¿Por qué cada día se abren nuevos restaurantes? Tiene que haber algún secreto, o una fórmula, para tener éxito en un mercado cada vez más competitivo, denso y diverso. La hostelería sigue viviendo su boom particular; en especial, con aquellas propuestas que innovan, que rescatan la tradición o que permiten viajar a sus comensales a través de sus exóticas cartas y platos. ¿Qué valoran los clientes? ¿Por qué elegimos unos lugares y no otros? En este artículo se responde a estas preguntas.
La gastronomía está en pleno apogeo y, a medida que el mundo se globaliza, las posibilidades aumentan. Algunas técnicas o productos muy utilizados en la cocina actual son, por ejemplo, la fusión de estilos, los alimentos ecológicos o los platos elaborados con productos crudos. La gastronomía está en continua evolución y renovación. Por eso, entre otros muchos factores, el consumidor tiene la curiosidad de probar ese «algo nuevo» que ofrecen los restaurantes.
Para los profesionales del sector, entre tanta oferta similar y concentrada en zonas específicas, es difícil hacerse un hueco en el mercado. Por esa razón, es necesario que los establecimientos ofrezcan valores más allá de la comida, para que les hagan especiales. En este momento, cada vez son más los jóvenes que se lanzan a comenzar nuevas aventuras gastronómicas, mientras que los cocineros de renombre abren nuevos espacios. Además, no solo entran en el territorio «gastro» este tipo de restaurantes: las cadenas low cost, que ofrecen un producto de calidad media y a un precio asequible, también forman parte de la competencia.
Entonces… ¿cuál es su clave del éxito? O, mejor dicho, ¿qué factores hacen que a los consumidores nos guste tanto comer o cenar fuera? ¿Por qué elegimos unos lugares en lugar de otros? Este es un todo fenómeno de estudio, dado que, en España, el turismo y la hostelería son una de las principales fuentes económicas. Para que la expansión gastronómica continúe, se debe mimar al cliente.
Propuestas gastronómicas: la tradición, la novedad y el exotismo
España destaca por su variedad y tradición gastronómica, y una muestra de ello son los bares y tascas en los que se come hasta la saciedad. Nadie se resiste a un rico cocido elaborado según la región en la que se encuentre, a una buena pieza de carne a la brasa, a la parrilla o guisada, o a un tierno lechazo o cochinillo al horno. Son clásicos que nunca fallan y, por ello, son también la elección de muchas familias para reunirse en ocasiones especiales y disfrutar «comiendo como en casa» (pero sin tener que cocinar). La cocina tradicional tiene una larga trayectoria entre fogones y, en nuestro país, hay lugares de renombre y prestigio que son parada obligatoria cuando se está de turismo en una ciudad o cuando se quiere sorprender. La decoración y el entorno es importante para acompañar cada plato. No puede faltar un horno de leña que, mientras se está cocinando, desprende ese olor particular que abre el apetito o las paredes en piedra y vigas de madera cruzando el techo.
Pero la tradición convive con la novedad. En los últimos años, el mercado ha hecho un hueco a la innovación y experimentación en la cocina. Este tipo de restaurantes destacan por su oferta gastronómica sorprendente y de sabores explosivos, por la mezcla de ingredientes y por los platos presentados con tanto gusto que da pena hincar el diente. La mayoría de estos templos gastronómicos tiene detrás de tanta creatividad a un conocido chef respaldado por un gran equipo, por lo que es imposible pensar en el nombre del establecimiento sin asociarlo a su cocinero estrella. En este caso no importa cuán variada sea la oferta o el monto de la cuenta al pagar, porque cada restaurante ofrece algo diferente, ya que lleva el toque personal del chef. El cuidado y el mimo que se pone en cada plato se transmite al comensal. Quizás por eso, la afluencia es masiva y la lista de reserva para cenas y comidas puede suponer una espera de hasta meses.
Es fácil saber qué buscan las personas cuando van a restaurantes con estas características: innovación y experiencia, sabor y creatividad, sorpresa y disfrute… y todo ello en un entorno único, porque la decoración de estos lugares corre a cargo de un diseñador. Se busca la sencillez, pero con toques especiales que aporten ostentosidad y que rompan la monotonía. Se valora la combinación de tendencias y los estilos modernos con reminiscencias vintage, pero, sobre todo, que sean ambientes acogedores y cálidos.
Por último, cabe hacer una especial mención a los restaurantes que nos hacen viajar a través de sus cartas con variedades gastronómicas de países lejanos o desconocidos. Son esos que logran que el comensal se teletransporte con cada bocado. Cocina japonesa, tailandesa, peruana, mexicana… uno para cada ocasión o para acompañar el estado de ánimo del momento.
En resumen, está claro que en la variedad está el gusto, pero también que el consumidor reclama ese valor añadido cuando sale de su cocina para entrar en la de otro.