema de eliminación de residuos adecuado. En algunas zonas, la norma obliga a que todos los manipuladores de alimentos tengan un certificado en seguridad de los alimentos, mientras que en otras solo es obligatorio para una parte del personal.
La legislación española restringe la venta ambulante de alimentos a ferias, mercadillos u otros eventos ocasionales
Uno de los requisitos de la regulación es que la comida se debe preparar directamente en el camión, que se inspecciona al menos una vez al año. Los controles hacen especial hincapié en las temperaturas, uno de los principales desafíos sobre todo en verano. En este sentido, los alimentos se conservan a la temperatura de refrigeración adecuada para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos. Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidense (CDC), de 1998 a 2010 se registraron 53 brotes de enfermedades transmitidas por alimentos en servicios de comida ambulante, que afectaron a casi 1.200 personas.
En España, este servicio de comida sobre ruedas está en fase preliminar ya que, por el momento, la legislación restringe a ferias, mercadillos o eventos ocasionales la presencia de servicios de comida itinerante.
Venta ambulante de alimentos en España
La legislación española sí regula los mercados ambulantes que se instalan en pueblos y ciudades de manera diaria o semanal, bien en instalaciones municipales o al aire libre. Deben cumplir con estrictas condiciones de higiene en todas las operaciones, desde la preparación a la venta y recogida al final de la jornada.
En estos casos, cada ayuntamiento autoriza, previa solicitud, el puesto de la parada, y el titular del puesto es el responsable de garantizar la formación en materia de higiene y seguridad alimentaria del personal que trabaja en él. Permisos sanitarios o sistema de identificación de productos ofertados son algunos de los requisitos obligatorios.
Como en otras instalaciones donde se manipulan alimentos, en ferias y mercados al aire libre debe asegurarse el acceso a agua potable, mantener la cadena del frío en todo momento (carga, descarga) y evitar ponerse cerca de contenedores de basura. El puesto debe permanecer limpio, con las condiciones de conservación adecuadas (temperatura, ventilación, entre otros), disponer de vitrinas o expositores refrigerados si es necesario, evitar que los clientes-consumidores toquen la mercancía y contar con bolsas u otros materiales para tenerlos en buen estado. Si la venta es a granel, los distintos productos deben estar señalizados con un cartel que especifique el nombre y el origen.