No cabe duda de que continúa siendo difícil comprar una vivienda, y para algunos incluso alquilarla, debido al paro, las bajadas de salarios de los trabajadores y la precariedad del empleo. Ante este escenario, el alquiler de una habitación puede convertirse en la opción idónea. En efecto, este sistema se impone como uno de los instrumentos más viables para poder cobijarse sin arruinarse, y también en una salida para quienes disponen de pisos con muchas habitaciones y no consiguen alquilar o vender su vivienda. Como se explica a continuación, ambas partes consiguen sus objetivos, ya que los propietarios rentabilizan sus propiedades y los demandantes consiguen vivir por precios más asequibles.
Habitaciones de alquiler, sus ventajas
El precio de alquiler de una habitación ronda, de media, los 200 euros mensuales, por lo que es una alternativa muy indicada para estudiantes, jóvenes trabajadores, recién divorciados y personas con sueldos bajos o que están inmersas en procesos de movilidad laboral.
El precio de alquiler de una habitación ronda, de media, los 200 euros mensuales
Aunque tiene inconvenientes, como la escasez de independencia o compartir una serie de servicios (aseos, cocina, salones…) con otras personas a las que probablemente no se conoce, suele resultar una experiencia positiva y económica.
Este sistema de ocupación tan particular ofrece muchas aportaciones para las dos partes, que es preciso valorar:
Para los propietarios:
- Consiguen un sobresueldo de manera sencilla, sin tener que renunciar a ninguna venta y cediendo solo una parte de su propiedad.
Pueden conocer a nuevas personas y hacer nuevas amistades, sobre todo si es un inquilino con buenas referencias, que puede ser un estudiante, o un trabajador soltero al que se alquila la habitación por mediación de familiares o amigos.
En muchos casos, el nuevo inquilino ayudará a sufragar los gastos de la vivienda (gas, luz, teléfono, etc.) a través de pequeñas cuotas mensuales, siempre que haya acuerdo entre ambas partes.
Si quienes se decantan por esta modalidad de alquiler son personas mayores, podrán gozar de la compañía de los nuevos moradores, con las que podrán hablar y comentar las situaciones de cada día.
Debido a la notable bajada de precios de los pisos, para el vendedor puede ser preferible obtener una pequeña renta mensual antes que malvenderlo.
Para los inquilinos:
- Puede constituirse como una solución muy interesante si los usuarios no pueden permitirse pagar la cuota de una hipoteca o ni tan siquiera la del alquiler.
Está indicado para arrendatarios pasajeros, tales como estudiantes, trabajadores en situación de movilidad laboral o mileuristas sin familia.
Es un sistema proclive para disfrutar de pisos en barrios céntricos, sin tener que salir a las zonas más alejadas del centro de la ciudad.
No requiere de avales ni pagos de fianza y, también podrán dejar este régimen para vivir en el momento en que lo deseen para optar por otros más convencionales.
Es una de las maneras más económicas para disponer de un techo para vivir, sin tener que afrontar grandes gastos, y sin pagar gastos de la comunidad de vecinos, impuestos como el de Bienes Inmuebles u otro tipo de tasas.
Uno de los mayores inconvenientes para optar por esta modalidad de alquiler radica en lo difícil que resulta, a veces, acceder a la oferta de estos pisos, que no están demasiado comercializados por las agencias inmobiliarias. El “boca a boca” es todavía es el sistema más expeditivo para llegar a estas propuestas, aunque no el único. Otros recursos por los que pueden optar los interesados se basan fundamentalmente a través de los anuncios en la prensa general, o en la especializada.
Por otra parte, si los demandantes son jóvenes estudiantes, el modelo más adecuado es atender a los tablones de escuelas, colegios mayores y facultades, donde siempre se encuentran anuncios demandando personas para alquilar una habitación, o incluso a través de pisos compartidos en donde los moradores se repartirán todos los gastos. Y, por último, es preciso estar atentos a pequeños pasquines pegados a farolas, paradas de autobús o papeleras.