Son muy numerosos los pequeños y medianos inversores que creen que solo pueden operar si las acciones de una compañía se revalorizan. Ante un contexto en que la tendencia alcista de la renta variable se extinga tras varios años de revalorizaciones, también se muestran preocupados por no poder rentabilizar sus ahorros o por si formalizan compras que les generen después fuertes pérdidas. Pero esto no tiene por qué suceder, ya que en un escenario bajista se pueden obtener espléndidas plusvalías. Es más, no se limitan a productos tradicionales, sino a otros más innovadores que en estos casos elevan la rentabilidad de las apuestas de los inversores, aunque también sus riesgos. Ante la posibilidad de un inminente cambio en la tendencia de los mercados bursátiles, conviene recordar estos planteamientos, como se realiza a continuación.
Aprovechar las tendencias bajistas
Se puede acudir a los warrants o ventas a crédito, que permiten apostar por un valor que los inversores crean que puede bajar
En la actualidad, hay instrumentos de inversión suficientes para aprovecharse de todas las tendencias del mercado, por lo que no hace falta esperar a que los tramos de la cotización sean alcistas para mejorar el rendimiento de los ahorros. La irrupción de nuevos productos financieros ha llenado estas lagunas en la inversión y, hoy, los ahorradores pueden decantarse por cualquiera de estos movimientos para invertir parte de su capital.
Si lo que se desea es recoger el movimiento bajista de la cotización de las acciones de las compañías, hay que tener cuidado porque no podrá hacerse como en las tradicionales operaciones de compra de acciones, que no registran estos movimientos.
Se puede acudir a los warrants o ventas a crédito, que permiten apostar por un valor que los inversores crean que podrá bajar en los próximos meses. Este modelo de inversión más complejo abre las puertas a generar mayores plusvalías en las operaciones, pero tiene el riesgo de que las pérdidas también pueden ser muy importantes. Por eso, consiste en un instrumento de inversión especializado, que está destinado a los inversores con mayor experiencia en los mercados.
Por el contrario, no es un modelo idóneo para personas que no tienen mucha preparación para operar con estos productos. Conllevan, por otra parte, unas comisiones de compra y venta similares a las de las operaciones convencionales en Bolsa, que oscilan entre 10 y 20 euros de media por cada operación, aunque se pueden aprovechar las muchas ofertas que ofrecen las entidades para rebajar su tarifa.
El otro modelo para aprovecharse de los mercados bursátiles bajistas (más abierto para todo tipo de perfiles) es hacerlo a través de los fondos de inversión inversos, que premian estos movimientos en la renta variable.
Las gestoras han diseñado una gran variedad de fondos de estas características, en donde están contemplados por lo general los índices y sectores bursátiles, nunca acciones de una o varias compañías, y que se constituyen como un instrumento muy útil para cuando se genera un movimiento a la baja de gran envergadura en los mercados. Son productos menos complicados de entender y solo hace falta la certeza en el usuario de que la Bolsa se depreciará en los próximos meses. Tienen, por otra parte, la ventaja de que pueden traspasarse a cualquier otro fondo sin ningún coste económico para sus suscriptores, además de un tratamiento fiscal más benévolo.
Hay otra estrategia para acumular excelentes plusvalías durante los procesos bajistas en la renta variable y que está representada por los ETF ultra inversos, que potencian con mayores ganancias los procesos de esta tendencia.
A través de estos productos financieros se puede ganar aún más dinero, si las acciones o índices bajan en un periodo determinado, siendo uno de los sistemas más enérgicos para incrementar las plusvalías. No obstante, y como principal inconveniente, el efecto contrario que genera es que si no se cumple esta premisa, las pérdidas pueden ser cuantiosas para los ahorradores.