Los complementos alimenticios -también conocidos como complementos dietéticos o suplementos dietéticos- no ganan para disgustos. Por una parte, las evidencias científicas rigurosas desaprueban la inmensa mayoría de las declaraciones de salud que les acompañan y, además, alertan de posibles riesgos asociados a su consumo. Por otra parte, no cesan de publicarse informes que indican que en algunos de ellos podemos encontrar ingredientes no declarados en su etiqueta, tal como se amplía y detalla en el presente artículo.
Ingredientes escondidos en los complementos alimenticios
En junio de 2014, el National Center for Complementary and Alternative (NCCAM) de Estados Unidos dedicó una hoja informativa a los complementos alimenticios. En ella señalaba que estos productos pueden contener una gran variedad de ingredientes: desde vitaminas y minerales, hasta hierbas u otros productos a base de plantas. Tras ello, el NCCAM emitió su primera recomendación: «Sea consciente de que el término ‘natural‘ no siempre significa que el producto sea ‘seguro'». También indicó que el uso de términos como «certificado», «verificado» o «estandarizado» en un complemento alimenticio no garantiza la calidad del producto, ya que el suplemento puede estar contaminado (sin que figure en la etiqueta) con hierbas, pesticidas o metales pesados.
El suplemento puede estar contaminado (sin que figure en la etiqueta) con hierbas, pesticidas o metales pesados
Pero, en opinión del NCCAM, la peor situación para la salud ocurre cuando el producto está adulterado con ingredientes no declarados, como medicamentos. No es una situación infrecuente. La dietista-nutricionista Maria Manera ya alertó de esta situación en EROSKI CONSUMER en mayo de 2009. En su artículo reveló que en Estados Unidos muchos productos publicitados para la pérdida de peso contienen ingredientes farmacológicos activos no declarados en la etiqueta.
Esto, por desgracia, también sucede en España. Según se detalló en el artículo ‘¿Puedo mejorar mi libido con la dieta?‘, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AMPS) ha retirado este mismo año diversos complementos alimenticios con supuestos efectos sobre la libido. La retirada se justifica por el hallazgo de agentes farmacológicos en su interior, no declarados en la etiqueta. El laboratorio de la AEMPS ha descubierto que ciertos complementos dietéticos para mejorar la sexualidad contienen sildenafilo. El sildenafilo es el fármaco utilizado para tratar la disfunción eréctil (vendido bajo las marcas Viagra, Revatio y otras) y de ninguna manera debería aparecer en un complemento alimenticio, ya que es una sustancia que debe prescribir un médico tras sopesar bien pros y contras.
Demasiados complementos, demasiadas sorpresas
Las «sorpresas» no solo aparecen en «potenciadores» de la libido; se esconden en muchos más complementos alimenticios. A modo de ejemplo, uno de los productos retirados por la AEMPS es un complemento denominado ‘LIPO 6 BLACK cápsulas’, en cuya caja leemos «Fat Destroyer» («destructor de la grasa»). El análisis de la AEMPS halló que contenía una sustancia denominada «yohimbina», sin estar declarada en la etiqueta.
Se ha especulado que la yohimbina podría acelerar la movilización de las grasas, aunque esto no ha sido demostrado de forma fehaciente. Lo que sí sabemos es que puede generar una larga lista de trastornos (migraña, diarreas, taquicardia, etc.) y, por eso, no se comercializa en España en forma de medicamento. La cantidad de este principio activo en el producto ‘LIPO 6 BLACK’ era suficiente como para provocar tales efectos secundarios. Como se indicó en el artículo ‘Quemagrasas: no funcionan‘, publicado en agosto de 2013 en EROSKI CONSUMER, «los ‘quemagrasas’ que se comercializan para perder peso son ineficaces y pueden resultar peligrosos para la salud».
Otras voces alertan de la composición de estos complementos dietéticos
La AEMPS no es la única agencia española preocupada por las «sorpresas» que esconden ciertos complementos alimenticios. En septiembre de 2014, la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria (ACSA), en su sección de ‘Alertas y notificaciones’, indicó que determinados complementos alimenticios contienen fármacos en su composición. La ACSA explica que ello supone un peligro para la salud pública, porque mientras los medicamentos se someten a una serie de trámites legales preceptivos antes de su comercialización («para garantizar el derecho de los ciudadanos a la protección de la salud»), los complementos alimenticios no precisan demostrar mediante ensayos clínicos su eficacia y seguridad antes de su puesta en venta.
La opinión del Profesor Edzard Ernst se alinea con lo indicado por la ACSA. Ernst, autor de más de 1.500 publicaciones científicas, es el investigador con más reputación en el ámbito de las terapias alternativas. En octubre de 2014, en su blog personal, Ernst compartió la siguiente reflexión, con la que vale la pena concluir: «Creo que es importante informar a los consumidores de que la mayoría de los complementos alimenticios son una pérdida de dinero y algunos incluso una pérdida de salud».